Argentina deja atr¨¢s la crisis
Cinco a?os despu¨¦s de la devaluaci¨®n del peso, la econom¨ªa crece pero la desigualdad persiste
Argentina celebra el quinto aniversario del fin de la paridad entre el peso y el d¨®lar con un optimismo no exento de sombras. Atr¨¢s queda la peor crisis de su historia, marcada por el corralito que congel¨® los ahorros de los argentinos, la devaluaci¨®n de la moneda que sigui¨® al fin de la convertibilidad y la mayor suspensi¨®n de pagos jam¨¢s protagonizada por un pa¨ªs. Desde 2002, la econom¨ªa argentina ha experimentado un crecimiento sin precedentes y la inflaci¨®n, tras dispararse en 2002, ha vuelto a situarse en niveles razonables. Pero la equitativa distribuci¨®n de la renta entre los argentinos y la disminuci¨®n de la pobreza siguen siendo asignaturas pendientes.
El 'trabajo negro', los salarios se encuentran en peor situaci¨®n que en 1998
La econom¨ªa, tras caer el 11% en 2002, creci¨® m¨¢s del 9% los tres a?os consecutivos
El 6 de enero de 2002, Argentina abandon¨® la atadura del peso con el d¨®lar, la llamada convertibilidad, y dej¨® que su moneda se devaluara en el marco de una de las peores crisis institucionales, pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales de sus casi 200 a?os de historia. El desmoronamiento del peso empeor¨® la situaci¨®n en un principio. Pero a partir del segundo trimestre de 2002 comenz¨® un periodo de crecimiento nunca visto desde 1900. Cinco a?os despu¨¦s, sin embargo, a¨²n quedan muchos desaf¨ªos. Entre ellos, una mejor distribuci¨®n de la renta, m¨¢s all¨¢ de que los pobres empiezan a participar del auge del consumo.
"Todo estaba desarm¨¢ndose", recuerda Margarita Ram¨ªrez de Moreno, una de las pocas mujeres que en diciembre de 2001 trabajaba en su barrio de la ciudad de Santa Mar¨ªa, en la provincia norte?a de Catamarca, una de las m¨¢s pobres del pa¨ªs. Se dedicaba a la confecci¨®n de ropa, pero la lana le costaba cara y por eso decidi¨® recuperar la t¨¦cnica de hilado de sus ancestros calchaqu¨ªes junto a otras amas de casa cuyos maridos hab¨ªan perdido sus empleos en la construcci¨®n. As¨ª fundaron la cooperativa Tinku Kamayu, que en quechua significa Reunidas para Trabajar. "Al principio segu¨ªamos mal y depend¨ªamos de que los focolares [movimiento cat¨®lico] nos dieran ropa y comida. Ahora no dependemos de donaciones y las 15 chicas recibimos un mensual de 150 pesos [37,50 euros, frente a los 100 que necesita una familia de cuatro personas s¨®lo para alimentarse]. Tenemos un trabajo digno, un lugar en la familia y la sociedad, pero 150 pesos no es nada, y no ganamos m¨¢s porque no logramos la venta en cantidad", reconoce Margarita, que opina que la econom¨ªa argentina "no est¨¢ mejor, porque el reparto no es igualitario".
Cuando Tinku Kamayu comenz¨® a funcionar, en diciembre de 2001, el presidente Fernando de la R¨²a instauraba el corralito (congelamiento de dep¨®sitos bancarios). Tras su ca¨ªda, el fugaz sucesor, Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢, declar¨® la suspensi¨®n de pagos m¨¢s grande de la historia del mundo moderno. El 6 de enero de 2002, otro presidente, Eduardo Duhalde, fijaba un nuevo precio al d¨®lar, 1,40 pesos, en lugar de 1, paridad que hab¨ªa regido desde 1991. Un mes despu¨¦s estableci¨® que cada ahorrador recibir¨ªa, el d¨ªa en que se liberara el corralito, 1,40 pesos por cada d¨®lar depositado.
El problema fue que, en abril de aquel a?o, el d¨®lar rozaba ya los 4 pesos. Los deudores, desde los peque?os hasta las grandes empresas, se beneficiaron porque cada d¨®lar adeudado se transform¨® en un peso. Este desbarajuste para los bancos, entre ellos el BBVA Franc¨¦s y el R¨ªo (filial del Santander), fue compensado con dinero de todos los argentinos: se entregaron t¨ªtulos p¨²blicos a las entidades.
"El ajuste cambiario fue un hecho inevitable ante los desequilibrios de la convertibilidad", opina Aldo Ferrer, ministro de Econom¨ªa argentino en los setenta. "El nuevo equilibrio de precios relativos favoreci¨® la producci¨®n nacional y fue un factor notable de cambio de modelo, como tambi¨¦n lo fueron el super¨¢vit fiscal y del balance de pagos y una pol¨ªtica monetaria consistente con el crecimiento, en un nuevo escenario internacional que ofrece a la Argentina oportunidades excelentes", destaca el actual catedr¨¢tico de la Universidad de Buenos Aires. Daniel Artana, que dur¨® dos semanas como secretario de Hacienda de De la R¨²a porque su plan de reducci¨®n del gasto p¨²blico careci¨® de apoyo pol¨ªtico, destaca que la soja, principal exportaci¨®n argentina, ha duplicado su valor desde 2003.
Tambi¨¦n han crecido los vecinos de Argentina que tiran de sus exportaciones, Brasil y Chile, y, adem¨¢s, se ha logrado mantener el super¨¢vit fiscal tras 31 a?os de d¨¦ficit. "Pero el primer impacto de la devaluaci¨®n implic¨® un ajuste brutal sobre la sociedad, principalmente sus sectores populares", indica un informe coordinado por Claudio Lozano, economista jefe de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) y diputado, que advierte que el paro, el trabajo negro, los salarios y la desigualdad a¨²n se encuentran peor que en 1998, el ¨²ltimo a?o antes de la crisis.
Con la crisis, el 57% de los argentinos cay¨® en la pobreza. En la actualidad, los pobres a¨²n representan el 30%, una inmensa masa de 10,7 millones de personas que apenas est¨¢n comenzando a participar del auge del consumo. Con todo, las grandes cifras macroecon¨®micas corroboran la mejor¨ªa. La inflaci¨®n de 2002 se dispar¨® hasta el 41%, pero en los dos a?os siguientes baj¨® a menos de un d¨ªgito. En 2005 volvi¨® a subir hasta el 12,3% y el a?o pasado termin¨® en el 9,8%, gracias a los controles de precios que impuso el presidente, N¨¦stor Kirchner. La econom¨ªa, despu¨¦s de caer el 11% en 2002, creci¨® por encima del 9% los tres a?os consecutivos. En 2006 superar¨¢ el 8,5%. El PIB actual resulta mayor en un 19% al de 1998. La tasa de paro, que lleg¨® al 21% hace cinco a?os, se sit¨²a ahora en el 12,8%, incluidos los participantes en los planes de empleo parcial que proporciona el Estado.
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