Construyo, luego existo
Hac¨ªa tiempo, a?os, que no sal¨ªa de vinos por Foz. Ya les adelanto que no me encontr¨¦ de vinos con el alcalde, ni con los de Bloque. Era mi esperanza, pero no sucedi¨®. No estaban las cosas como para tomar tazas, ?tazas?, ?eso qu¨¦ es? Ese vino turbio, espantoso, que costaba poco y beb¨ªamos todos ya no lo pide nadie. Est¨¢ descatalogado. Ahora se bebe Alvari?o, y se brinda con champ¨¢n franc¨¦s. El Olar, lo que nos quedaba de genuino bar portuario, lo est¨¢n reformando. Y tienen mi permiso, el verano que viene volver¨¢ a abrir.
El viejo N¨¢utico espera su derribo y el cine de Cageao lo mismo. El ¨²ltimo cine, oh!, el ¨²ltimo cine de toda la Mari?a que a¨²n sal¨ªa en los peri¨®dicos, compitiendo con las lejanas metr¨®polis, con A Coru?a, con Vigo. Tambi¨¦n eso se lo cargaron, querido Franco, con esos v¨¢teres que te gustaban tanto, v¨¢teres a?os treinta, de m¨¢rmol. La Iglesia tambi¨¦n vende, y la casa del cura igual.
Los pocos lugares emblem¨¢ticos que quedaban pasan a mejor vida, en su lugar florecer¨¢n edificios nuevos de cuatro plantas con sobretejado doble y retranqueado. O sea, seis. Eso s¨ª, las calles siguen siendo las mismas, aunque no lo parezcan. Antes, cuando les daba el sol, en los solares intercalados que quedaban vac¨ªos, los ni?os jug¨¢bamos. No es que quede poco espacio para jugar en Foz, no me da ninguna pena, ya no los necesito, pero a este paso va a haber que ir a buscar la pelota a la sala del vecino. Como muy probablemente esa sala est¨¦ vac¨ªa y el vecino ande por Barcelona o Madrid ni se va a enterar. As¨ª que a lo mejor hasta nos quedamos all¨ª.
En Foz siempre hemos tenido una clara vocaci¨®n de okupas, por eso construimos tanto, nos gusta rodearnos de vac¨ªo y contemplar desde nuestra asombrada ventana lo mucho que crece el vac¨ªo a nuestro alrededor. Es una suerte de desdoblamiento. ?Qui¨¦n vivir¨¢ en ese vac¨ªo! Misterio metaf¨ªsico. Lo que hace el vecino en su casa siempre nos ha interesado mucho, y m¨¢s si el vecino es un ente absoluto, un fantasma del ma?ana. La perspectiva del espionaje se ampl¨ªa mucho, y eso es a lo que nos dedicamos en Foz, a espiar nuestro futuro, a ver venir lo que no se sabe si vendr¨¢.
Siempre hemos cre¨ªdo que el progreso lo traen de fuera, o entra por mar o por la Espi?eira, siempre del m¨¢s all¨¢. De momento aqu¨ª ya les tenemos el piso. Es un modo de aventar el futuro, una l¨®gica contradictoria y aplastante como la de las antiguas familias numerosas y los pueblos subdesarrollados. Se tienen m¨¢s hijos cuanto m¨¢s pobre se es. A su manera la pobreza tienta al progreso, y la escasez a la abundancia.
Aqu¨ª se construyen m¨¢s pisos cuanta menos gente empadronada hay. ?Qui¨¦n nos dice que no llevamos raz¨®n? S¨®lo el ma?ana lo puede decir, y como siempre hemos sido superprevisores y superhospitalarios cuando vengan los chinos, los portugueses, los argentinos y los mesetarios a hacerse ricos, nos sentiremos por fin queridos y acompa?ados, y todo el mundo sabr¨¢ lo que es el mestizaje y el progreso.
"Siempre hemos estado muy lejos de todo", me lo dec¨ªa Reme el otro d¨ªa de vinos, por eso este aullido constructivo, esta llamada al fantasma, esta necesidad de pisos. ?A qui¨¦n le importa de d¨®nde sale el dinero? ?Hay alguna cosa que hacer en Foz m¨¢s que construir? Y no me vengan ustedes a m¨ª a hablar mal de Foz, por favor, Foz es mi pueblo, y cuando cumpla su destino como tierra de promisi¨®n, cuando sea la tierra de todos los sin tierra, naci¨®n de todos los desnacidos, meca de los olvidados, refugio de los proscritos, entonces querr¨¢n ustedes un pisito en mi pueblo y no se lo dar¨¦. Los pienso comprar todos, aunque s¨®lo sea por darle la raz¨®n al alcalde, que es vecino, y ver a los del Bloque tom¨¢ndose un vino con los del PSdeG y los del PP. Desbandada tremenda de pol¨ªticos estas Navidades en los vinos de Foz. ?Pero por qu¨¦?
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