El Consell pide la palabra en Bruselas

Otras muchas lagunas podremos denunciar de las autoridades comunitarias de Bruselas, pero no en modo alguno la ignorancia o indiferencia acerca del urbanismo que se ha desarrollado en el Pa¨ªs Valenciano. Tanto es as¨ª que bien podr¨ªa ser este asunto una de las almorranas administrativas que m¨¢s fastidia intermitentemente a los altos mandatarios de la UE. Como se ha recordado estos d¨ªas, en los ¨²ltimos a?os se han incoado y sucedido dos expedientes por infracci¨®n de la anterior Ley Reguladora de la Actividad Urban¨ªstica (LRAU) y por la norma vigente, la Ley Urban¨ªstica Valenciana (LAV), mediando, adem¨¢s, 15.000 denuncias por presuntos abusos en este cap¨ªtulo, dos visitas de eurodiputados para constatar sobre el terreno las quejas e irregularidades, y el llamado Informe Fourtou que las registr¨®. En pocos otros cap¨ªtulos habr¨¢ puesto m¨¢s atenci¨®n el Ejecutivo europeo.

Sin embargo, el Consell de la Generalitat no s¨®lo se cree incomprendido por aquellos dignatarios, sino tambi¨¦n traicionado por su representante legal y constitucional, que es el actual Gobierno de Madrid, el ¨²nico interlocutor ante la Comisi¨®n Europea en nombre del Estado espa?ol. De ah¨ª que, en un gesto meramente efectista y en previsi¨®n del revolc¨®n jur¨ªdico que le acecha, el consejero de Territorio, Esteban Gonz¨¢lez Pons, haya proclamado su intenci¨®n de entrevistarse con el comisario europeo de Mercado Interior para defender sin intermediarios sus alegaciones a favor de la ley urban¨ªstica vigente, objeto del ya aludido expediente de infracci¨®n.

Seg¨²n el mentado consejero -y el Consell con ¨¦l- hay 13 comunidades aut¨®nomas que aplican la misma o muy parecida normativa urban¨ªstica, incluyendo la figura del cuestionado por estos pagos agente urbanizador. Y eso es lo que, en suma, se pretend¨ªa aducir ante Bruselas, pero que Madrid no ha incluido en su alegato porque s¨®lo es el urbanismo valenciano el que est¨¢ en candelero. ?Por qu¨¦ ser¨¢, ciertamente, como se preguntaba el ex consejero socialista Eugenio Burriel? ?Por malevolencia europea, por inquina del Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero, porque hay una conspiraci¨®n contra el que fue descrito como "el modelo urban¨ªstico m¨¢s sostenible de Espa?a"? Los trinos populares de victimismo pueden alcanzar cotas ins¨®litas.

Hay dos aspectos de este episodio que no acabamos de columbrar. Nos referimos, en primer lugar, a la salida de pata de banco que ha sido la referida pretensi¨®n de apelar directamente a Bruselas, obviando la mediaci¨®n del Gobierno e instando una audiencia. ?Habremos de creer que no ha sido previamente filtrada y valorada por nadie para impedir el disparate? De ser as¨ª, la conclusi¨®n est¨¢ clara: el Consell no funciona coordinadamente y, adem¨¢s, est¨¢ al albur de uno de sus miembros m¨¢s temerarios, decimos del referido consejero, que en esta ocasi¨®n le ha dado por el desahogo secesionista como antes nos ameniz¨® con el discurso verde. Un verdadero peligro para dejarlo a su aire. No obstante, lo probable -y pat¨¦tico- es que el n¨²cleo duro del Gobierno auton¨®mico estuviese al loro de esta pirueta recibida con pasmo y risa en los medios pol¨ªticos.

El otro aspecto chocante es la desvelada propuesta de enmendar legalmente la referida figura del agente urbanizador, alfa y omega de todo este problema por cuanto condensa la inmensa mayor¨ªa de las protestas que han llegado a Bruselas. "Se acerca la hora de cerrar el grifo", ha declarado -y recogido en estas p¨¢ginas- el consejero de marras, refiri¨¦ndose a la f¨®rmula que ha permitido las vast¨ªsimas recalificaciones de terreno r¨²stico a impulsos de quien no era su propietario, pero -a?adimos nosotros- contaba con la complacencia o complicidad de la autoridad municipal y auton¨®mica. Se trata, al parecer, de ponerle coto a este procedimiento, restaurando el ¨¢mbito de la iniciativa p¨²blica.

Ver para creer, pero si tal es el prop¨®sito, ?por qu¨¦ demonios no se activ¨® cuando ya era evidente el correctivo sancionador que merec¨ªa la ley urban¨ªstica en vigor e incluso las intenciones de las instancias europeas? Es posible que fuese evidente para todos, menos para el PP valenciano, que se tiene por un dechado urban¨ªstico. Hay desvar¨ªos que requieren tratamientos severos.