A la caza del tesoro
Paseantes y chatarreros compiten por quedarse con los muebles abandonados en las calles
Una enorme alacena es transportada a duras penas cuesta abajo por la calle del Pez, en distrito de Centro, por Juli¨¢n, un t¨¦cnico de sonido de 47 a?os, y dos amigos. La alacena, antigua, muy bonita, es tambi¨¦n muy pesada, as¨ª que los tres tienen que hacer un descanso. No est¨¢n de mudanza, explica Juli¨¢n, acaban de encontrar el mueble en la calle, en la Corredera Alta de San Pablo, mientras paseaban, y no se han podido resistir.
Son las 23.30 del 3 de enero, d¨ªa de recogida de muebles y trastos viejos en el barrio de Malasa?a. Desde media tarde, las calles se han ido llenando de todo tipo de objetos (sillones, somieres, colchones, pantallas de ordenador, cuadros, cintas de v¨ªdeo...) que el Ayuntamiento recoger¨¢ para llevarlos al vertedero de Valdeming¨®mez. As¨ª lo anunciaban desde varios d¨ªas antes los carteles pegados en los portales del barrio. Los empleados municipales empezar¨¢n a trabajar hacia la medianoche; eso s¨ª, recoger¨¢n s¨®lo lo que quede.
El Ayuntamiento recoger¨¢ a partir de este a?o los trastos una vez al mes en Centro
Porque desde mitad de la tarde, los transe¨²ntes como Juli¨¢n se han ido quedando lo que les gustaba. David Albeo (24 a?os) se ha adelantado. Una amiga le dijo que iba a dejar un somier y una silla para que lo recogiera el Ayuntamiento, y David le respondi¨® que se lo quedar¨ªa ¨¦l, cuenta entre las calles de Fuencarral y Velarde con los objetos en la mano. "Yo siempre recojo por el barrio r¨®tulos de tiendas, puertas o espejos para despu¨¦s pintarlos", explica este joven artista que va a abrir una tienda para vender los art¨ªculos retocados. Pero los buscadores de curiosidades tienen duros competidores: "Nos daremos una vuelta despu¨¦s, a ver si nos dejan algo los chatarreros", dice un amigo de David.
Hasta una docena de peque?os camiones pasan por la zona en busca de la chatarra. Jorge, de 26 a?os, va acompa?ado de su familia: su mujer y dos ni?os. "S¨®lo me llevo lo met¨¢lico", explica mientras arranca las patas de una mesa entre las calles de Ruiz y de Carranza. Siempre se acerca a los barrios el d¨ªa de la recogida. "?Que c¨®mo sale la cosa? As¨ª, as¨ª", dice con un gesto de la mano. El kilo de aluminio se paga entre 60 c¨¦ntimos y 1,45 euros, y por el de plomo, unos 50 c¨¦ntimos, explican en la empresa Recuperaciones S¨¢nchez.
Entre los paseantes, adem¨¢s de los buscadores casuales existen aut¨¦nticos veteranos. El franc¨¦s Jerome Gittenard (28 a?os) y Cedina Narchil, mexicana de 27, conocen la fecha de la recogida en cada barrio y se desplazan hasta all¨ª. En la casa de ¨¦l hay mesas, sillas y cuadros recogidos en la calle.
Junto con la opci¨®n de arramplar con los muebles viejos de familiares y amigos, reciclar estos art¨ªculos callejeros (algunos est¨¢n en muy buen estado) es la otra posibilidad de llenar o completar una casa gratis, ideal para estudiantes. Lo ¨²nico que hace falta es paciencia para patear y rebuscar (gran parte de las cosas est¨¢n en mal estado). As¨ª lo hacen Jerome y Cedina.
El goteo de trastos es continuo en el eventual escaparate en que se convierten las aceras desde las siete de la tarde. A esa hora, ya hab¨ªa un sill¨®n de orejas en la calle de la Madera en el que descansaban y fumaban dos indigentes, mientras un vecino oriental depositaba un poco m¨¢s arriba una vieja maleta. Un paseo por el barrio deja claro que muchos vecinos de Malasa?a han cambiado estas navidades la cama. Los colchones no tienen ¨¦xito, los somieres s¨ª, como demuestra una se?ora que protege m¨¢s de media docena en la calle de San Vicente Ferrer a la espera de que llegue su marido con la furgoneta.
Tambi¨¦n se distinguen los tipos de buscadores. A los exigentes -dos mujeres de mediana edad miran durante largo rato para terminar desechando el cabecero de una cama- y a los t¨ªmidos -un hombre de unos 50 a?os coge dos peque?os cuadros con un movimiento ¨¢gil y r¨¢pido mientras mira hacia ambos lados, para echar a andar justo despu¨¦s a buen paso-. Otros no tienen problema en reconocer que buscan entre los trastos. Como Dolores, de 65 a?os, que espera encontrar un marco para una foto en la Corredera Alta de San Pablo. A partir de este a?o, el Ayuntamiento recoger¨¢ los trastos todos los meses, en la almendra central de la ciudad. En 2005, este servicio recogi¨® 3.590 toneladas de muebles y trastos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.