'Pacitud'
A S¨¦gol¨¨ne Royal, candidata del partido socialista a la presidencia francesa, le han sacado cantares por algo que dijo el otro d¨ªa durante su viaje a China. Para referirse a la valent¨ªa utiliz¨® la palabra "bravitude", en lugar de la tradicional "bravoure". La an¨¦cdota tiene una traducci¨®n perfecta al castellano; es como si hubiera puesto en el espacio de la antigua bravura una nueva bravitud. A m¨ª me han gustado el gesto y el neologismo. El gesto porque la creatividad verbal es infrecuente, por no decir ins¨®lita, en la clase pol¨ªtica, y permite esperar otras creatividades en asuntos de mayor calado. La nueva palabra, porque adem¨¢s de alentar el mestizaje y el movimiento intelectual, da pie para sugerentes rimas. Con actitud, juventud o exactitud, por ejemplo.
Sin desviarme, doy un salto en el espacio y en tiempo. En su libro titulado Praga en tiempos de Kafka, la escritora italiana Patrizia Runfola cuenta que durante la primera Guerra mundial trabajaba en Viena, en la sede de los Archivos de la Guerra, una "patrulla literaria" cuya misi¨®n consist¨ªa en dar el ¨²ltimo toque de estilo a las informaciones que llegaban del frente, antes de hacerlas p¨²blicas. Este destacamento de "soldados letrados" estaba formado por escritores de la talla de Stefan Zweig, Hugo Von Hofmannsthal o el mism¨ªsimo Rainer Maria Rilke. Ni m¨¢s ni menos. Supongo que si las autoridades austriacas hab¨ªan reclutado para esa tarea a semejante personal es porque hab¨ªan comprendido que son los momentos dif¨ªciles los que hay que (d)escribir con letra m¨¢s clara. Y asumido que en tiempos de derrumbes hist¨®ricos, cuando existen razones para que se tambalean la confianza y la esperanza ciudadanas, a la gente se le debe por lo menos la garant¨ªa del lenguaje; la solidez y la fiabilidad de las palabras plenas, de las frases perfectamente construidas.
Estamos de derrumbe y de tambaleos. La bomba de Barajas nos ha devuelto viejas sensaciones, y obligado a sacar del trastero antiguos mecanismos. Muchos estaban ya en bastante mal estado y ahora, en su reaparici¨®n p¨²blica, revelan toda su oxidaci¨®n. Pero lo m¨¢s ro?oso es el lenguaje pol¨ªtico. Ninguna situaci¨®n merece ser mal contada, pero ¨¦sta en la que estamos pide a gritos creatividad verbal, frescura y rigor expresivos. Frases p¨²blicas que describan justamente la realidad y las medidas para afrontarla, y que no pueden consistir en un mero calco del discurso tradicional. Entre otras razones, porque a fuerza de calcar y calcar los mensajes, la tinta se consume y las palabras calcadas ya no se ven. Ni se oyen. O se oyen como quien oye llover. O se oyen huecas, como la misma piedra sacudida en la misma caja de resonancia o el mismo sonajero; mon¨®tonas, inexpresivas, mudas. Y as¨ª, Paz y di¨¢logo, huecamente (tan hueco estaba el lema que dentro le cab¨ªa, como se ha visto, cualquier cosa).
Ninguna situaci¨®n merece ser mal explicada, pero hay momentos en que las imprecisiones verbales, las frases hechas, las ambig¨¹edades del estilo, se vuelven aliado o escondrijo de aquello que supuestamente se pretende combatir. Y a los ejemplos m¨¢s recientes me remito. En cualquier tiempo pero sobre todo ahora, lo m¨ªnimo que nos merecemos los ciudadanos es que nuestros pol¨ªticos se abstengan de marear la perdiz ling¨¹¨ªstica y hablen con fundamento. A todos y especialmente al lehendakari -por l¨®gica institucional, por ser el autor del lema en cuesti¨®n, y por su evidente propensi¨®n al clich¨¦- hay que exigirles, si no creatividad verbal, al menos un compromiso de restituci¨®n ling¨¹¨ªstica: que devuelvan a las palabras su valor, que rellenen el dep¨®sito de su sentido. En vez de copiar f¨®rmulas (Paz y di¨¢logo) con un calco destintado y marchito que divide, desdice y confunde, en lugar de orientar. Bravitud rima con actitud, exactitud, juventud; y as¨ª sugiere una valent¨ªa consciente, din¨¢mica (hecha de actos), precisa (cargada de datos) y moderna, ajustada a las exigencias del presente. La paz de cartel ya no rima (la pobre) con nada. Propongo pacitud con iguales connotaciones y consonancias.
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