El Congreso niega a Bush el respaldo a su nueva estrategia para la guerra
El Comit¨¦ de Exteriores del Senado vota una resoluci¨®n contra el env¨ªo de tropas al pa¨ªs ¨¢rabe

El presidente arrogante y firme que hace cuatro a?os conduc¨ªa a su pa¨ªs a una guerra en Irak sin prestar atenci¨®n a nadie m¨¢s que a sus convicciones fue el martes por la noche un presidente inseguro y fracasado que pidi¨®, casi implor¨®, al Congreso y a la naci¨®n una nueva y ¨²ltima oportunidad para intentar obtener la victoria mediante su plan de incremento de tropas. "Tenemos una nueva estrategia en Irak, y les pido que le den una oportunidad para que funcione", dijo George W. Bush en el cl¨¢sico y ceremonial discurso sobre el estado de la Uni¨®n. Pero su petici¨®n no ha sido atendida.
Ayer mismo, apenas 12 horas despu¨¦s de que el presidente abandonase su tribuna, el Senado comenz¨® a discutir dos resoluciones, una patrocinada por la oposici¨®n dem¨®crata y otra, por congresistas del propio Partido Republicano, que se oponen al env¨ªo de los 21.500 soldados despachados por la Casa Blanca y piden un dr¨¢stico cambio de pol¨ªtica en Irak. Finalmente, el comit¨¦ de Exteriores del Senado vot¨® (12 contra nueve) en favor de rechazar el plan de Bush por "no ser de inter¨¦s nacional".
"?ste no es un intento de poner en dificultades al presidente, es un intento de impedir que cometa un grave error", declar¨® ayer Joseph Biden, el presidente del comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado e impulsor de la resoluci¨®n dem¨®crata. Uno de los m¨¢s distinguidos miembros republicanos de ese mismo comit¨¦, Richard Lugar, reconoci¨® ayer que no cree que el plan del presidente vaya a funcionar. Otro veterano senador republicano, John Warner, patrocina otra resoluci¨®n contraria a la pol¨ªtica de la Casa Blanca que pone en evidencia la soledad de Bush en el momento actual.
Bush parece consciente de esa soledad. Hizo desde el primer momento de su discurso gestos amistosos hacia los congresistas dem¨®cratas, quienes ovacionaron en varias ocasiones al presidente, al que en todo momento trataron con respeto. Ese respeto se convirti¨® en caluroso apoyo cuando Bush esboz¨® sus propuestas para reducir en un 20% en 2017 el consumo de gasolina o para facilitar el acceso de los ciudadanos a un seguro m¨¦dico. Aunque los presentes sab¨ªan que esas iniciativas eran m¨¢s visiones pol¨ªticas futuras que medidas posibles a corto plazo.
Silencio dem¨®crata
Los ocupantes de los esca?os dem¨®cratas volvieron a sentarse y a guardar silencio cuando Bush, hacia la mitad de los 50 minutos de discurso, defendi¨® su estrategia sobre Irak. Despu¨¦s de recordar que muchos de los presentes le respaldaron cuando la guerra empez¨® -"fuimos a esto mayoritariamente unidos", dijo-, les pidi¨® que se mantenga la unidad hasta la victoria: "Sea lo que sea lo que voten, no voten por el fracaso". "Demostremos a nuestros enemigos externos que estamos unidos", a?adi¨®.
Bush insisti¨® en lo mucho que est¨¢ en juego en Irak. "Si las fuerzas norteamericanas se van antes de que Bagdad est¨¦ asegurada", advirti¨®, "el Gobierno iraqu¨ª ser¨¢ derrocado, una violencia contagiosa se extender¨¢ por todo el pa¨ªs y en ese momento toda la regi¨®n se ver¨¢ inmersa en el conflicto".
El presidente reconoci¨® que la situaci¨®n actual no es la que su Administraci¨®n hab¨ªa previsto al iniciar la guerra y solicit¨® ayuda para resolver el caos creado ahora. "?sta no es la pelea en la que hab¨ªamos entrado en Irak, pero es la pelea en la que estamos. Todos quisi¨¦ramos que esta guerra estuviera ya terminada y ganada, pero no podemos traicionar nuestras promesas y abandonar a nuestros amigos. En este d¨ªa y a esta hora sigue estando en nuestras manos decidir el rumbo de esta batalla para conducirnos hacia la victoria".
Da la impresi¨®n de que estas palabras llegan demasiado tarde y caen en una naci¨®n demasiado esc¨¦ptica y en un Congreso demasiado embarcado ya en la campa?a electoral. Algunos de los principales candidatos en esa campa?a reaccionaron ayer contra el discurso de Bush. Hillary Clinton dijo que el plan de la Casa Blanca para Irak "no es ninguna soluci¨®n" porque "sabemos que no hay soluci¨®n militar para Irak". El senador Barack Obama elogi¨® los esfuerzos del presidente por encontrar un terreno com¨²n de cooperaci¨®n, pero critic¨® el incremento de tropas en Irak y pidi¨®, por el contrario, "encontrar un sistema de repliegue por fases".
Los l¨ªderes dem¨®cratas en el Congreso -Nancy Pelosi, presidenta de la C¨¢mara de Representantes, y Harry Reid, jefe de la mayor¨ªa en el Senado- emitieron una declaraci¨®n conjunta en la que advierten que "mientras el presidente sigue ignorando el deseo del pa¨ªs, el Congreso no ignorar¨¢ la pol¨ªtica fracasada del presidente". Como tambi¨¦n manda la tradici¨®n, el discurso presidencial fue rebatido con un discurso, ¨²nicamente ante las c¨¢maras de televisi¨®n, pronunciado por el congresista elegido por la oposici¨®n. En esta ocasi¨®n, el designado fue el senador James Webb, hijo, hermano y padre de militares y ¨¦l mismo marine en la guerra de Vietnam. Nadie, por tanto, con m¨¢s credenciales para decirle al presidente: "Necesitamos una nueva direcci¨®n, no para retirarnos de la guerra contra el terrorismo, sino para encontrar una f¨®rmula que permita a corto plazo que nuestras fuerzas abandonen Irak".

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