Que vuelvan a la unidad
El secretario de Organizaci¨®n del PSOE reprocha al PP que no cesara de manifestarse contra el Gobierno cuando ETA no mataba y que se quedara en casa cuando la banda ha vuelto a matar
Confieso que, a pesar del tiempo transcurrido, nunca deja de sorprenderme la soltura de cuerpo con la que los dirigentes del PP y sus corifeos medi¨¢ticos (aunque cabe albergar dudas razonables sobre qui¨¦n es realmente el dirigente y qui¨¦n el corifeo) coexisten felizmente con las m¨¢s groseras contradicciones en su discurso y en sus posiciones p¨²blicas. O dicho de otra forma, c¨®mo son capaces de defender simult¨¢neamente y con la misma fiereza una cosa y su contraria sin dar el menor s¨ªntoma de rubor o inquietud. Ya s¨¦ que una de las herencias m¨¢s caracter¨ªsticas del aznarismo es la consideraci¨®n instrumental de la verdad en la acci¨®n pol¨ªtica, pero uno tiende a pensar que en un tema como el terrorismo estar¨ªa justificado que se hiciera una excepci¨®n.
Ning¨²n Gobierno sensato hubiera dejado pasar la oportunidad de lograr la paz mediante el di¨¢logo
El Ejecutivo no ha contado ni un solo d¨ªa con el apoyo del PP frente al terrorismo
Hace falta una gran elasticidad para consumar y consagrar la divisi¨®n pol¨ªtica respecto al terrorismo y hacerlo invocando un pacto cuyo prop¨®sito esencial es garantizar que el Gobierno dirige la pol¨ªtica antiterrorista y la oposici¨®n le apoya; un pacto que el PP dej¨® de cumplir el mismo d¨ªa que dej¨® de ser gobierno y pas¨® a la oposici¨®n.
Es claramente contradictorio rasgarse las vestiduras durante los meses que ha durado el alto el fuego asegurando que el Gobierno estaba capitulando y cediendo a todas las exigencias de ETA, y a rengl¨®n seguido culpabilizar a ese Gobierno supuestamente claudicante por un atentado que probablemente tiene algo que ver con el hecho de que no se han producido tales concesiones sino lo contrario: que se ha mantenido siempre la firmeza.
No es l¨®gico ni responsable proclamar a los cuatro vientos que ETA est¨¢ m¨¢s fuerte que nunca (lo que es totalmente falso) cuando antes se ha explicado que el alto el fuego es la consecuencia de la extrema debilidad de la organizaci¨®n terrorista (lo que es totalmente cierto, y a lo que hay que a?adir que el atentado del 30 de diciembre tambi¨¦n es consecuencia de esa misma debilidad).
Y es asombroso que un partido con vocaci¨®n de gobierno se pase todos los fines de semana en la calle, convocando y apoyando manifestaciones contra el Gobierno, y sin embargo est¨¦ ausente en la primera manifestaci¨®n que se convoca en esta Legislatura para responder a un atentado terrorista. El PP no ha cesado de manifestarse contra el Gobierno cuando ETA no mataba y se ha quedado en casa cuando la manifestaci¨®n es por la paz y contra ETA despu¨¦s de que hayan vuelto a matar.
Ning¨²n Gobierno sensato hubiera dejado pasar la oportunidad de alcanzar la paz mediante el di¨¢logo. Todos sentimos frustraci¨®n al comprobar que ETA, prisionera de su propia violencia, ha sido incapaz de sostener coherentemente ese di¨¢logo. Entre hablar o matar, ha elegido matar. Ahora, desde la certeza pol¨ªtica y moral de que hemos hecho lo que ten¨ªamos que hacer, hay que actuar en consecuencia con lo que ha ocurrido. La paciente determinaci¨®n que recomendaba Tony Blair en su visita a Espa?a sigue siendo la mejor actitud para vencer al terrorismo.
Se dice que hoy por hoy el acuerdo pol¨ªtico frente al terrorismo es imposible y que tal desacuerdo se debe a la quiebra del Pacto que firmaron el PP y el PSOE en el a?o 2000. Sin embargo, no es dif¨ªcil constatar que, lo quieran reconocer o no, estamos de acuerdo en unas cuantas cuestiones b¨¢sicas. Veamos:
Estamos de acuerdo -o deber¨ªamos estarlo- en que al Gobierno de Espa?a corresponde dirigir la pol¨ªtica antiterrorista, as¨ª como en nuestra voluntad de eliminar del ¨¢mbito de la leg¨ªtima confrontaci¨®n pol¨ªtica o electoral entre nuestros dos partidos las pol¨ªticas para acabar con el terrorismo. Punto Uno y fundamental del Pacto Antiterrorista.
Estamos de acuerdo en que de la violencia terrorista no se extraer¨¢, en ning¨²n caso, ventaja o r¨¦dito pol¨ªtico alguno. Punto Dos del Pacto Antiterrorista.
Estamos de acuerdo en que el di¨¢logo ha de producirse entre los representantes leg¨ªtimos de los ciudadanos, en el marco y con las reglas previstas en la Constituci¨®n y el Estatuto y, desde luego, sin la presi¨®n de la violencia. Punto Tres del Pacto Antiterrorista.
Estamos de acuerdo en reiterar la confianza, el apoyo y el compromiso con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que combaten el terrorismo; y en hacerlo extensivo a jueces y fiscales. Punto Cuatro del Pacto Antiterrorista.
Estamos de acuerdo en que la pol¨ªtica penitenciara contemple las formas de reinserci¨®n de aquellos que abandonen la organizaci¨®n terrorista y muestren actitudes inequ¨ªvocas de arrepentimiento y voluntad de resocializaci¨®n, tal y como establece nuestra Constituci¨®n. Punto Cinco del Pacto Antiterrorista.
Estamos de acuerdo en trabajar en el plano internacional para reforzar nuevas iniciativas de cooperaci¨®n, singularmente con Francia y en el marco de la Uni¨®n Europea. Punto Seis del Pacto Antiterrorista.
Estamos de acuerdo en que las v¨ªctimas del terrorismo reciban el reconocimiento y la atenci¨®n de la sociedad espa?ola, en preservar su memoria y en establecer un sistema de atenci¨®n cotidiana y permanente. Punto Siete del Pacto Antiterrorista.
Estamos de acuerdo en impulsar y apoyar la movilizaci¨®n de los ciudadanos en contra de la violencia terrorista y en repudio de los asesinos. (Subrayo: no en repudio del Gobierno, sino de los asesinos). Punto Ocho del Pacto Antiterrorista.
Estamos de acuerdo en que exista una colaboraci¨®n permanente entre el Partido Popular y el Partido Socialista (Punto Nueve del Pacto Antiterrorista) y en convocar a todas las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas a compartir estos principios y esta pol¨ªtica (Punto Diez y ¨²ltimo del Pacto Antiterrorista).
Estamos, sin embargo, en desacuerdo en que el Pacto firmado hace seis a?os (diciembre de 2000) deba usarse ahora como arma arrojadiza o como coartada para justificar la falta de voluntad unitaria. Estamos en desacuerdo en vetar y excluir de la unidad a fuerzas pol¨ªticas que hoy est¨¢n demostrando su lealtad y su compromiso con la democracia y frente al terrorismo. Y estamos en desacuerdo en controlar desde un partido una asociaci¨®n de v¨ªctimas para usarla como ariete contra el adversario pol¨ªtico.
?Cabe decir en estas condiciones que el acuerdo es imposible? S¨®lo si alguien se empe?a en que lo sea.
La verdad hist¨®rica es que el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero no ha contado ni un solo d¨ªa con el apoyo ni con la colaboraci¨®n del PP frente al terrorismo de ETA. Ni antes del alto el fuego, ni despu¨¦s de ¨¦l. Ni con atentados ni sin ellos. Es m¨¢s: tengo la convicci¨®n de que los dirigentes del PP en ning¨²n momento han considerado la posibilidad de apoyar con sinceridad al Gobierno en materia de terrorismo. Simplemente porque tal apoyo ser¨ªa radicalmente opuesto a la sustancia del proyecto estrat¨¦gico con el que pretenden recuperar el poder. Al contrario, tienen una gran confianza -totalmente equivocada- en la rentabilidad electoral de su actual posici¨®n.
Y sin embargo, les seguimos esperando. Es m¨¢s, les seguimos pidiendo que vuelvan al espacio de la unidad de todos los dem¨®cratas. Porque todos estamos de acuerdo en que el arma m¨¢s poderosa contra ETA, la que ha demostrado ser m¨¢s eficaz, es la unidad ciudadana y pol¨ªtica frente a la violencia. El deseo de paz por encima de cualquier discrepancia en cuanto al recorrido.
M¨¢s all¨¢ de las obvias consideraciones ¨¦ticas, la historia est¨¢ llena de ejemplos que demuestran que el oportunismo y la displicente exclusi¨®n del principio de buena fe en la acci¨®n pol¨ªtica nunca son rentables a la larga. Al rev¨¦s: en democracia, terminan hundiendo a quien los practica. Los actuales dirigentes del PP tienen un pu?ado de motivos y experiencias recientes para haber aprendido esa lecci¨®n. Por c¨¢lculo rompieron la unidad frente al terrorismo y por c¨¢lculo -por uno menos burdo y m¨¢s afinado- esperamos que vuelvan a ella.
Jos¨¦ Blanco es secretario de Organizaci¨®n del PSOE
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