La Quinta aumenta la dosis
El poblado marginal de Fuencarral se ha convertido en el epicentro de la hero¨ªna del norte de Madrid
Un destartalado Seat Ibiza de color blanco est¨¢ aparcado en la calle del Monasterio de Guadalupe, un solitario vial del nuevo barrio de Montecarmelo, al noroeste de la capital. En su interior, cuatro toxic¨®manos fuman hero¨ªna con el motor arrancado, quiz¨¢ para que la calefacci¨®n siga funcionando. Fuera hace fr¨ªo, es viernes, pasadas las diez de la noche, plena hora punta para los que sacan al perro de paseo. Los yonquis lanzan una mirada desafiante cuando los vecinos echan un vistazo al interior del coche a ver qu¨¦ se cuece dentro.
Una vecina sufri¨® el atraco de un yonqui cuando ¨¦ste se hallaba "en pleno mono"
Los toxic¨®manos vienen de comprar sus dosis en La Quinta, un poblado marginal situado a escasos metros de las nuevas casas, y donde se trafica con hero¨ªna y otras drogas, especialmente en un peque?o poblado paralelo, que las autoridades municipales denominan "las chabolas de la M-40" y que ha brotado a escasos metros del asentamiento principal, junto a la M-40.
Tanto La Quinta como las chabolas de la M-40 tienen los d¨ªas contados, seg¨²n el Ayuntamiento. Sin embargo, Mirasierra y Arroyo del Fresno se quejan de la inseguridad que generan, atracos incluidos, "desde hace ya demasiado tiempo", afirman, y que ahora se ha extendido a los miles de residentes del nuevo barrio de Montecarmelo. "El poblado est¨¢ dando sus ¨²ltimos coletazos", asegura Paloma Garc¨ªa Romero, del PP, concejal presidente del distrito de Fuencarral-El Pardo.
La Quinta se levant¨® en el verano de 1992 por el entonces Consorcio para el Realojamiento de la Poblaci¨®n Marginada para acoger a 83 familias de los poblados chabolistas de la Cruz del Cura y Ricote, en Fuencarral, y del de la avenida de Aster, en Chamart¨ªn. Casi 14 a?os despu¨¦s, en febrero de 2006, el Ayuntamiento inici¨® el desmantelamiento del centenar de chabolas de La Quinta. Casi un a?o despu¨¦s del principio del fin del poblado, a¨²n quedan nueve familias a la espera de una nueva vivienda, seg¨²n los datos oficiales que maneja el Consistorio. "Ser¨¢n realojadas en uno, dos, tres... meses", afirma Garc¨ªa Romero.
Pero en contra de los datos oficiales, en La Quinta viven unas diez familias. Hay un poblado paralelo de chabolas en las que la droga nunca duerme. D¨ªa y noche entra y sale gente a comprar. Esas chabolas han sido denunciadas por la junta de distrito. "Estamos a la espera de la orden de lanzamiento que debe darnos el juez", a?ade Garc¨ªa Romero. Ser¨¢ entonces cuando, "en una actuaci¨®n conjunta con las fuerzas de seguridad, derribaremos las chabolas", a?ade la edil.
Mientras llegan los permisos judiciales, los vecinos padecen los efectos de la onda expansiva del poblado. Las cundas (taxis de la hero¨ªna), con yonquis que hacen de ch¨®feres con rutas establecidas para recoger a otros toxic¨®manos por distintas partes de la ciudad y llevarlos al poblado, cruzan el barrio como sus veh¨ªculos espectrales, muchos a gran velocidad y sin respetar las se?ales de tr¨¢fico. Otros toxic¨®manos se valen de las zonas menos transitadas para aparcar sus coches y consumir droga, delante de familias que salen a pasear con sus hijos.
A Mari Cruz Lav¨ªn la atrac¨® un toxic¨®mano "en pleno mono" cuando estaba con su hijo, David, de algo m¨¢s de a?o y medio, y su madre, Mercedes Navarro, en un parque de la calle del Monasterio de Silos. "Lleg¨® muy alterado y nos dijo: 'Dadme todo lo que teng¨¢is. Tengo el mono y soy capaz de cualquier cosa'. No me qued¨® m¨¢s remedio que sacar la cartera y darle 10 euros". "Menudo susto nos dio", a?ade la abuela del peque?o.
En las zonas colindantes con el poblado, ya dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, yacen esqueletos calcinados de los coches robados que usan algunos toxic¨®manos para llegar hasta all¨ª. Los queman para borrar toda huella dactilar que les pueda delatar. El denso y maloliente humo negro de esos grandes fuegos se cuela por las ventanas de algunas casas de Montecarmelo. Hasta el carril-bici del anillo verde que cruza el barrio, en paralelo a la M-40, queda invadido por alg¨²n coche de toxic¨®manos, sobre todo, los fines de semana.
La polic¨ªa ha iniciado los tr¨¢mites para reforzar su presencia en el barrio. "En Montecarmelo ya hemos tramitado las peticiones para el incremento de efectivos y patrullas", afirma un portavoz de la Jefatura Superior de Polic¨ªa. "Adem¨¢s, hemos solicitado al Ayuntamiento un solar para abrir all¨ª una comisar¨ªa o una sucursal de la de Fuencarral. Pero si hay cuatro zetas
para todo el distrito , desde Sinesio Delgado a El Pardo, es normal que tarden en llegar", a?ade el portavoz.
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