Verdadera locura
Ante el atentado contra las Torres Gemelas, la sociedad norteamericana reaccion¨® uni¨¦ndose en torno de su Gobierno. El temor, comprensiblemente, reforz¨® su unidad interna. Y debe de ser que Espa?a no teme a nada, porque aqu¨ª una parte de la sociedad hizo lo contrario tras el atentado del 11-M en Atocha. La derecha se neg¨® a aceptar el resultado electoral y en vez de unirse en aquel momento de crisis grave en torno al nuevo Gobierno empez¨® a cavar una trinchera que nos divide.
A la conmoci¨®n y unidad iniciales, en la creencia compartida de que era obra de ETA, se pas¨® en horas a sospechar que el Gobierno de Aznar manipulaba la informaci¨®n para beneficiarse electoralmente. Ese Gobierno presion¨® a la prensa y sigui¨® atribuyendo a ETA el atentado, ante la opini¨®n p¨²blica y ante las instituciones internacionales, hasta unas horas antes de abrirse las urnas. En el d¨ªa siguiente a la jornada electoral, Atocha era a¨²n carne viva y humeante, seguidores del PP se manifestaron frente a su sede en la misma ciudad pidiendo, brazo en alto, pared¨®n para el candidato ganador. Lo ocurrido entonces, algo in¨¦dito en Europa en a?os, es la base de nuestra situaci¨®n, la piedra terrible sobre la que ha venido descansando toda la legislatura. Y ah¨ª est¨¢n en la oposici¨®n los miembros del Gobierno anterior, que nunca han admitido error o fallo en la gesti¨®n de aquellos d¨ªas terribles.
Aquel 11 de marzo no fund¨® una uni¨®n, pues una parte de la sociedad, la derecha pol¨ªtica que ha conseguido mantener en torno de s¨ª a la derecha sociol¨®gica, no sinti¨® dolor; nunca consider¨® aquellas v¨ªctimas como propias. Y con las mentiras sobre el 11-M en sus peri¨®dicos y ETA como disculpa en las instituciones cav¨® con constancia la divisi¨®n social, una trinchera y un b¨²nker a prueba de verdades.
Pasma la posici¨®n tan extrema en que se ha instalado esta derecha. Lo explica su duro integrismo y casticismo, apenas influenciada por las derechas parlamentarias europeas. Y porque hereda una memoria: agitando y usando la mentira para sembrar miedo, provocando divisi¨®n y entorpeciendo las instituciones se gana el poder. Lo ensay¨® sin l¨ªmites la derecha en los a?os treinta y quiz¨¢ para sus descendientes el recuerdo que quede es que as¨ª gobern¨® una ¨¦poca larga y pudo realizar su proyecto nacionalista y clasista. Con la historia que tenemos debemos considerar c¨®mo se relaciona cada discurso pol¨ªtico con nuestro pasado: en el caso de esta derecha parece que no aprendi¨® a evitar la divisi¨®n, aprendi¨® a utilizarla. De cada asunto hizo un frente: trasvases, estatutos, matrimonio gay, ley antitabaco... No ha dudado en azuzar una campa?a para enfrentar comunidades: la pura xenofobia. Es un instrumento que separa pol¨ªtica, social y territorialmente; pasmosa su irresponsabilidad y su falta de sentido de Estado. Su groser¨ªa brutal es el signo de su violencia interna y el insulto y descalificaci¨®n obsesiva a la figura del presidente del Gobierno pretenden liquidar a quien considera un enemigo, no un adversario.
As¨ª fue ya en la ¨²ltima etapa de Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. Y as¨ª, desde el comienzo de esta legislatura, utilizan el terrorismo como arma. As¨ª acosaron salvajemente a las v¨ªctimas de Atocha hasta apartarlas de la circulaci¨®n, insultadas y tratadas como apestadas. Y se hizo fr¨ªamente porque estorbaban al protagonismo de "sus" v¨ªctimas, las de ETA, que han conseguido rentabilizar pol¨ªticamente. A pesar de la voluntad fundacional de algunas v¨ªctimas de tener una voz propia para expresar su punto de vista pol¨ªtico, el resultado hoy es el se?or Alcaraz, impulsado por el Partido Popular. Ah¨ª est¨¢n las manifestaciones contra el Gobierno, la agresi¨®n a un ministro, insultos a su presidente, para quien piden "pared¨®n". Bajo el paraguas de las v¨ªctimas, consignas de verdugos. Quienes comenzaron ese movimiento deben sentir frustraci¨®n y amargura ante tal perversi¨®n e impostura.
No es extra?o entonces que unas horas despu¨¦s de que ETA reventase el di¨¢logo que hab¨ªa ofrecido, con un gran edificio en ruinas y dos personas muertas, los dirigentes del PP, en lugar de ofrecer su apoyo inmediato al Gobierno, afirmasen nada menos que el Gobierno estaba fuera del Estado de derecho y le negasen su apoyo. Nada menos y en una hora de emergencia as¨ª. ?Deslealtad o traici¨®n? Demuestran una continuidad de hierro en todo lo que hacen desde el comienzo de la legislatura.
La campa?a contumaz de intoxicaci¨®n de medios que dicen ser "nacionales" pero que realmente son faccionales surte efecto: el buen envenenamiento es eficaz en dosis peque?as pero diarias. La realidad de una econom¨ªa razonable y ciertas reformas sociales en marcha es suplantada por la alucinaci¨®n de que vivimos una cat¨¢strofe hist¨®rica. Debido a que perdieron las elecciones. Y as¨ª un d¨ªa y otro: la culpa es del presidente, pues los anteriores eran competentes y ¨¦ste no; el Gobierno debi¨® haber atra¨ªdo al PP al consenso, no se esforz¨® bastante; se equivoc¨® al no unirse con el principal partido de la oposici¨®n en vez de tratar con los dem¨¢s partidos... Partidos a los que se les niega legitimidad. Que haya gente que, viniendo de la izquierda, compre estos argumentos y siga ese juego nos hace considerar la crisis y desorientaci¨®n hist¨®rica que vive la izquierda.
Este Gobierno, ante el di¨¢logo con el mundo enfermo de ETA, sufri¨® un rev¨¦s, como los anteriores. Quiz¨¢ se equivoc¨® al evaluar la maduraci¨®n del terrorismo vasco, al creer que hab¨ªa comprendido que el terror como arma pol¨ªtica era in¨²til. Pues nada m¨¢s in¨²til y menos rentable que el terrorismo etarra; en tantos a?os no ha conseguido ning¨²n resultado pol¨ªtico, ninguno. S¨®lo ha conseguido, poniendo la pistola en la cabeza de las v¨ªctimas, que su sociedad se haya degradado bajo una especie de s¨ªndrome de Estocolmo. Pero si hubo alg¨²n error del Gobierno, ser¨ªa similar a los de los anteriores, a los que no se les recrimin¨® el fracaso en su di¨¢logo con ETA.
El Gobierno hizo lo que deb¨ªa. Quien hizo lo que no se deb¨ªa de hacer jam¨¢s fue esta derecha que no acept¨® el resultado de las urnas y cree que el Gobierno, por destino, siguen siendo ellos. Como tal se comportan. Viviendo en su b¨²nker de mentiras atribuyeron al Gobierno todo tipo de traiciones, trataron al presidente y sus ministros como si fuesen los terroristas. Un d¨ªa pedir¨¢n perd¨®n por el da?o hecho al pa¨ªs, por la divisi¨®n social creada conscientemente s¨®lo para volver al Gobierno. Un Gobierno no vale nunca lo que un pa¨ªs.
Y un d¨ªa habr¨¢ otra derecha liberal y con verdadero sentido nacional, no faccional. Mientras, debi¨¦ramos atender al sentido com¨²n y la decencia b¨¢sica de esos inmigrantes que trabajan duro entre nosotros y lloran a sus muertos; son un m¨ªnimo com¨²n m¨²ltiplo que niega a esos m¨¢ximos comunes divisores. Los nuevos ciudadanos que se han hecho visibles estos d¨ªas traen aire fresco, ignoran esos viejos rencores y nos recuerdan lo esencial. Desnudan tanta mentira e insensatez que nos envuelve, esta verdadera locura.
Suso de Toro es escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Negociaciones con terroristas
- Abandono lucha armada
- Pol¨ªtica nacional
- Treguas terroristas
- Ruptura negociaciones
- Opini¨®n
- Orden p¨²blico
- Negociaciones ETA
- 11-M
- Presidencia Gobierno
- Atentados coche bomba
- Seguridad ciudadana
- Negociaciones paz
- Atentados mortales
- Atentados bomba
- Proceso paz
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Atentados terroristas
- PP
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Partidos pol¨ªticos
- ETA
- Lucha antiterrorista
- Grupos terroristas
- Conflictos