Letan¨ªas de San Pascual
Descubro con sorpresa en el n¨²mero 11 del paseo de Recoletos la iglesia de san Pascual y quiz¨¢ inspirado desde el cielo por Elvis Presley, el int¨¦rprete supremo del Rock de la c¨¢rcel, entro en el templo porque hay que hacer turismo, en primer lugar, en la ciudad en la que uno reside. Tambi¨¦n me influye el que con frecuencia pongo a prueba mis conocimientos de arquitectura madrile?a someti¨¦ndome a los tests del plano Madrid Metro a Metro, donde hay fotos de docenas de edificios que tan a fondo conoce ese maravilloso divulgador de los edificios de la Villa que es Ram¨®n Guerra de la Vega. Y la primera pregunta que me hago en el paseo de Recoletos, que en tiempos se llam¨® Prado Nuevo, es: ?c¨®mo he podido yo, que soy un rendido admirador de Guerra de la Vega, el autor de libros tan prodigiosos como Madrid. Gu¨ªa de nueva arquitectura, pasar delante de esta iglesia tantas veces, a lo largo de los a?os, sin ni siquiera darme cuenta de que all¨ª hab¨ªa un templo cristiano? Y don Pedro de R¨¦pide, el Ronaldihno de los cronistas madrile?os y autor de Las calles de Madrid, me dicta desde el infierno -fue un cr¨¢pula toda su vida que, a diferencia de Elvis, no se arrepinti¨® al final de sus d¨ªas- que el paseo de Recoletos le debe su nombre a un antiguo convento de agustinos recoletos erigido donde hoy alza su gloriosa estampa el Banco Hipotecario. Este banco que, Dios guarde muchos a?os, tiene su sede a dos pasos de la bella embajada de Francia de la calle de Salustiano Ol¨®zaga. Y respecto a que yo no haya visto la iglesia de san Pascual en tantos a?os don Pedro de R¨¦pide me canta el chotis de que lo m¨ªo es simplemente ignorancia y, adem¨¢s, sectarismo anticristiano y, por tanto, un defecto cerebral que s¨®lo lo puede arreglar el quir¨®fano. Un injerto de estampa de Jes¨²s de Medinaceli bendecida en la magn¨ªfica catedral de Getafe, que ahora est¨¢ como quien dice de estreno, e incrustada en el hemisferio derecho del cerebro, quiz¨¢ podr¨ªa dar alg¨²n fruto.
Escucho con un placer celestial los piropos que una excelente voz de mujer le dirige a la Virgen
En la ciudad de Pamplona, levantas un adoqu¨ªn y, al instante, te salta un crucifijo a las cejas
Son las 18.15 del 16 de enero, festividad de san Julio seg¨²n la agenda Luxindex, y en la iglesia de san Pascual los fieles rezan en castellano las letan¨ªas de la Virgen. Me acerco hacia el presbiterio y escucho con un placer celestial los piropos que la excelente voz de una mujer le dirige frente a un atril a la Virgen. Qu¨¦ extraordinaria poes¨ªa la de las letan¨ªas de la Virgen: arca de la alianza, torre de David, torre de marfil -nombre, por cierto, con que se designa el reducto al que se acogen los artistas herm¨¦ticos-, estrella de la ma?ana...
Recuerdo el sopor con que, en su d¨ªa, rec¨¦ docenas de rosarios con sus entonces aburrid¨ªsimas letan¨ªas de la Virgen y me pregunto qu¨¦ ha cambiado. En primer lugar, en la ¨¦poca de Pericles, no iba a la iglesia a hacer turismo sino a rezar a Dios por el bien de mi alma, por la conversi¨®n de Sans¨®n y Dalida, y por la castidad de la familia, municipio y sindicato is¨®sceles. En aquella ¨¦poca, cuando o¨ªa turris davidica, yo contestaba ora pro nobis. Ahora, en cambio, oigo las letan¨ªas de la Virgen y mientras los fieles trabajan -contestan ruega por nosotros y, por tanto, hacen el esfuerzo de articular sonidos- yo sigo disfrutando mi ocio y no contesto nada: simplemente me limito a so?ar con los bellos nombres otorgados a la Virgen igual que cuando oigo una canci¨®n del magn¨ªfico grupo madrile?o El Canto del Loco -por ejemplo, Besos, que coincide en t¨ªtulo con un espl¨¦ndido poema de Tom¨¢s Segovia- o el rap Filosof¨ªa y Letras, de los zaragozanos Violadores del Verso.
Salgo de la iglesia, cruzo la calle de Prim, el principal inspirador de la Revoluci¨®n de 1868 que destron¨® a Isabel II, y en el Caf¨¦ Gij¨®n el poeta pamplon¨¦s Daniel Aldaya Mar¨ªn, al que acabo de conocer, me da su excelente libro Inventario de panes y peces. Siendo los dos paisanos, le cuento que acabo de visitar una iglesia, una aventura espiritual para la que los pamploneses estamos especialmente dotados: en Pamplona levantas un adoqu¨ªn y, al instante, te salta un crucifijo a las cejas. El jueves, 18 de enero, en la FNAC de Callao sigue la Semana Griega, organizada por la Embajada de Grecia, y asisto a un recital de la poes¨ªa de Yorgos Seferis que debut¨® como poeta, en 1931, afiliado a la torre de marfil de Mallarm¨¦ y Paul Val¨¦ry, poetas, como la Iglesia cat¨®lica, especializados en misterios.
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