Mas exige a sus cr¨ªticos que eviten los debates en p¨²blico y se centren en las elecciones municipales
Cuadros convergentes critican a Duran por plantear ahora la entrada en el Gobierno central
Con el argumento de que no hay que dar gasolina a los "adversarios", el l¨ªder de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica, Artur Mas, impuso ayer la ley del silencio, al menos de puertas afuera, al grupo de dirigentes del partido que recientemente ha cuestionado su forma de dirigir la formaci¨®n. En el marco del Consejo Nacional de CDC, Mas insisti¨® en que los debates deben hacerse "de manera que despu¨¦s no acaben restando fuerza al proyecto", m¨¢xime cuando hay elecciones municipales a la vuelta de la esquina. Algunos dirigentes territoriales tambi¨¦n intervinieron para reprochar al l¨ªder de Uni¨®, Josep Antoni Duran, que plantee ahora la entrada de CiU al Gobierno central.
A sabiendas de que las espadas est¨¢n en alto y que las elecciones de mayo podr¨ªan decidir en Converg¨¨ncia mucho m¨¢s que cu¨¢ntos concejales consigue la formaci¨®n nacionalista, Artur Mas recurri¨® ayer al fem pinya de Jordi Pujol para atajar cualquier conato de rebeli¨®n interna a cinco meses de los comicios. En su discurso ante unos 400 cuadros del partido, Mas se mostr¨® partidario de un debate "intenso dentro del partido" y uno "extenso, sobre ideas, con la sociedad", pero reiter¨® una y otra vez que las cr¨ªticas en p¨²blico no pueden llevar nada bueno a la formaci¨®n nacionalista. La ropa sucia se lava en casa. Con todo, Mas se comprometi¨® a ir "acelerando en el futuro" el debate interno.
Seg¨²n varios dirigentes de CDC, antes de la intervenci¨®n de Mas, algunos cuadros del partido salieron en defensa del l¨ªder, de su estilo, y en contra de quienes lo critican a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n precisamente por su estilo de dirigir el partido. "Las cosas deben discutirse aqu¨ª, no en la prensa", reiteraron varios de ellos.
Con todo, y a diferencia del acalorado enfrentamiento que el n¨²cleo m¨¢s cercano a Mas mantuvo con sus cr¨ªticos en la reuni¨®n de la Ejecutiva de la semana pasada, la discusi¨®n no alcanz¨® cotas de gran voltaje. Quienes critican que Mas s¨®lo escuche y delegue en su reducido n¨²cleo de confianza -formado por David Mad¨ª, Quico Homs y Oriol Pujol Ferrusola-, a la vista de que se encontraban en minor¨ªa declinaron reproducir sus envites contra el estilo de Mas. Uno de ellos, Antoni Fern¨¢ndez Teixid¨®, ni siquiera asisti¨® al Consejo y Antoni Vives, vicesecretario de Militancia, tom¨® la palabra para mostrar su "lealtad" al l¨ªder convergente. Vives inst¨®, tambi¨¦n, a centrarse en las municipales y a redoblar los esfuerzos en la capital catalana, donde ve posible una victoria convergente.
En mayor o menor medida, estos y otros dirigentes han criticado ¨²ltimamente no s¨®lo la falta de debate interno en CDC, sino tambi¨¦n los bandazos ideol¨®gicos que ha protagonizado la formaci¨®n en los ¨²ltimos tiempos y que, en su opini¨®n, mantiene en la perplejidad m¨¢s absoluta a su electorado tradicional.
El cierre de filas en torno a Mas fue, pues, la nota dominante del Consejo Nacional. Coloc¨® la guinda a casi cinco horas de intervenciones el ex presidente Jordi Pujol, que hizo v¨¢lido el discurso de Mas en el sentido de convertir a Converg¨¨ncia en la "casa grande" del catalanismo, una expresi¨®n que entiende como una puesta al d¨ªa de su concepto de pal de paller de Catalu?a.
Pujol cerr¨® un turno de intervenciones que no s¨®lo estuvo marcado por la voluntad de Mas de frenar cualquier debate que pueda perjudicarle. Varios dirigentes territoriales expresaron tambi¨¦n su malestar con el l¨ªder de Uni¨® Democr¨¤tica, Josep Antoni Duran Lleida. El motivo no es otro que el momento escogido por Duran para abrir el debate sobre la incorporaci¨®n de Converg¨¨ncia al Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
Mas no se refiri¨® a ello en su discurso ante la militancia, la ¨²nica parte del Consejo Nacional abierto a los periodistas. Esta intervenci¨®n, centrada en el futuro de CiU y en acallar las cr¨ªticas, fue seguida de grandes aplausos. La ovaci¨®n hacia el l¨ªder, con el auditorio de pie, se prolong¨® hasta que periodistas y c¨¢maras abandonaron la sala a instancias de los organizadores.
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