Complementos diet¨¦ticos: mejor no abusar
Algunas hierbas medicinales, minerales y otros suplementos implican riesgos para la salud
En octubre de 1993, durante una sesi¨®n del Senado de EE UU destinada a tratar un proyecto de ley para regular las hierbas, las vitaminas y otros complementos diet¨¦ticos con la presunci¨®n de que eran seguros, el senador republicano Orrin G. Hatch habl¨® en su defensa. Los remedios a base de hierbas "llevan siglos en el mercado", afirmaba, y a?ad¨ªa: "De hecho, en su mayor¨ªa, llevan 4.000 a?os en el mercado y el verdadero problema es el riesgo. Y ninguno de estos productos entra?a un gran riesgo".
Tres cuartas partes de las reacciones adversas se dan en ni?os menores de seis a?os
Entre 1983 y 2004 se comunicaron 230 fallecimientos por suplementos en EE UU
Esa opini¨®n benigna qued¨® plasmada en el proyecto de ley cuando fue aprobado por ambas c¨¢maras al a?o siguiente. Aunque la ley, la Dietary Supplement Health and Education Act de 1994
[Ley de Educaci¨®n y Salud de los Suplementos Diet¨¦ticos], prohibi¨® a los fabricantes decir que sus productos "tratan, curan o previenen" cualquier enfermedad, les permit¨ªa hacer afirmaciones m¨¢s vagas basadas en una norma que no les exig¨ªa realizar pruebas. Y dec¨ªa: "los complementos diet¨¦ticos son seguros en una amplia gama de ingestas, y los problemas de seguridad con esos complementos son relativamente inusuales".
Pero, entonces, ya se estaba creando en un segundo plano una base de datos nacional permanente que acumulaba pruebas s¨®lidas de que algunos complementos conllevan riesgos de lesi¨®n y muerte, y que los ni?os pueden ser especialmente vulnerables.
Desde 1983, la Asociaci¨®n Americana de Centros de Control de Envenenamiento ha llevado estad¨ªsticas sobre informes de envenenamientos causados por todo tipo de sustancias, entre ellas los complementos diet¨¦ticos. Ese primer a?o hubo 14.006 informes relacionados con el consumo de vitaminas, minerales, aceites esenciales -que no est¨¢n clasificados como complementos diet¨¦ticos pero se venden de manera generalizada en tiendas de complementos- y remedios homeop¨¢ticos. Ese a?o no se clasificaron las hierbas, porque entonces casi no se utilizaban.
En 2005, la cifra se hab¨ªa multiplicado por nueve: se inform¨® de 125.595 incidentes relacionados con vitaminas, minerales, aceites esenciales, hierbas y otros complementos. En total, durante ese periodo de 23 a?os, la asociaci¨®n -una organizaci¨®n nacional de centros estatales y locales dedicados a los envenenamientos- ha recibido m¨¢s de 1,6 millones de informes sobre reacciones adversas a esos productos, incluidas 251.799 que fueron lo bastante graves como para requerir hospitalizaci¨®n. De 1983 a 2004 se comunicaron 230 muertes causadas por los complementos, y las cifras anuales han pasado de 4 en 1994, el a?o en que se aprob¨® el proyecto de ley sobre los complementos, a un r¨¦cord de 27 en 2005.
Puede que el n¨²mero de muertes sea mucho mayor. En abril de 2004, la agencia del medicamento y los alimentos de EE UU (Food and Drug Administration o FDA) dijo haber recibido 260 informes de defunciones relacionadas con hierbas y otros complementos no vitam¨ªnicos o minerales desde 1989. Pero un estudio de 2000 no publicado que prepar¨® para el organismo Alexander M. Walker, por aquel entonces jefe de epidemiolog¨ªa de la Escuela de Salud P¨²blica de Harvard, conclu¨ªa: "Un c¨¢lculo m¨¢s aproximado es que se comunica a la FDA menos del 1% de los efectos adversos graves causados por complementos diet¨¦ticos. La verdadera proporci¨®n podr¨ªa ser 10 veces menor o m¨¢s".
Los complementos relacionados con la mayor¨ªa de las reacciones que se produjeron en 2005, seg¨²n los centros de control de envenenamientos, fueron las vitaminas corrientes, que supusieron casi la mitad de los informes recibidos ese a?o, con 62.446 casos, incluida una muerte. Los minerales estuvieron relacionados con casi la mitad del total de informes, con 32.098, pero esa cifra inclu¨ªa 13 muertes. Las hierbas y otros productos representaron un porcentaje todav¨ªa menor de los informes totales, con 23.769, pero 13 muertes. Los aceites esenciales se vincularon a 7.282 informes y ninguna muerte.
Entre las hierbas y otros productos especializados, la melatonina y los productos homeop¨¢ticos -preparados a partir de cantidades min¨²sculas de sustancias tan diversas como la sal y el veneno de serpiente- fueron los que tuvieron m¨¢s informes de reacciones en 2005. Los centros de envenenamientos recibieron 2.001 informes de reacciones a la melatonina, comercializada como somn¨ªfero, incluyendo 535 hospitalizaciones y cuatro muertes. Los productos homeop¨¢ticos se relacionaron con 7.049 reacciones, entre ellas 564 hospitalizaciones y dos muertes.
Pero la mayor¨ªa de los tipos restantes de hierbas y complementos especializados tambi¨¦n aparecen en el informe anual. En 2005, los centros para el tratamiento de envenenamientos recibieron 203 informes de reacciones adversas a la hierba de San Juan, entre ellos 79 hospitalizaciones y una muerte. La glucosamina, con o sin condroitina, se vincul¨® a 813 reacciones adversas, incluidas 108 hospitalizaciones y un fallecimiento. Se relacion¨® la equin¨¢cea con 483 reacciones adversas, entre ellas 85 hospitalizaciones, una de ellas considerada peligrosa para la vida. La palma enana americana no se incluy¨® en el informe.
Las lesiones causadas a ni?os menores de seis a?os representan casi tres cuartas partes de los informes de reacciones adversas a complementos diet¨¦ticos, seg¨²n los centros de tratamiento de envenenamientos. En 2005, el a?o m¨¢s reciente del que se dispone de datos, 48.604 ni?os sufrieron reacciones a vitaminas, la novena categor¨ªa de sustancias m¨¢s importante asociada a reacciones en ese grupo de edad.
Importantes grupos m¨¦dicos y organismos gubernamentales generalmente no recomiendan los complementos vitam¨ªnicos o minerales para ni?os que por lo dem¨¢s est¨¢n sanos. Pero un an¨¢lisis del National Maternal and Infant Health Survey, publicado por la revista Pediatrics en 1997, descubri¨® que el 54% de los padres de ni?os preescolares daban a ¨¦stos un complemento vitam¨ªnico o mineral al menos tres d¨ªas a la semana.
Los defensores de los productos se?alan, y con raz¨®n, que las cifras de los centros de tratamiento de envenenamientos no demuestran un v¨ªnculo causal entre un producto y una reacci¨®n y que, en todo caso, mucha m¨¢s gente sufre lesiones y muerte a causa de los medicamentos. S¨®lo los calmantes se relacionaron con 283.253 reacciones adversas en 2005, seg¨²n los centros, m¨¢s del doble de los casos originados por los complementos. Pero s¨®lo entre el 3% y el 5% de esas reacciones se produjeron cuando la gente tom¨® la cantidad prescrita de calmante; la mayor¨ªa fueron ocasionadas por sobredosis, accidentales o intencionadas. Ocurri¨® lo mismo con los medicamentos para el asma (el 3,6% de las reacciones guardaban relaci¨®n con la dosis prescrita) y los tratamientos para la tos y el resfriado (3,1%).
Aunque las reacciones a las vitaminas, los minerales y los aceites esenciales se produjeron a unos niveles similarmente bajos cuando la persona tom¨® la cantidad aconsejada, las reacciones adversas relacionadas con los niveles recomendados de hierbas, productos homeop¨¢ticos y otros complementos diet¨¦ticos representaron el 10,3% de las reacciones totales a esos productos comunicadas a los centros de tratamiento de envenenamientos, unas tres veces el nivel observado en la mayor¨ªa de los medicamentos.
Dan Hurley es autor de un nuevo libro, Natural causes: death, lies and politics in America's vitamin and herbal supplement industry (Causas naturales: muerte, mentiras y pol¨ªtica en la industria americana de vitaminas y hierbas medicinales), del que se ha adaptado este art¨ªculo.
Natural no siempre equivale a seguro
Los medicamentos comercializados en EE UU se someten a un riguroso proceso de aprobaci¨®n por parte de la FDA para demostrar que son eficaces para una indicaci¨®n concreta, y se contrasta el riesgo potencial con los beneficios. Aunque en los ¨²ltimos a?os se ha acusado al proceso de aprobaci¨®n de ser favorable a las empresas farmac¨¦uticas, todav¨ªa es uno de los m¨¢s estrictos del mundo (el procedimiento es similar en Espa?a, donde est¨¢ regulado por las agencias Espa?ola y Europea del Medicamento).
Pero en EE UU no existe ning¨²n requisito comparable para los complementos diet¨¦ticos (tampoco en Espa?a). Aun as¨ª, desde principios de la d¨¦cada de 1990, en EE UU se han destinado cientos de millones de euros de los impuestos a centenares de ensayos para el estudio de posibles beneficios de los complementos. El National Center for Complementary and Alternative Medicine (NCCAM), creado en 1991 para "investigar y validar pr¨¢cticas m¨¦dicas no convencionales" dispone para 2007 de un presupuesto de m¨¢s de 92 millones de euros.
Desde abril de 2002, cinco grandes ensayos aleatorios financiados por el NCCAM no han hallado ning¨²n beneficio significativo en la hierba de San Juan para la depresi¨®n aguda, en la equin¨¢cea para el resfriado com¨²n, en la palma enana americana para el agrandamiento de la pr¨®stata, en la combinaci¨®n de glucosamina y condroitina para la artritis, o en el cohosh y otras hierbas para los sofocos asociados a la menopausia.
Pronto se dispondr¨¢ de una nueva fuente de datos sobre reacciones adversas a los complementos diet¨¦ticos: en diciembre, el Congreso aprob¨® una medida que exige a los fabricantes de complementos diet¨¦ticos y medicamentos sin receta que informen a la FDA siempre que los consumidores les comuniquen reacciones adversas graves.
El proyecto de ley fue firmado por el presidente Bush el d¨ªa despu¨¦s de Navidad. Es un grato reconocimiento a que "natural" no siempre equivale a "seguro".
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