Capello: "Pido disculpas por mis gestos"

"Hay clima de fin de ciclo", atestiguan los dirigentes del Madrid con aire melanc¨®lico. "Empieza una nueva era", asegura el presidente, Ram¨®n Calder¨®n, con ¨ªmpetu renovador. El primer s¨ªntoma de cambio es musical. Salen los equipos y no se escucha a Pl¨¢cido Domingo, contratado por el ex dirigente Florentino P¨¦rez para interpretar un himno ¨¦pico. Ahora suena la voz de posguerra de Jos¨¦ de Aguilar evocando a "las mocitas madrile?as". El protocolo ha sido trastocado. Fabio Capello, el hombre al que atribuyen todas las decisiones, tambi¨¦n se muestra distinto: ha cambiado la chaqueta por el ch¨¢ndal. Tambi¨¦n ha modificado el equipo. Torres, un canterano de 20 a?os, ocupa el lateral derecho; Gago, el medio centro; Higua¨ªn, la punta junto a Van Nistelrooy. En la banda, Nieto se sienta en el sill¨®n de Beckham y De la Red en el de Ronaldo. Despu¨¦s de tres derrotas, el Madrid es m¨¢s ofensivo: se instituye el enganche, se abren dos extremos y arriba juegan dos puntas.

El madridismo tiene tantas ganas de darse una alegr¨ªa que desde hace meses acude al Bernab¨¦u presa de un optimismo galopante. Con esa predisposici¨®n celebr¨® ayer la alineaci¨®n de Capello.

No hubo escrutinio al entrenador italiano. La gente prefiri¨® no reparar en los ausentes. Nadie llor¨® a Beckham ni a Ronaldo y mucho menos a Cassano. Todos fueron apartados del proyecto en los ¨²ltimos d¨ªas. Pero el f¨²tbol del siglo XXI viaja tan r¨¢pido que lo ¨²nico que parece interesar a los aficionados es el futuro. La semana pasada qued¨® olvidada. Emerson tambi¨¦n. El centrocampista preferido de Capello tard¨® cuatro meses en perder el cr¨¦dito. Su valedor considera que cuando juega en Chamart¨ªn no resiste la presi¨®n. Ayer vio el partido en la banda. Vuelve Diarra. Gago es el nuevo edec¨¢n. Capello los puso a prueba en la Copa, contra el Betis, y aprob¨® el experimento con satisfacci¨®n. Ayer, Emerson no jug¨® ni un minuto. Es el s¨ªntoma de un cuerpo t¨¦cnico que conduce su proyecto a golpes de improvisaci¨®n.

Al final, Capello dedic¨® dos peinetas al p¨²blico. Seg¨²n explic¨®, sus gestos iban dirigidos a dos espectadores que se sientan detr¨¢s del banquillo y que le increpan habitualmente. "Rebasaron el l¨ªmite, pero pido disculpas. No es un gesto digno de un entrenador del Madrid", dijo despu¨¦s.