De adoptantes a padres
El 20% de las familias espa?olas con adopciones internacionales tiene problemas de convivencia y el 1,5% de las experiencias se trunca
Cuando el ni?o adoptado en el extranjero desciende del avi¨®n, todo est¨¢ por escribir entre ¨¦l y su nueva familia. La adopci¨®n no finaliza ah¨ª. Justamente empieza. "Pero el contador del ni?o no se pone a cero", advierte el catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva de la Universidad de Sevilla Jes¨²s Palacios, que es autor de varios estudios sobre la adaptaci¨®n de los menores a su nuevo hogar. "La mayor¨ªa de los padres sue?a con una nueva vida para sus hijos que borre sus anteriores carencias", contin¨²a Palacios. Pero lo cierto es que el ni?o no nace de nuevo. Al integrarse en su nueva familia comienza la aventura de crear v¨ªnculos, lo que los psic¨®logos llaman apego. El ni?o adopta a su familia y los padres aprenden a aceptarlo: "T¨² eres mi ni?o"; "Vosotros sois mis padres". Es lo habitual. Sin embargo, en torno a un 1,5% de estas adopciones se trunca. El porcentaje parece peque?o, las consecuencias no lo son.
El apoyo psicol¨®gico p¨²blico o privado en la posadopci¨®n es una ayuda para las familias
Procedentes en buena parte de orfanatos, el 40% de los ni?os arrastra alg¨²n retraso
"Equivale a la nada desde?able cifra de 443 ni?os, si partimos de la cifra total de los prohijados entre 1997 y 2005, el periodo ¨¢lgido de la adopci¨®n internacional en Espa?a", puntualiza Ana Ber¨¢stegui, psic¨®loga del Instituto Universitario de la familia (Universidad Pontificia de Comillas) y directora de las Jornadas sobre Los retos de la posadopci¨®n celebradas recientemente en Madrid, en colaboraci¨®n con la Secretar¨ªa de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad.
Las tasas de fracaso en Espa?a son menores que en otros pa¨ªses (en torno al 7%) con m¨¢s tradici¨®n adoptiva, pero Ber¨¢stegui estima que aumentar¨¢n en los pr¨®ximos a?os, cuando haya una mayor perspectiva y los peque?os venidos en la ¨²ltima d¨¦cada crucen la adolescencia. "Y no nos lo podemos permitir. Por el ni?o, desde luego, ya que un nuevo abandono rompe su evoluci¨®n. Y tambi¨¦n porque el sistema espa?ol tiene que asumir el reingreso de estos ni?os en sus instituciones", a?ade.
Las adopciones rotas no deshacen el v¨ªnculo legal, pero la convivencia se quiebra y la tutela del ni?o pasa al Estado. Lo mismo que sucede si la ruptura se da entre padres e hijos biol¨®gicos menores. En cualquier caso, el porcentaje de padres que abandona a sus hijos biol¨®gicos es m¨¢s elevado que el de los adoptivos.
Ber¨¢stegui complet¨® los bajos ¨ªndices de fracaso con datos que a?aden nuevas sombras: por un lado lo que denomina "pseudorupturas", dif¨ªciles de cuantificar y definir, ya que se enmascaran en largas separaciones familiares, bien sea a trav¨¦s de estancias de septiembre a junio del menor en un colegio por motivos de estudio o incluso en centros de internamiento por problemas de conducta. Y por otro lado, las adopciones "no constituidas", un porcentaje que var¨ªa entre el 2,4% y el 4,3 %, lo que significa que padres o hijos no se sienten vinculados emocionalmente o se muestran insatisfechos, a pesar de vivir en el mismo domicilio.
Un porcentaje m¨¢s alto, superior al 15%, no cuestiona el v¨ªnculo pero lo vive en una atm¨®sfera continua de dificultad. En conjunto, Ana Ber¨¢stegui considera que si se suman estos porcentajes se desprende que en torno a un 20% de los padres e hijos adoptivos experimentan dificultades para vivir en familia. El apoyo psicol¨®gico, sea privado o a trav¨¦s de los servicios de posadopci¨®n de las respectivas comunidades ayuda a recomponer sue?os y afectos entre estas piezas familiares sueltas. El Instituto Madrile?o del Menor y la Familia ha establecido un acuerdo con el centro Adoptantis para que los padres adoptivos que precisen estrategias reciban orientaci¨®n. La consulta es gratuita y si las familias precisan terapia, la administraci¨®n la financia parcialmente.
Los expertos han identificado ciertos factores de riesgo, pero eso no significa que a mayor dificultad se den peores resultados. Ber¨¢stegui record¨® c¨®mo una chica originaria de Etiop¨ªa y con serias discapacidades visuales que fue adoptada por una madre sola hab¨ªa llegado a estudiar Magisterio. "Las dificultades de partida no importan, pero s¨ª que ¨¦stas se mantengan", sostiene.
Procedentes en buena parte de orfanatos, el 40% de los peque?os arrastra alg¨²n retraso evolutivo respecto a su edad. Despu¨¦s de haber analizado a 300 ni?os procedentes de seis pa¨ªses (China, India, Rusia, Ruman¨ªa, Colombia y Guatemala) y residentes ahora en varias comunidades aut¨®nomas, Jes¨²s Palacios revela que todos mejoraron al vivir en familia. Fue un salto de titanes para la mayor¨ªa de estos ni?os que cambiaron en pocas horas de pa¨ªs, de sonidos y paisajes. "En dos a?os recobran el peso por completo y pr¨¢cticamente la talla que les corresponde. El per¨ªmetro encef¨¢lico se recupera bastante (en el caso en que fuera inferior a la media) y el desarrollo psic¨®l¨®gico evoluciona de forma positiva, pero de un modo m¨¢s lento, y no en la misma medida en que los primeros par¨¢metros", explica. Aunque ese progreso resulta revolucionario en muchos ni?os, debe medirse siempre con el punto de partida y con el nivel de desarrollo del peque?o a su llegada.
"La evoluci¨®n es m¨¢s favorable si el menor fue adoptado a edad temprana y si vivi¨® en familia alg¨²n tiempo y no s¨®lo en un orfanato", agrega. De cualquier modo, los tres a?os posteriores a la adopci¨®n son decisivos para la evoluci¨®n del ni?o", advierte.
?Y despu¨¦s, qu¨¦?
Las familias adoptantes se vuelcan en el proceso de adaptaci¨®n, pero muchas confiesan que no reciben suficiente formaci¨®n para afrontar los primeros pasos de la convivencia, los m¨¢s delicados. "?Y despu¨¦s, qu¨¦?", es una pregunta com¨²n. Por otra parte, los maestros y la escuela no est¨¢n preparados para integrar a unos ni?os que aprenden pronto el idioma coloquial, pero que se sienten en desnivel en las aulas con los chicos de su edad.
"Nos informan sobre el proceso de adopci¨®n, pero no nos preparan para la posadopci¨®n", sostuvo una representante de la Coordinadora de Padres Adoptantes (Cora) durante las jornadas celebradas en Madrid. Es una sensaci¨®n compartida por otras familias. A la soledad de las familias durante el proceso de adopci¨®n se une a menudo la sensaci¨®n de orfandad durante la adaptaci¨®n. En parte porque a muchos padres les cuesta entender que el amor, necesario, no hace milagros. En parte porque algunos ni?os vienen con una mochila repleta de piedras.
El experto holand¨¦s Hein Paul Siebinga, representante de WAN (Foundation Adoption Aftercare) explic¨® en las jornadas celebradas en Madrid c¨®mo construir v¨ªnculos para pasar de adoptantes a padres. A trav¨¦s de un video, mostr¨® el proceso de apego de un matrimonio holand¨¦s y su beb¨¦ china reci¨¦n llegada a casa. El experto invit¨® a las familias ayud¨® los factores de riesgo y las recomend¨® que exijan m¨¢s informaci¨®n a las agencias mediadoras. El catedr¨¢tico Jes¨²s Palacios trabaja, por encargo de Asuntos Sociales, en la revisi¨®n y unificaci¨®n de criterios para valorar a las familias antes de darles el certificado de idoneidad. Tambi¨¦n estudiar¨¢n las otras dos fases del proceso: la asignaci¨®n del ni?o y la postadopci¨®n.
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