"Intento ser fiel a una tradici¨®n milenaria"
El alfarero ubetense Juan Tito recibe el Premio Nacional de Artesan¨ªa creado por el Ministerio de Industria
El alfarero ubetense Juan Mart¨ªnez Villaca?as, Tito, puede presumir de haber sido el que ha inaugurado la galer¨ªa de ilustres de los Premios Nacionales de Artesan¨ªa, cuya primera edici¨®n ha instaurado este a?o el Ministerio de Industria. Despu¨¦s de casi medio siglo acariciando el barro, Juan Tito (?beda, Ja¨¦n, 1940) es uno de los principales exponentes de una tradici¨®n milenaria, y a ¨¦l se debe tambi¨¦n el resurgir de este oficio en los a?os sesenta. Entonces dio carta de naturaleza a la cer¨¢mica art¨ªstica combinando la fidelidad al pasado con la adaptaci¨®n a los nuevos tiempos. El ceramista, art¨ªfice de las piezas que sirvieron para el decorado de la pel¨ªcula Alatriste, se apoya ahora en su hijo, Juan Pablo, que garantiza la continuidad de la firma Tito.
Con solo ocho a?os, Juan Tito ya hac¨ªa macetillas de barro. Hered¨® una tradici¨®n que en ?beda ha ido dejando huella en todas las ¨¦pocas, desde la ib¨¦rica a la barroca, pasando por la musulmana y la renacentista. Por eso, no oculta su satisfacci¨®n por haber sido premiado entre m¨¢s de 127 artesanos de toda Espa?a. "Nunca cre¨ªa que podr¨ªa volar tan alto", comenta el alfarero, para quien este premio -dotado con 14.000 euros- "puede ser una buena oportunidad para que se despierte un mayor inter¨¦s hacia la artesan¨ªa y potenciar un mercado que se encuentra un poco fr¨ªo".
La artesan¨ªa ubetense jug¨® un papel de primer orden en el Renacimiento. En el siglo XIX y principios del XX se llegaron a contabilizar en ?beda m¨¢s de mil alfareros; sin embargo con la llegada del pl¨¢stico el oficio se fue perdiendo y ahora apenas quedan siete familias. A mediados del pasado siglo, el oficio de alfarero qued¨® estigmatizado en ?beda, pero Juan Tito en 1965 cre¨® la firma Tito-?beda y abri¨® su taller en la plaza del Ayuntamiento, en el coraz¨®n tur¨ªstico de la ciudad. A partir de ah¨ª, las piezas para uso dom¨¦stico dieron paso a cer¨¢micas art¨ªsticas y se comercializaron por toda Espa?a.
De la mano de su hijo, Juan Pablo, que estudi¨® Bellas Artes, empez¨® entonces un proceso de investigaci¨®n que ha permitido recuperar colores y formas asociadas a ¨¦pocas de esplendor de la cer¨¢mica ubetense. As¨ª, se rescataron los azules cobalto del siglo XVI, o los verdes ¨¢rabes. "Una generaci¨®n tras otra de artesanos no puede hacer siempre lo mismo, los j¨®venes tenemos que innovar y buscar nuestra propia identidad", dice Juan Pablo, que ha tenido en la geometr¨ªa ibera y en los restos aparecidos en ?beda la Vieja sus fuentes de inspiraci¨®n. Tanto padre como hijo tienen claro que la innovaci¨®n no est¨¢ re?ida con la tradici¨®n: "Nunca vamos a traicionar las ra¨ªces de la artesan¨ªa de ?beda. Intento ser fiel a una tradici¨®n milenaria".
Juan Tito tiene una espina clavada que ahora, tras el reconocimiento obtenido a escala nacional, espera pueda quit¨¢rsela. Se trata del Museo de Alfarer¨ªa que se cerr¨® hace varios a?os en el edificio del Ayuntamiento "por la insensibilidad de los gobernantes de entonces". "Ser¨ªa un espacio para los alfareros de ?beda y para garantizar la continuidad del oficio", apunta.
Aunque Tito lleva toda su vida trabajando, nunca sus obras hab¨ªan tenido tanta repercusi¨®n como las 300 piezas que realiz¨® para la pel¨ªcula Alatriste. Sus obras encandilaron a los responsables de la principal producci¨®n art¨ªstica del cine espa?ol, que ya utilizaron un candil de su taller para una secuencia de Carmen, de Vicente Aranda.
Entre las 300 piezas de ajuar realizadas para la pel¨ªcula de D¨ªaz Yanes destacan azumbres, utilizados para establecer medidas, sobre todo las del vino; cuencos, vasijas, platos, c¨¢ntaros y anafres. La obra pict¨®rica de Vel¨¢zquez y Zurbar¨¢n sirvi¨® como fuente de documentaci¨®n para elaborar algunos de los utensilios utilizados en los decorados de esta pel¨ªcula que ha divulgado la riqueza renacentista de ?beda y de la vecina Baeza. La serie Los santos de la Cartuja, de Zurbar¨¢n, se tom¨® como modelo para buscar y conseguir los blancos mates en algunas de las jarras. Esta experiencia tambi¨¦n sirvi¨® para recuperar la t¨¦cnica de la doble cocci¨®n, algo que en ?beda ya hab¨ªa desaparecido.
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