?rase una vez...
"WE MUST go over the rainbow", dec¨ªa Dorothy en El Mago de Oz. Y es un gigantesco arco iris luminoso del artista italiano Ugo Rondinone que, desde el tejado del CGAC, gu¨ªa al p¨²blico hacia la exposici¨®n Cuentos digitales, haciendo visible desde la distancia un edificio que su autor, el arquitecto ?lvaro Siza, dot¨® de una volumetr¨ªa que le oculta de las miradas lejanas.
Ya en el interior, Caja para contener el vac¨ªo, una escultura practicable y descomponible de Fernanda Fragateiro, sirve como met¨¢fora de una exhibici¨®n que se propone subvertir los c¨®digos de la realidad, obligando el espectador a activar sus adormilados mecanismos de percepci¨®n. As¨ª como la caja cambia su configuraci¨®n, revelando pasillos ocultos y ventanas que son espejos, el montaje concebido por Manuel Olveira, director del CGAC y comisario de la muestra, recrea un escenario fant¨¢stico, seductor e inmersivo, donde la realidad se mezcla con los sue?os, los deseos y los miedos. En los mundos de la fantas¨ªa, nada es lo que parece. No sorprenda, pues, que la chica del retrato de John Gerrard, reaccione a la presencia del espectador y a su manipulaci¨®n, sigui¨¦ndole l¨¢nguidamente con la mirada.
"Es una exposici¨®n con muchas sombras, todo es muy atractivo pero encierra lecturas enga?osas, inquietantes y peligrosas", indica Olveira, que en su recorrido va desgranando los temas recurrentes a lo largo de toda la historia de la narraci¨®n. La siempre actual dicotom¨ªa entre realidad y ficci¨®n, que desde la cueva de Plat¨®n y los sue?os de Calder¨®n de la Barca ha llegado hasta Matrix y El Show de Truman, se plasma en la arquitectura de cristal y los espacios ilusorios de la danesa Ann Lislegaard. La atracci¨®n-repulsi¨®n del descubrimiento del sexo en la adolescencia toma forma en la Caperucita contempor¨¢nea del v¨ªdeo de Salla Tykk?, mientras que Mar¨ªa Ruido utiliza el cuento de la Sirenita para analizar en una performance la econom¨ªa amorosa patriarcal. Voz y piernas... ?cu¨¢l es el precio que deben pagar las mujeres para ser amadas?
Las 83 obras seleccionadas descomponen y reproponen los c¨®digos de comportamiento, los roles sexuales, los arquetipos sociales y los relatos, producidos por las ideolog¨ªas conservadoras, que dibujan un futuro incierto y sombr¨ªo, donde el at¨¢vico miedo al enemigo justifica nuevas pol¨ªticas de control y recortes de libertad. Y, m¨¢s fuerte que todos, el miedo al cambio. Aquel cambio que se materializa en la revoluci¨®n digital y, en ¨¢mbito narrativo, es el resultado de una evoluci¨®n que empieza en la d¨¦cada de 1930 con el cine y contin¨²a con las series televisivas y los dibujos animados, pilares de las nuevas tipolog¨ªas de la ficci¨®n contempor¨¢nea. "Lo digital radicaliza la interactividad y la conectividad y lleva al extremo las alteraciones narrativas, como demuestra la descomposici¨®n de las secuencias en pel¨ªculas como las de Tarantino o en los videojuegos", se?ala el comisario. Una vez m¨¢s el propio soporte influye en el desarrollo del contenido. Como ya pas¨® con la aparici¨®n de la imprenta y el arrollador ¨¦xito de los hermanos Grimm, que contribuy¨® decisivamente a desplazar la tradici¨®n oral, el soporte digital est¨¢ modificando la forma de contar historias, percibirlas y vivirlas.
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