Valent¨ªa frente a los verdugos

SI ENTONCES, hace 20 a?os cuando apareci¨® el libro de Egido, la obra fascin¨® a muchos de cuantos ¨¦ramos estudiantes de letras, si gracias a esta obra magn¨ªfica incluso "descubrimos" a Unamuno -se le cayeron las etiquetas partidistas, entre otras cosas-, qu¨¦ duda cabe de que ahora seducir¨¢ a cuantos lo lean, con los ¨¢nimos m¨¢s que dispuestos por un panorama cultural en que la literatura sobre la Guerra Civil espa?ola est¨¢ en auge. Agonizar en Salamanca es un libro apasionado a pesar de su tristeza. Mantiene una tonalidad melanc¨®lica de fondo, acrisolada por un lenguaje perfecto, rico y musical. Su prosa, casi po¨¦tica a veces, alterna la informaci¨®n con el ensayo que transmite la profunda empat¨ªa del autor con un veros¨ªmil don Miguel.Es el relato de la confusi¨®n de un viejo lleno de ideas y aislado en un mundo que no entiende de matices, en el cual la gente, ¨¢vida de consignas pol¨ªticas, prefiere matar antes que pensar. El an¨¢lisis, asimismo, de la desolaci¨®n del solitario, el desierto propio del cuerdo entre locos.

Y, c¨®mo no, Egido recuerda el actuar valiente de Unamuno frente a los verdugos con la descripci¨®n del glorioso canto de cisne final de aquel anciano todav¨ªa vigoroso, siempre en pugna por defender su soledad y su conciencia. ?ste, abrumado por las circunstancias y tras diversas vacilaciones, supo por fin d¨®nde estaba su lugar y con qui¨¦n deb¨ªa v¨¦rselas.