'Der Spiegel' cumple 60 a?os

El semanario alem¨¢n Der Spiegel, el de mayor tirada de Europa (un mill¨®n de ejemplares), cumple 60 a?os en medio de una crisis de identidad. Der Spiegel se distingui¨® y adquiri¨® prestigio por crear un modelo de investigaci¨®n y una l¨ªnea de independencia y cr¨ªtica que le vali¨® el mote de ca?¨®n de la democracia. Sus informaciones irritaban a los pol¨ªticos, que le llamaron "nueva Gestapo" (el democristiano Franz Josef Strauss) o "publicaci¨®n de mierda" (el socialdem¨®crata Willy Brandt).

Naci¨® Der Spiegel el 4 de enero de 1947, fundado por Rudolf Augstein, un periodista de 23 a?os que hasta su muerte, el 7 de noviembre de 2002, fue el alma y editor del semanario. Muy pronto sus informaciones provocaron conflictos. El primer caso importante fue la denuncia de que algunos diputados hab¨ªan sido sobornados en la votaci¨®n para decidir si la capital de Alemania se instalaba en Fr¨¢ncfort o Bonn.

En octubre de 1962, el semanario public¨® una investigaci¨®n que pon¨ªa en duda la capacidad de defensa de la OTAN y de Alemania ante el Pacto de Varsovia. El entonces ministro de Defensa, el socialcristiano Franz Josef Strauss, consider¨® la informaci¨®n revelaci¨®n de secretos militares, y orden¨® el allanamiento de las oficinas del semanario. Augstein pas¨® tres meses en la c¨¢rcel. El canciller Konrad Adenauer afirm¨®: "Nos encontramos ante un abismo de traici¨®n". Al final, Der Spiegel qued¨® rehabilitado y Strauss tuvo que dimitir.

La d¨¦cada de los ochenta fue tal vez la m¨¢s gloriosa del semanario, al descubrir el esc¨¢ndalo Flick y los sobornos a todos los partidos. A finales de 1994 Augstein design¨® a su sucesor, Stefan Aust. La redacci¨®n no le quer¨ªa ni en pintura, pero el editor consigui¨® imponerse.

Con Aust, la revista ha sufrido sin duda un proceso de derechizaci¨®n. En tono de burla se ha escrito que ha pasado de ser el ca?¨®n de la democracia a la pistola de agua de Angela Merkel. Durante la pasada campa?a electoral Der Spiegel adopt¨® posiciones muy cr¨ªticas contra el Gobierno de coalici¨®n entre socialdem¨®cratas y Verdes.

A sus 60 a?os, Der Spiegel se ha hecho mayor y ha perdido la fuerza de la ¨¦poca gloriosa. Los temas pol¨ªticos han dejado de ocupar un lugar destacado y apenas se producen revelaciones de importancia. No obstante, el antiguo ca?¨®n de la democracia conserva toda su potencia de fuego.