La espiral de tensi¨®n

Si durante el llamado proceso de paz el terreno judicial fue uno de los principales campos de batalla, el atentado de Barajas ha abierto una etapa en la cual las decisiones judiciales van a perfilar el paisaje posterior a la voladura del alto el fuego permanente.

El fallo sobre las actividades de Jarrai, Haika y Segi -la sentencia s¨®lo se conocer¨¢ la semana pr¨®xima, como m¨ªnimo- podr¨ªa ser el punto de partida, por si hac¨ªa falta, de la espiral de tensi¨®n que va a desarrollarse en los pr¨®ximos meses y que ya est¨¢ en la agenda.

Una agenda en la que hay que anotar la citaci¨®n de Juan Jos¨¦ Ibarretxe y tambi¨¦n de Otegi por el TSJ del Pa¨ªs Vasco a finales de este mes; la comparecencia de Otegi y sus colegas, en alg¨²n momento pr¨®ximo, en la Audiencia Nacional por su rueda de prensa del pasado d¨ªa 30; el recurso de Otegi ante el Tribunal Supremo por apolog¨ªa al terrorismo en el caso Argala y la repetici¨®n, el 21 de marzo, del juicio a Otegi en relaci¨®n con el funeral de Olaia Castresana.

El tribunal de la Sala Segunda debati¨® varios meses el recurso de casaci¨®n de los 23 miembros condenados por la Audiencia Nacional y de la Fiscal¨ªa. Durante la vigencia del alto el fuego el desenlace de la votaci¨®n, seg¨²n fuentes bien informadas, no estaba claro. Hay quien asegura que pod¨ªa haber sido tres contra dos a favor de mantener la sentencia de la Audiencia Nacional.

Pero esas fuentes aseguran que el atentado de Barajas cambi¨® radicalmente la perspectiva e inclin¨® la balanza a favor de considerar a esas formaciones organizaciones terroristas. Esta sentencia restituye, pues, la doctrina Garz¨®n, que ser¨¢ referencia para casos relevantes como el de Ekin, en el que est¨¢n acusados 56 miembros del entorno de ETA.

Como ya ha ocurrido otras veces, antes de dar a conocer la sentencia, que debe redactarse y que contendr¨¢ los votos particulares de dos magistrados, el presidente de la sala segunda, Juan Saavedra, consider¨® que para evitar filtraciones era conveniente anunciar el fallo de inmediato, lo que ha coincidido con la Tamborrada de Donostia, que dar¨¢ comienzo esta medianoche y que va a encrespar los ¨¢nimos de una jornada, la de hoy, en que de por s¨ª suelen estar excitados. Sin dar a conocer la sentencia, el Tribunal Supremo no ha ordenado enviar a la c¨¢rcel a los 22 condenados (uno ha sido absuelto).

Ahora bien, suena a toque de rebato que la sala cuarta de la Audiencia Nacional dictara la orden de detenci¨®n y la hiciera p¨²blica al tiempo que informaba al Ministerio del Interior, sin dar tiempo a preparar el dispositivo de detenci¨®n de los 22 condenados, cuando pod¨ªa haber actuado con sigilo y discreci¨®n para disminuir lo que se supone deber¨ªa ser el objetivo judicial, a saber, reducir el riesgo de fuga.