Un cargo imposible

El coreano Ban Ki Moon no es el nuevo jefe de la ONU, sino su m¨¢s alto funcionario. Su cargo, secretario general, ha sido descrito como el "m¨¢s imposible del planeta", pues no puede contentar a todos los que le mandan y a quienes algo de ¨¦l esperan. Los que mandan son los Estados miembros, y entre ellos sobre todo los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho a veto (EE UU, Rusia, China, Francia y Reino Unido) junto a otros 10 rotatorios.

Hereda de su predecesor Kofi Annan una imagen de la ONU como necesaria y como la ¨²nica posible depositaria de una legitimidad global. Annan proced¨ªa de la burocracia de la ONU y quiz¨¢ por ello fracas¨® en aplicar una reforma interna imprescindible. Ha acabado su mandato enfrentado con la Casa Blanca por la guerra de Irak, y debilitado y afectado por casos de corrupci¨®n que nunca se aclararon del todo. Ban Ki Moon ha sido impulsado esencialmente por EE UU y por China. Ahora habr¨¢ de ganarse su autonom¨ªa.

Su condici¨®n de asi¨¢tico es fruto de los turnos geogr¨¢ficos, pero coincide con el ascenso econ¨®mico y geopol¨ªtico de Asia. En ese continente coinciden grandes fallas geopol¨ªticas, desde la de Corea del Norte nuclearizada -cuesti¨®n que conoce bien como ex ministro de Exteriores de Corea del Sur- a ese nuevo agujero negro en que se est¨¢ convirtiendo Bangladesh, junto con Pakist¨¢n, Afganist¨¢n y, mirando al oeste, las grandes crisis de Ir¨¢n, Irak y Oriente Pr¨®ximo en general. Ban Ki Moon debe impulsar a fondo esa nueva estructura de gobernabilidad global que es el Cuarteto, formado por la ONU, la UE, EE UU y Rusia, a la que ha de sumarse China.

Su reto inmediato, dice, es la crisis de Darfur. Tambi¨¦n debe impulsar la racionalizaci¨®n de las operaciones de paz de los cascos azules y el funcionamiento del nuevo Consejo de Derechos Humanos. La ampliaci¨®n del Consejo de Seguridad seguir¨¢ previsiblemente siendo una cuesti¨®n inabordable. Es hombre de pocas palabras, discreto y h¨¢bil negociador, caracter¨ªsticas buenas para sus retos, pero deber¨¢ tambi¨¦n lograr un perfil p¨²blico como referente internacional, lo que Annan logr¨® en cierta medida. No ha sido el mejor comienzo de su mandato su negativa a condenar la pena de muerte con motivo de la ejecuci¨®n de Sadam Hussein.