El d¨ªa en que Rajoy decidi¨® quedarse en casa
El presidente del PP rompi¨® una tradici¨®n hist¨®rica y decidi¨® no acudir a la manifestaci¨®n contra ETA desoyendo las sugerencias de barones como Piqu¨¦ y Aguirre
Consult¨® con todo el mundo, pero decidi¨® en soledad. Mariano Rajoy escuch¨® voces a favor y en contra de acudir a la manifestaci¨®n contra ETA y resolvi¨®, por primera vez en la historia de la democracia, que uno de los dos principales partidos del pa¨ªs no secundar¨ªa una marcha contra el terror.
Al menos tres dirigentes importantes, como Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid; Alberto Ruiz-Gallard¨®n, alcalde de la capital; y Josep Piqu¨¦, presidente del PP catal¨¢n, apostaron desde un principio por acudir a la marcha, no por gusto, sino por obligaci¨®n, aunque el alcalde cambi¨® de idea a ¨²ltima hora, seg¨²n varios dirigentes. Otros, como ?ngel Acebes, Eduardo Zaplana y Javier Arenas defend¨ªan lo contrario. Despu¨¦s de esa decisi¨®n y su dur¨ªsimo discurso en el Congreso, que todo el PP acata, algunos cuadros consultados se muestran preocupados porque una posible pasada de frenada permita que el Gobierno recupere un fuelle que daban por perdido.
Algunos dirigentes temen que el partido se haya pasado en la estrategia para distanciarse de Zapatero
?Qu¨¦ llev¨® a Rajoy a optar por la f¨®rmula m¨¢s arriesgada? Dirigentes de su entorno m¨¢s cercano ofrecen explicaciones coincidentes. Una, de ¨ªndole personal. En asuntos como el de la reforma del Estatuto andaluz, donde decidi¨® pactar con el PSOE pese a las cr¨ªticas del sector m¨¢s conservador, Rajoy act¨²a m¨¢s por estrategia -su partido en Andaluc¨ªa no pod¨ªa quedarse fuera del pacto-. Pero en el tema de ETA su relaci¨®n personal con el presidente del Gobierno influye mucho, seg¨²n los dirigentes m¨¢s cercanos. Rajoy no se f¨ªa de Zapatero. Sinti¨® como una aut¨¦ntica traici¨®n, y as¨ª se lo record¨® en el pleno del pasado lunes, que en julio, despu¨¦s de haber pactado bajar el tono del debate sobre el Estado de la naci¨®n, el jefe de la oposici¨®n conociera a trav¨¦s de un teletipo, cuando ya no pod¨ªa intervenir, que se hab¨ªa autorizado una reuni¨®n con Batasuna, precisamente la l¨ªnea roja que hab¨ªa marcado Rajoy. Desde entonces ha sido imposible ning¨²n acuerdo.
"Zapatero dice en la entrevista de EL PA?S que la relaci¨®n con Rajoy es buena en privado. Yo creo que no le conoce. Siempre ser¨¢ amable y educado, pero no puede haber complicidad. Tiene una opini¨®n p¨¦sima del presidente", se?ala uno de los habituales de las reuniones de maitines. "Es evidente que la relaci¨®n de Rajoy con Zapatero lo est¨¢ contaminando todo. Mariano no puede quitarse la idea de la traici¨®n de la cabeza", a?ade otro dirigente cercano al l¨ªder.
La otra explicaci¨®n es m¨¢s pol¨ªtica. En los ¨²ltimos meses, Rajoy se hab¨ªa acercado a los dirigentes m¨¢s moderados, proclives a un entendimiento con el PSOE en algunos asuntos. En el tema de ETA no hay dos bandos en el PP, la unidad es total, pero siempre hay diferencias de tonos. Sin embargo, el atentado ha dado la raz¨®n a los m¨¢s duros, que internamente hab¨ªan augurado algo as¨ª y criticaban a Zapatero por no haber confiado en dirigentes hist¨®ricos del socialismo vasco que conocen bien a ETA.
Ignacio Astarloa, ?ngel Acebes, Jaime Mayor Oreja o Mar¨ªa San Gil, los m¨¢s duros con la actual direcci¨®n del PSOE, cobraron mucha m¨¢s fuerza para Rajoy despu¨¦s del atentado, seg¨²n personas cercanas al l¨ªder. Esa influencia ha sido decisiva, dicen en su entorno. Pero al final, coinciden todos, es Rajoy quien opta por no asistir, y lo hace con total autonom¨ªa.
El PP decidi¨® no acudir a la manifestaci¨®n el mi¨¦rcoles 10. El lunes anterior, en la reuni¨®n de maitines, hab¨ªa quedado bastante claro, seg¨²n varios de los presentes, que no les quedar¨ªa m¨¢s remedio que acudir. As¨ª se expresaron Piqu¨¦ y sobre todo Gallard¨®n, y tambi¨¦n otros como Acebes. Pero llegaron las primeras versiones de la pugna entre los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, porque los primeros aceptaban incluir la palabra "libertad", como ped¨ªa el PP, y los segundos, pr¨®ximos al PSOE, no. Rajoy convoc¨® a los m¨¢s cercanos a una reuni¨®n de urgencia en G¨¦nova. Estaban Acebes, Zaplana, Gabriel Elorriaga, Carlos Aragon¨¦s y Carmen Mart¨ªnez Castro, responsable de comunicaci¨®n y persona de confianza del l¨ªder.
La sensaci¨®n que tuvieron algunos es que el jefe ya hab¨ªa decidido no ir despu¨¦s de hablar por tel¨¦fono con casi todos los dirigentes importantes. "Yo creo que lo ten¨ªa decidido antes de consultar con nadie. Hizo esa ronda para que no hubiera despistes, para que nadie hablara a favor de acudir, para crear un estado de opini¨®n. Pero ¨¦sta es una decisi¨®n que ha tomado solo, como casi todas, y lo mismo se puede decir del tono del debate en el Congreso, que no era su estilo", agrega otro miembro de la c¨²pula del PP. "Lo ve¨ªamos como un encuentro de apoyo al Gobierno. Sobre todo cuando aparecieron los actores del No a la Guerra y Nunca M¨¢is", se?ala otro dirigente.
El viernes, cuando se decidi¨® incorporar la palabra libertad, el PP no cambi¨® de idea. "Es cierto que es dif¨ªcil de explicar a nuestra gente, algunos pueden estar desconcertados. Nos equivocamos en marear la perdiz. Ten¨ªamos que haber dicho que no desde el principio", admite una persona muy cercana al l¨ªder. "Pero cuando llega el cambio de lema ya hab¨ªamos dicho que no ¨ªbamos, hab¨ªamos trasladado una opini¨®n a nuestra gente. Y es evidente que los nuestros ya no iban a ir. No nos parec¨ªa bien cambiar a ¨²ltima hora, ya hab¨ªamos asumido el coste de no ir", concluye.
La preocupaci¨®n pasa ahora por esa posible pasada de frenada. La primera semana despu¨¦s del atentado, Rajoy fue cr¨ªtico, pero medido, y Zapatero, a ojos del PP, parec¨ªa fuera de juego. Ahora admiten su recuperaci¨®n. "Est¨¢ claro que si fuera m¨¢s moderado en el tono har¨ªa m¨¢s da?o a Zapatero, pero Rajoy est¨¢ pensando a largo plazo, quiere diferenciarse claramente de un presidente que ha quedado totalmente en manos de ETA: cuando quiera, la banda puede hacerle mucho da?o", se?ala un habitual de maitines.
"La idea de que hemos dado aire a Zapatero parte de la premisa de que se puede mantener al presidente del Gobierno en estado conmocionado durante 15 meses. Ojal¨¢, pero no es realista, ha reaccionado y tiene muchos mecanismos para ello", responde uno de los l¨ªderes m¨¢s moderados. Nadie espera que la tensi¨®n vaya a bajar, aunque s¨ª conf¨ªan en que ese descoloque que pueda tener su electorado por su ausencia en la manifestaci¨®n quede tapado por la otra marcha, la del d¨ªa 3 de febrero, convocada por el Foro Ermua. Un clavo saca a otro clavo, dicen.
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