La sabidur¨ªa de unas notas

Hay g¨¦neros literarios sin alardes de ser convertidos en canon que ense?an lo que no est¨¢ escrito. Una gran parte de la obra de Enrique Franco (Santander, 1920), cr¨ªtico musical de referencia en Espa?a durante d¨¦cadas, se encuentra desperdigada en una de estas formas casi furtivas que se denominan "notas al programa". ?l ha escrito miles durante d¨¦cadas, para todos los ciclos y festivales que han sido fundamentales, y en ellas ha desgranado los secretos y las claves que mueven y hacen sonar la historia de la m¨²sica.

Aquellos papeles que para una gran mayor¨ªa son de usar y tirar han sobrevivido muchas quemas gracias a que su mujer, Ana Mari, que los guardaba en el bolso a la salida de los conciertos, luego los clasificaba "con orden y concierto", dice Franco, y finalmente los encuadernaba. Con ellos, ahora, Tom¨¢s Marco con la colaboraci¨®n de ?lvaro Guibert y Cristina Pons han reunido una gran parte en el libro Escritos musicales, editado por la Fundaci¨®n Alb¨¦niz. El volumen fue presentado ayer en la Residencia de Estudiantes por Marco y Guibert acompa?ados de Paloma O'Shea, presidenta de la instituci¨®n que lo ha editado, que calific¨® a Franco como "el m¨¢s importante de nuestros intelectuales de la m¨²sica".

Ocho cajas

El compendio y las decenas de cajas rellenas de programas donde Marco ha hurgado para llevar a cabo este libro conten¨ªan mucho m¨¢s de lo que ha quedado en el volumen. Pero ¨¦ste aparece con lo que, a juicio de Marco y el autor, es fundamental.

Lo han estructurado en tres partes. La primera contiene el gran repertorio, desde comentarios a La reina de las hadas, de Henry Purcell, a sinfon¨ªas de Beethoven, conciertos de Mozart o misas de Bach; la segunda abarca la m¨²sica m¨¢s cercana con los maestros del siglo XX, de Ravel a Bartok, Stravinski, Berio o Penderecki, y la ¨²ltima parte re¨²ne escritos sobre compositores espa?oles.

Pero tambi¨¦n contiene algunas sorpresas el libro, que tanto Marco como Guibert destacaron. Cartas de directores como Sergiu Celebidache, "que se dirige a ¨¦l con la cercan¨ªa de un amigo", destac¨® Guibert, o dibujos dedicados de Rafael Alberti, quien le trataba como "maestro", completan un libro que puede ayudarnos a recordar escritos que han estado en la mano de todo aficionado o arrojar luz a quien los desconociera con un estilo cercano y directo, el mismo que ha ayudado a tantos amantes de la m¨²sica a descifrar todo el lenguaje sensorial que la define.

Es dif¨ªcil atrapar las esencias de lo que Daniel Barenboim define como "aire sonoro", pero Franco ha dedicado su vida a ello y ha convertido en s¨®lida tinta todos los mensajes que encierra el placer de las mejores partituras.