De moda
Puesto que los vol¨²menes de mujer normal, como de Quartell, van a tener un hueco en pasarelas y escaparates, caigamos en la tentaci¨®n de hablar de modas. Ni Benjam¨ªn ni Barthes, ni Adorno ni Baudelaire, pudieron imaginar a tanta gente viviendo de este cuento sin dise?ar ni fabricar, ni vender ni exhibir. Basta "estudiar" y pontificar sobre el llamado fen¨®meno, y en esto las universidades norteamericanas nos llevan mucha delantera.
Por ejemplo, la investigaci¨®n de un psic¨®logo social llamado Meter Glick, de la Universidad de Lawrence, concluye que las mujeres profesionales que se visten de una forma demasiado sexy ven peligrar su carrera porque no se ganan el respeto de sus colegas y son consideradas menos eficientes e inteligentes que las de look m¨¢s conservador. En ese manual acerca de qu¨¦ no debes usar de 9 a 5 entran las faldas de m¨¢s de tres dedos por encima de las rodillas (c¨®mo disfrutar¨ªa mi Jefa de Estudios de la Secci¨®n Femenina), los tops de tirantes, el maquillaje excesivo, las prendas apretadas o demasiado reveladoras (prohibida la lycra)... As¨ª que para ascender no vale encaramarse a unos zancos de aguja, basta con unos pantalones, cuello alto monacal y zapatos planos. Manda pistoleras, que empez¨¢ramos a vivir quemando sostenes como cilicios y renegando de la obligaci¨®n de mostrarse "atractivas", y ahora resulte que si tienes ambiciones yuppies has de parecer una hospiciana, estilo inventado por Coc¨® Chanel para vengarse de las elegantes del mundo.
Claro que todo depende de lo que se persiga, porque si el objetivo no apunta al ¨¦xito en la oficina sino a otros menesteres m¨¢s gratos al cuerpo, hay un estudio que nos dice que en "envoltorios" dominan tendencias bien distintas. Hormones and Behaviour es el t¨ªtulo del trabajo realizado por profesoras de las Universidades de Wisconsin y Los ?ngeles que concluye que las estudiantes ense?an m¨¢s piel, se engalanan m¨¢s y flirtean con hombres que no son sus parejas habituales cuando se acerca la ovulaci¨®n, as¨ª que mira si no tiene peligro la pu?etera "llamada de la naturaleza". Sin embargo, algo en favor del sentido pr¨¢ctico de las valencianas dice una encuesta sobre la lencer¨ªa preferida (la que compramos nosotras para llevarla nosotras, no la que nos regalan ellos para su regocijo) En resumen: predomina el confort en modelos y tejidos y el liguero, tan caro a los que no han de sufrirlo, ha pasado a la historia.
Desde luego que "la moda" es algo m¨¢s que una mercanc¨ªa contingente. Que se lo cuenten, si no, a las iran¨ªes, a las que el r¨¦gimen isl¨¢mico quiere vender unas "creaciones" que dulcifican velos y mantones para que no se pasen al fashion infiel. O a las egipcias, cuyo muft¨ª Al-Azhar considera el yijab "una orden divina". Que se lo pregunten a los inmigrantes senegaleses sin papeles que pasearon la ropa de Mir¨®, o a los habitantes de la patera convertida en objeto de decoraci¨®n, o a las mujeres maltratadas de verdad cuando vieron a aquellas maniqu¨ªs cargadas de cadenas y moretones...
Moda de "hero¨ªnas urbanas" en ch¨¢ndal, "austera y disciplinada" ahora que por fin lleg¨® el invierno. Moda politizada en la Pasarela valenciana a punto de comenzar, seg¨²n denuncia Francis Montesinos...
Moda, en fin, que pone en cuerpos pijos tatuajes y piercings, calzoncillos a la vista, vaqueros rajados, perneras arremangadas y bambas sin cordones, todo con un toque patibulario, fiel a los dictados que marca la delincuencia.
?Y qu¨¦ decir de los zapatones tipo contenedor de cemento, alguno con la puntera reforzada en metal que originariamente ha servido como arma a las tribus violentas? ?Ser¨¢ verdad que indican mujeres pisando fuerte pese a la anorexia? ?C¨®mo interpretar, entonces, las chancletas de Hermes que pasean algunos trajeados neoyorkinos "rupturistas y radicales" sobre la nieve, para alegr¨ªa de los laboratorios farmac¨¦uticos como dec¨ªa Pau Aren¨®s?
Ya escribi¨® Giacomo Leopardi en su opereta moral que como Madama Morte, Moda ejerce implacablemente su poder: "Yo persuado y obligo a todos los hombres gentiles a soportar esfuerzos e incomodidades y a menudo dolores y sufrimientos, y algunos a morir gloriosamente por el amor que me profesan".
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