Un Libro Blanco para Oriente Pr¨®ximo
Tanto en el caso de Irak como en el del conflicto palestino-israel¨ª, todo el mundo est¨¢ de acuerdo en Estados Unidos en que nada volver¨¢ a ser como antes del informe Baker-Hamilton. Aunque sus repercusiones inmediatas no est¨¢n claras, ese hecho es innegable, y es de destacar que, una vez m¨¢s, sean los propios recursos de la democracia estadounidense los que han actuado para que la opini¨®n p¨²blica captara la inmensidad de la tragedia iraqu¨ª, volviera a adquirir conciencia de la urgencia y la importancia del drama palestino y propusiera un cambio de pol¨ªtica en toda la regi¨®n.
Al mismo tiempo, y pese a lo que pueda parecer, en Israel han surgido varios indicios prometedores, que se a?aden a la buena disposici¨®n comprobada de la opini¨®n p¨²blica hacia un Estado palestino. En el plazo de unas semanas, el primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, y el ministro de Defensa, Amir Peretz, se han declarado receptivos respecto a la iniciativa ¨¢rabe para una paz global en la regi¨®n, m¨¢s conocida como Iniciativa Abdal¨¢. Este giro en la buena direcci¨®n no ha merecido grandes titulares en la prensa occidental, pero no por ello deja de significar el regreso a la pol¨ªtica en un terreno que los militares y los fundamentalistas de ambas partes ocupaban desde hac¨ªa demasiado tiempo. Tambi¨¦n es significativa la decisi¨®n de la ministra israel¨ª de Educaci¨®n, que ha propuesto cambiar los libros de texto para que figuren en ellos las fronteras de la "l¨ªnea verde", es decir, las anteriores a la ocupaci¨®n de 1967.
A una conclusi¨®n id¨¦ntica ha llegado el Grupo de Alto Nivel creado por Kofi Annan bajo los auspicios de la ONU, a propuesta de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Recep Tayyip Erdogan, con el fin de oponer a la idea del "choque de civilizaciones" el proyecto de una "Alianza de Civilizaciones": "Un Estado palestino viable, justo, digno y democr¨¢tico es una necesidad y ser¨¢ el aut¨¦ntico garante de la permanencia y la seguridad de Israel". En su informe final, el Grupo se mostr¨® de acuerdo en que sus recomendaciones en materia de educaci¨®n, religi¨®n y medios de comunicaci¨®n, por muy ¨²tiles que fueran, acabar¨ªan en el olvido de los archivos de la ONU si, por conveniencia o por un consenso rutinario, sus miembros nos neg¨¢ramos a pronunciarnos sobre los problemas pol¨ªticos enraizados en todos los dramas que llevan un nombre: conflicto israelo-palestino, Israel, Irak, Afganist¨¢n, Chechenia. Y que, en el caso de Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica, reflejan adem¨¢s las consecuencias morales, culturales e ideol¨®gicas del periodo colonial.
La paz que es preciso inventar entre Palestina e Israel ocupa el centro del proyecto de la Alianza de Civilizaciones. Obliga a poner en marcha un an¨¢lisis objetivo de la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo, que deber¨ªa partir de tres realidades irrefutables:
-La realidad del movimiento nacional palestino, del que todos hemos comprendido que ni el desgaste del tiempo, ni la fuerza, ni el dinero van a acabar con su empe?o de construir un Estado libre, respetado y dotado de medios para ejercer su soberan¨ªa.
-La realidad del movimiento nacional jud¨ªo, que alcanz¨® sus objetivos en Israel, en una parte de Palestina, y del que tambi¨¦n sabemos que ni el terrorismo, ni las guerras ni las presiones internacionales podr¨¢n acabar con ¨¦l.
-Y la voluntad de todos, y fundamentalmente de la mayor¨ªa de los ¨¢rabes y los palestinos, el pueblo israel¨ª y los jud¨ªos de todo el mundo, de aceptar e impulsar una soluci¨®n digna, justa y ¨¦tica, que ofrezca una verdadera oportunidad para la coexistencia de los dos Estados, el palestino y el israel¨ª, con la misma seguridad, y los mismos derechos y deberes.
Este an¨¢lisis debe desembocar en una situaci¨®n en la que, con tranquilidad y sin sectarismos, se construya la paz entre dos Estados leg¨ªtimos. Dos Estados a los que se atribuir¨¢n, con ¨¢nimo de justicia, las mismas exigencias de viabilidad, permanencia y seguridad. Dos Estados y dos pueblos para los que esos derechos y valores tendr¨¢n que conjugarse de la misma forma.
Por ¨²ltimo, creemos que es vital que los palestinos y los israel¨ªes oigan pronunciar palabras que aborden de forma objetiva sus respectivas responsabilidades en la tragedia y el fracaso actuales. Es fundamental que los palestinos y el mundo ¨¢rabe-musulm¨¢n entiendan que los t¨¦rminos de la ecuaci¨®n Palestina-Israel pueden cambiar si Naciones Unidas asume la responsabilidad de explicar a la opini¨®n internacional qu¨¦ coste y qu¨¦ importancia han tenido estos 60 a?os de incomprensi¨®n, estigmatizaci¨®n y verdades ocultas.
Es preciso conocer y reconocer ese sufrimiento. La superaci¨®n de ese umbral psicol¨®gico e hist¨®rico puede cambiar la situaci¨®n, ser el primer paso en el camino hacia la reconquista de la dignidad, llevar por fin a una paz que abra la v¨ªa a la reconciliaci¨®n. El an¨¢lisis fr¨ªo y objetivo de estos 60 a?os puede ayudar a exorcizar los miedos en Israel y permitir que el pueblo israel¨ª recupere sus valores fundacionales.
Lo que proponemos es que Naciones Unidas impulse este ejercicio de verdad "pedag¨®gica y pol¨ªtica" sobre la historia entrecruzada de los dos pueblos, tal como ellos la han vivido, en forma de un Libro Blanco que es preciso comenzar sin tardanza, y en cuya redacci¨®n participen personalidades israel¨ªes y palestinas incontestables. Los ¨²nicos a los que este ejercicio pondr¨¢ a la defensiva ser¨¢n los extremistas y los fundamentalistas, porque ya no ser¨¢n los defensores de una causa de la que se han apoderado a falta de alternativas y de forma indebida.
Hay que confiar en que en Estados Unidos, a pesar de las dificultades, prevalezca este mismo punto de vista realista, basado en el informe Baker-Hamilton. Todos los actores de esta crisis en cualquiera de sus aspectos -las relaciones entre el islam y el mundo occidental, Irak, la paz entre palestinos e israel¨ªes- necesitan asumir lo que han vivido y han sufrido para poder construir su futura relaci¨®n sobre una base m¨¢s clara y serena. ?se ser¨¢ el sentido de este Libro Blanco.
Andr¨¦ Azoulay y Hubert V¨¦drine han integrado el Grupo de Alto Nivel de la ONU sobre la Alianza de Civilizaciones. Traducci¨®n de M. L. Rodr¨ªguez Tapia. ? Le Monde, 2007.
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