La cinefilia, ?una enfermedad en v¨ªas de desaparici¨®n?
La iniciativa, simp¨¢tica, de este primer Salon du Cin¨¦ma en un Par¨ªs que durante d¨¦cadas ha sido la capital mundial de la cinefilia, es otra prueba de que ese tipo de pasi¨®n por el cine est¨¢ extingui¨¦ndose. La variedad de t¨ªtulos que se estrenan cada a?o puede que sea la misma o mayor que veinte a?os atr¨¢s, pero su vida es m¨¢s breve, enseguida son desprogramados, no tienen tiempo de instalarse y su repercusi¨®n cultural es m¨ªnima. El desprestigio de la cr¨ªtica y la uniformizaci¨®n cultural han acabado casi con la idea misma de autor aplicada al cine.
Los cr¨ªticos con sus arbitrariedades y la uniformizaci¨®n al borrar el placer de descubrir las diferencias y aconsejar a todos los cineastas a adoptar como ¨²nico lenguaje v¨¢lido el del video-clip m¨¢s o menos acelerado. En su momento, cuando empez¨® a circular la noci¨®n de autor equiparada a la de los estilistas literarios, se aplicaba de manera restringida, pero luego los llamados autores empezaron a proliferar, de la misma manera que la nouvelle vague se llen¨® de directores que se ampararon bajo su etiqueta s¨®lo porque ¨¦sta permit¨ªa rodar m¨¢s r¨¢pido y barato, sin necesidad de estudios ni estrellas, y todo gracias a nuevas c¨¢maras m¨¢s ligeras y emulsiones m¨¢s r¨¢pidas. Antes la autor¨ªa se reconoc¨ªa en un tipo de plano, en la manera de servirse de las elipsis, de emplear la m¨²sica y, en definitiva, de fabricar un mundo. Nadie medianamente cultivado en los arcanos del cine pod¨ªa confundir un plano de Ford con otro de Hitchcock. Ahora la autor¨ªa radica o se confunde con las sotanas de Keanu Reeves o con el transformar las matanzas en ballets, tal y como procede John Woo. Hay un abismo moral entre esas dos maneras de considerar la cuesti¨®n de la autor¨ªa. El Salon du Cin¨¦ma consagra la idea del cine como entretenimiento, el triunfo del c¨®mo sobre el qu¨¦ pero sin que la interrogaci¨®n afecte el estilo sino las t¨¦cnicas. El tener algo que contar y el saber c¨®mo hacerlo no es materia que se debata en p¨²blico. ?Por pudor o porque a nadie interesa?
Babelia
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