La dif¨ªcil expatriaci¨®n de los ejecutivos

Las grandes empresas espa?olas se han convertido en multinacionales y ni la sociedad ni la Administraci¨®n parecen haberse dado cuenta. Quince de las mayores tienen ya 2.200 ejecutivos viviendo en el extranjero, una situaci¨®n que, debido a las disfunciones legales y administrativas, les genera costes financieros, problemas de gesti¨®n y el rechazo de muchos a trasladarse al exterior.

Las empresas espa?olas se quejan del complejo sistema para certificar el cambio de residencia fiscal de sus ejecutivos en otros pa¨ªses

BBVA logra con frecuencia exenciones al amparo de convenios bilaterales para que sus empleados coticen a la Seguridad Social espa?ola

Para instar a la Administraci¨®n a que solucione estos problemas (fiscales y de Seguridad Social en especial), 17 de estas grandes empresas con fuerte presencia internacional han creado el Foro Espa?ol de la Expatriaci¨®n (FEEX). "Se trata de problemas", opina Antonio Huertas Mej¨ªas, director general de Mapfre Mutualidad, "resueltos hace mucho en EE UU, Reino Unido o Alemania, pero que en Espa?a son relativamente nuevos". La cuesti¨®n, dice, "es que, de no resolverse, seguir¨¢n mermando la disponibilidad de los ejecutivos espa?oles para trasladarse al extranjero (fuera de la UE) por largos periodos de tiempo".

Huertas cita como ejemplo los temas fiscales, relacionados con la vivienda. "Tienes un piso", comenta, "y al trasladarte y pasar a declarar en otro pa¨ªs pierdes las deducciones por compra de vivienda". Pero igual les pasa a los que tienen planes de pensiones y se ven abocados a la p¨¦rdida de las deducciones por estos instrumentos.

Las empresas se quejan tambi¨¦n del sistema para certificar el cambio de residencia fiscal de los expatriados. No les resulta nada f¨¢cil, por extra?o que parezca, demostrar que el ejecutivo se ha trasladado al extranjero. "Te piden", explica Miguel Rodr¨ªguez, de Indra, empresa integrada en FEEX, con 58 ejecutivos expatriados, "el certificado de residencia fiscal emitido por la Administraci¨®n del pa¨ªs de destino. Algo muy dif¨ªcil pues hay pa¨ªses que tardan a?os en d¨¢rtelo. Mientras, ?qu¨¦ haces cuando viene una inspecci¨®n?". "En algunos casos nos hemos visto obligados a declarar y pagar en dos sitios, para no tener problemas", dice Gerardo Cavia, responsable de Recursos Humanos de Iberdrola Ingenier¨ªa, una empresa que tiene unos 200 ejecutivos y profesionales en el extranjero.

Otro tema que enfr¨ªa la ilusi¨®n de los posibles expatriados es el de la Seguridad Social. "Les preocupa", comentan en el BBVA, miembro del FEEX, "la obligaci¨®n de cotizar en el pa¨ªs de destino pues eso puede suponerles una contingencia futura en el cobro de sus pensiones y afectarles, por ejemplo, su c¨®mputo".

"En la mayor¨ªa de los casos", a?aden en el BBVA, "conseguimos una exenci¨®n por la aplicaci¨®n de convenios bilaterales para que el empleado siga cotizando a la Seguridad Social espa?ola, que vamos prorrogando hasta que nos lo permiten". Pero despu¨¦s habr¨¢ que empezar a cotizar ah¨ª. Para sortear estas dificultades, las empresas han buscado soluciones para evitar que el ejecutivo cotice a la Seguridad Social del pa¨ªs de destino. Javier Landeras, un ejecutivo que trabaj¨® 20 a?os en Asia para entidades financieras espa?olas, explica que "yo no tuve problemas porque me pagaban parte del sueldo all¨ª y parte en Espa?a, de modo que pude seguir cotizando en Espa?a". Esta posibilidad, no siempre factible, depende del pa¨ªs de destino y de los posibles convenios bilaterales.

Mayores costes

Esta cascada de situaciones sin resolver preocupa a las grandes empresas, con centenares de ejecutivos expatriados (m¨¢s de nueve meses fuera) como Repsol (con 570), el BBVA (con 236) o Telef¨®nica (con 232). "Aumenta la carga de trabajo en Recursos Humanos", explica Rodr¨ªguez, de Indra, "y, lo que es peor, genera confusi¨®n y dudas de interpretaci¨®n con las administraciones". Y eleva los costes de unos empleados, los expatriados, que, seg¨²n este responsable, "vienen a costar ya, en condiciones normales, el doble de lo que costar¨ªan en Espa?a". Adem¨¢s del sueldo, estos ejecutivos cobran una prima de expatriaci¨®n y ayudas para vivienda, mudanza o colegios de los hijos.

Aun as¨ª, no son los costes lo que m¨¢s les preocupa, sino que se creen condiciones que permitan la expatriaci¨®n de estos ejecutivos sin que pierdan sus beneficios". "Nos interesa", dicen en el BBVA, "que la gente se marche motivada y no preocupada con problemas de tipo administrativo". Esto es lo que explica que el FEEX haya planteado una serie de peticiones a la Administraci¨®n que faciliten la internacionalizaci¨®n de nuestras empresas.

Algunas de estas peticiones tratan de agilizar los tr¨¢mites, actualmente muy engorrosos. Es el caso de la prueba de la residencia en el pa¨ªs de destino para la que el FEEX propone que se reconozca autom¨¢ticamente "la fecha de presentaci¨®n de la declaraci¨®n de cambio de residencia fiscal por destino en el extranjero". "Deber¨ªa ser suficiente", apuntan en el BBVA, "demostrar que el ejecutivo se ha trasladado a otro pa¨ªs con documentos como el certificado consular de residencia o el contrato de trabajo local".

El Foro ha solicitado, asimismo, la posibilidad de que los ejecutivos puedan recuperar las deducciones y desgravaciones perdidas durante su estancia en el extranjero. O que en el caso de transmisi¨®n de la vivienda "las plusval¨ªas queden exentas si se reinvierten en otra en el plazo de dos a?os atr¨¢s el retorno". El FEEX considera tambi¨¦n importante crear alg¨²n tipo de ventanilla para solucionar las cuestiones fiscales y de Seguridad Social de estos ejecutivos.

A las empresas, estas disfunciones pueden llegar a frenar sus inversiones en el exterior. "En el mundo de hoy", prosigue Cavia, de Iberdrola, "se necesita inmediatez para poner en marcha un proyecto, que tiene un plazo y acarrea penalizaciones en caso de retraso". La creciente dificultad para encontrar profesionales preparados s¨®lo viene a agravar las dificultades. "Con lo dif¨ªcil que es conseguir talento, sobre todo para puestos internacionales", dice Ignacio Su¨¢rez de Puga, de Spencer Stuart, "es decisivo facilitar el traslado a los interesados y no crearles problemas superfluos". El problema, se?ala Cavia, "es que, dado que la soluci¨®n a estos temas ya no est¨¢ en nuestras manos, la Administraci¨®n debe tomar cartas en el asunto".