"El final de ETA va a ser largo porque no renuncia a tutelar la pol¨ªtica vasca"
Jos¨¦ Antonio Rekondo (Hernani, 1958) ha sido alcalde de Hernani siembre que HB no ha gobernado la localidad. Despu¨¦s de tres mandatos, aupado por el resto de los partidos, este militante de EA ha anunciado que se no optar¨¢ a la reelecci¨®n.
"Tengo claro que Batasuna ten¨ªa la determinaci¨®n de no condenar la violencia, como ahora lo ha demostrado".
"Veo a la direcci¨®n de EA alejada completamente de la realidad y los deseos de las bases de su propio partido".
Un profundo conocimiento del mundo de la izquierda abertzale y sus procedimientos intolerantes, que padeci¨® personalmente, le han reforzado en la convicci¨®n de que el final de ETA ser¨¢ muy largo, porque no renuncia a conseguir un precio pol¨ªtico antes de desarmarse. Frente a las aventuras soberanistas en que se ha embarcado el PNV y su partido, Rekondo es un defensor del necesario entendimiento entre nacionalismo y socialismo, como el "eje hist¨®rico que ha construido la sociedad vasca desde la transici¨®n, incluso desde el final de la guerra civil".
Pregunta. A punto de cerrar un ciclo al frente del ayuntamiento de su pueblo, ?cu¨¢l es su estado de ¨¢nimo y su balance?
Respuesta. Estoy satisfecho. No tengo la conciencia de irme por la puerta de atr¨¢s, que es lo que podr¨ªa crearme un poco de amargura. Mi reflexi¨®n es que he estado un tiempo suficiente para no ser v¨ªctima de emociones no controlables. Estoy satisfecho de mi comportamiento ante la gesti¨®n municipal y la violencia pol¨ªtica.
P. Es el ¨²nico alcalde cuya trayectoria como primer edil en dos mandatos fue interrumpida por Euskal Herritarrok, que obtuvo mayor¨ªa absoluta en 1999. Regres¨® despu¨¦s, en 2003, ?C¨®mo encontr¨® el ayuntamiento?
R. La izquierda abertzale s¨®lo ha conseguido la mayor¨ªa absoluta en Hernani aprovechando la corriente favorable de la tregua. El mandato de EH que se incrusta entre los que yo he gobernado fue el m¨¢s desordenado y de peor gesti¨®n de los que ha tenido HB en Hernani.Eran hijos de su tiempo y de la conflictividad que presidi¨® el cambio de EH en Batasuna, con la ruptura de la tregua de ETA y su campa?a de amenazas a muchos sectores sociales.
P. ?Ha visto atemperarse a Batasuna en estos cuatro a?os?
R. No s¨¦ si por vocaci¨®n o por desmovilizaci¨®n, Batasuna tambi¨¦n ha contribuido a rebajar la tensi¨®n en las calles de Hernani. Preferir¨ªa que fuese por vocaci¨®n, pero las ¨²ltimas noticias no son muy halag¨¹e?as.
P. ?Estaba Batasuna preparada para volver a las instituciones y aceptar las reglas de juego?
R. Ellos quer¨ªan volver y estaban buscando la f¨®rmula m¨¢s adecuada, ya que Zapatero no iba a cambiar la Ley de Partidos. Pero tengo claro que Batasuna ten¨ªa la determinaci¨®n de no condenar la violencia, como ahora lo ha demostrado. No obstante, creo que es un sector social y soy partidario de que su proyecto est¨¦ y se contraste en las instituciones.
P. Su libro Bietan Jarrai refleja su conocimiento del mundo abertzale. ?Crey¨® de verdad que este alto al fuego era definitivo, o que se trataba de una nueva utilizaci¨®n estrat¨¦gica de las treguas por parte de ETA?
R. La declaraci¨®n parlamentaria del 2005 impulsada por Zapatero, adem¨¢s de leg¨ªtima, es muy expl¨ªcita al pedir a ETA "signos inequ¨ªvocos" del abandono de la violencia. Pero, en paralelo, ETA concedi¨® una entrevista a Berria donde daba una serie de claves del proceso. All¨ª se constataba que no estaba dispuesta a abandonar su pretensi¨®n de tutelar la pol¨ªtica vasca. Desde el principio, ETA no ha renunciado a ganar algo a cambio de su desarme: probablemente, los dos puntos de su alternativa democr¨¢tica, territorialidad y autodeterminaci¨®n.
P. De modo que piensa que en ETA no est¨¢ madura. ?Y no le ha sorprendido esta ruptura ni la actitud del Gobierno?
R. Tengo la impresi¨®n de que ambas partes no hablan en los mismos t¨¦rminos; que no existe la misma racionalidad en la postura de ETA, que exige primero avances pol¨ªticos para dosificar su abandono de la violencia, que en la del Gobierno, que reclama una verificaci¨®n, una clara demostraci¨®n de esta voluntad.
P. ?Ad¨®nde nos lleva el escenario actual de una tregua rota?, ?cu¨¢l es su expectativa de futuro?
R. Veo que la realidad es muy dif¨ªcil de moldear al gusto deseado por ETA. Por ejemplo, el tema de Navarra, para un dem¨®crata, tiene que pasar por la voluntad de sus ciudadanos, no por un proceso de negociaci¨®n en el que la voluntad de sus ciudadanos sea un factor m¨¢s. De modo que, o ETA abdica de sus planteamientos, o hay alguien que es capaz de pactar con ETA en esos t¨¦rminos. Y eso no puede ser. Por eso creo que el proceso final de ETA va ser largo.
P. ?La firme postura de Imaz representa en el proceso supone un giro moderado en el PNV frente al soberanismo de Lizarra del que aflor¨® el Plan Ibarretxe?
R. M¨¢s que en una disputa sobre el proyecto soberanista, sobre el cual no existen en el PNV diferencias esenciales, el liderazgo de Imaz se centra en restaurar la buena entente cordial con Zapatero y una posici¨®n unificada o compartida sobre la violencia.
P. ?Con esa aproximaci¨®n hacia el PSOE se vuelve a restaurar la ruptura social que represent¨® Lizarra entre nacionalistas y no nacionalistas?
R. Parece que s¨ª. Aunque yo no interpreto, como algunos, que se trata de reeditar el eje PNV-PSE anterior a Lizarra. Creo que el nacionalismo y el socialismo se tienen que entender en este pa¨ªs, estemos o no en el gobierno, porque es el eje hist¨®rico que ha construido la sociedad vasca desde la transici¨®n, incluso desde el final de la guerra civil. Es un bagaje hist¨®rico que no deber¨ªamos echar en saco roto. Dicho esto, Imaz busca el entendimiento de la pluralidad de los partidos en momentos importantes, como este de la paz. Pretende reconocer la pluralidad pol¨ªtica del pa¨ªs y no caer en la tentaci¨®n de creer que somos los ¨²nicos porque llevamos 25 a?os liderando el gobierno.
P. Esa actitud de recuperar el consenso roto no la adopta tan claramente la direcci¨®n de EA, su partido, que es m¨¢s radical.
R. Mi partido tiene, por parte de algunos, un discurso con apariencia de rupturista, pero lo cierto es que ha estado en los consensos reales y est¨¢ en las instituciones vigentes, por mucho que algunos postulen que hay que cambiarlas.
P. Ha encabezado el debate sobre la coalici¨®n con el PNV al no aceptar como firme la decisi¨®n de la ejecutiva de ir solos a las elecciones. ?C¨®mo va a terminar esta disputa?
R. Creo que el congreso dar¨¢ la vuelta a esa decisi¨®n. No le veo a EA en una opci¨®n pr¨¢ctica rupturista, pero veo a la direcci¨®n de EA alejada completamente de la realidad y los deseos de las bases de su propio partido. Conocemos, pueblo por pueblo, c¨®mo ha recibido la gente la decisi¨®n de la ejecutiva y le daremos la vuelta.
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