Dos muchachas de desigual fortuna
EL PA?S presenta ma?ana 'Mis grandes ¨¦xitos', de Billie Holiday, y el viernes, 'Maestro del jazz', de Antonio Carlos Jobim, por 4,95 euros
Para cuando Billie Holiday registr¨® la m¨¢s reciente de las canciones recogidas en Mis grandes ¨¦xitos (disco-libro que se entrega ma?ana con EL PA?S, al precio de 4,95 euros), la cantante hab¨ªa sufrido abusos sexuales, fregado suelos para ganarse la vida, ejercido la prostituci¨®n siendo todav¨ªa menor, cumplido condena, ca¨ªdo por la pendiente del opio, la hero¨ªna y el alcoholismo, vuelto a cumplir condena y perdido la cuenta de las veces que los hombres la hab¨ªan enga?ado.
Como se puede ver, contaba con acuse de recibo de cada muesca de su voz mellada.
El ¨¢lbum traza un recorrido de todas estas desgracias a trav¨¦s de las mejores grabaciones que registr¨® la cantante para el sello Decca. Luego milit¨® en Verve (del promotor de conciertos y emprendedor Norman Granz) entre 1945 y 1959, cuando la cantante muri¨® durante un arresto domiciliario, sola, desahuciada y deprimida. Estos a?os fueron tambi¨¦n los de la madurez de Billie, nacida Eleanora Fagan en 1915 y rebautizada por su pinta de chicazo durante su infancia en Baltimore. Despu¨¦s de su asociaci¨®n inmortal de los a?os treinta con Lester Young -juntos formaron pareja art¨ªstica; ¨¦l, Pres, "presidente de los saxos tenores", y Lady Day, mote que derivaba de los d¨ªas en el burdel de la cantante-. Y antes de Lady in Satin, su ¨²ltimo y escalofriante disco, grabado poco antes del colapso y con el acompa?amiento de una orquesta de cuerdas.
Entre los 16 temas figuran cl¨¢sicos como My man, que dedic¨® a su ¨²ltima pareja; Don't explain, un himno sobre el adulterio y el amor pese a todo, o God bless the child, que escribi¨® la propia Billie tras una tremenda discusi¨®n con su madre. En todas ellas, la cantante est¨¢ respaldada con legendaria solvencia por m¨²sicos como Benny Carter, Ben Webster o Harry, Sweets, Edison, por nombrar s¨®lo a tres. Y en todas ellas, Billie aplic¨® en su trabajo las dos m¨¢ximas que hicieron de su voz, titilante y de fraseo imperfecto pero bell¨ªsimo, una de las pocas cosas verdaderamente ¨²nicas que existen: "No puedo cantar nada que no sienta", era una. "Tengo que interpretar a mi modo; es todo lo que s¨¦ hacer", la otra.
Esa cosa tan linda
En una categor¨ªa mucho m¨¢s afortunada que Billie ha quedado en la memoria colectiva la chica que se contoneaba arriba y abajo por una avenida de R¨ªo de Janeiro, e inspir¨® la canci¨®n Garota de Ipanema a dos j¨®venes compositores cariocas. "Si no fuera por el tema, que hice con Vinicius
[de Moraes, ex diplom¨¢tico y leyenda de la m¨²sica popular brasile?a] y cant¨¦ con Sinatra, a estas alturas estar¨ªa grabando cancioncillas para anuncios de televisi¨®n y explic¨¢ndole cuentos a mi banquero". La frase, de Antonio Carlos Jobim (protagonista de la quinta entrega de Leyendas del jazz, que se distribuir¨¢ el viernes con el diario por 4,95 euros), dice poco de la confianza en el propio talento y mucho de la falsa modestia de uno de los mejores m¨²sicos (la competici¨®n es ciertamente dif¨ªcil) de la historia de la bossa nova.
Un estilo, basado en la m¨²sica popular, pero con un toque delicado e intelectual, que se dio a conocer masivamente con la historia de la chica que iba y ven¨ªa y conquist¨® Estados Unidos y el resto del mundo ya traducida (The girl from Ipanema), con la voz de Astrud Gilberto y el reconocible sonido del saxof¨®n de Stan Getz. Jobim aport¨® la mayor¨ªa de las composiciones de aquel ¨¢lbum (Getz / Gilberto, de 1963) para el que el adjetivo esencial se queda corto y que supuso el comienzo de las carreras en Estados Unidos de Jo?o y Astrud Gilberto, entonces pareja.
Como consecuencia del tremendo ¨¦xito y su imbatibilidad para crear cl¨¢sicos, Tom (as¨ª le llamaban) comenz¨® una relaci¨®n con el productor Creed Taylor, que se prolong¨® durante el resto de los sesenta y buena parte de los setenta, cuando Taylor llevaba con f¨¦rreos criterios de comercialidad casi siempre bien entendida su propio sello, CTI.
La asociaci¨®n definir¨ªa un estilo en el que se mezclaba el jazz luminoso, la forma esquem¨¢tica de acompa?ar al piano de Jobim y esa atm¨®sfera de aparente indolencia que a¨²n hoy hace favorita esta m¨²sica como banda sonora de reuniones sociales de toda clase. De todo ello hay en el disco que presenta EL PA?S, que logra un ajustado resumen del arte de Jobim (fallecido en 1994) al reunir temas de la incomparable cosecha de bossa nova de 1963, con otros extra¨ªdos del ¨¢lbum Elis & Tom (en el que Jobim se ali¨® con una joven cantante, Elis Regina) y un par grabados durante el ocaso de mediados de los ochenta.
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