El redentor y el transformista
La providencia ha sido muy estricta con los venezolanos: les ha enviado un redentor de ideas cortas y poderes largos, del que ser¨¢ imposible deshacerse sin que medie una tragedia o un fracaso nacional de proporciones hist¨®ricas. El mundo est¨¢ lleno de ideas simples, claras y absolutamente equivocadas, dijo Mark Twain. En esto, la cabeza de Ch¨¢vez es una cabal representaci¨®n del mundo. Ch¨¢vez ha exhumado las estatizaciones como utensilio de la grandeza de su naci¨®n y de la felicidad de su pueblo. "Que se recupere la propiedad sobre los medios estrat¨¦gicos de producci¨®n", grit¨®, frente a una delirante y un¨¢nime asamblea. "?Todo aquello que fue privatizado, nacional¨ªcese!".
Ha de instaurarse as¨ª el reino de la burocracia del Estado en nombre de la justicia social. Los personajes clave de ese universo ser¨¢n, como siempre, el dogm¨¢tico y el p¨ªcaro, el que oprime y el que medra. El que cree en sus m¨¦todos redentores y el que presta lealtades ficticias para obtener beneficios reales. Autoritarismo y corrupci¨®n. Los ciudadanos de la inminente Rep¨²blica Socialista de Venezuela ir¨¢n dejando de serlo para volverse clientes cautivos que otorgan sumisi¨®n y complicidad a cambio de los bienes que les da la burocracia en su reino de escasez, ineficacia y corrupci¨®n. Por encima de todo brillar¨¢, redentora y obligatoria, la luz de la dictadura carism¨¢tica. Todo viene de los altos precios petroleros, empezando por la diplomacia chavista del subsidio, el insulto y la balandronada. Hay algo en los excedentes petroleros que enloquece a sus beneficiarios, llev¨¢ndolos a la megaloman¨ªa y al dispendio. Los mexicanos sabemos c¨®mo termina eso, no terminamos de pagar todav¨ªa nuestra fiesta petrolera de los a?os setenta.
Pero no le faltan a Ch¨¢vez talento ni astucia. Los ha puesto al servicio de una barbaridad h¨¢bilmente construida. Se ha hecho de un poder dictatorial con m¨¦todos democr¨¢ticos. Ha usado la democracia para destruir la democracia. Los dem¨®cratas venezolanos hicieron el camino inverso: quisieron derrotarlo con un golpe de Estado. Pareciera que en Venezuela las cosas pol¨ªticas deben suceder al rev¨¦s.
Todo lo anterior ser¨ªa digno de reflexi¨®n y lamento, si no lo opacara, en su infinita trivialidad, la cursiler¨ªa del redentor, que une a su astucia de hierro una l¨ªrica tra¨ªda del burdel de las met¨¢foras patrias. "Estamos en un horizonte donde se aprecian las luces de un amanecer: estamos saliendo de la noche, est¨¢ amaneciendo en esta tierra, es tiempo de su resurrecci¨®n, es tiempo de un nuevo despertar, de un nuevo mundo, de una nueva patria". Cada vez que alguien saca este tipo de met¨¢foras a pasear, hay que llevarse una mano al bolsillo, la otra al coraz¨®n, y salir corriendo.
Nicaragua no canta mal las rancheras, como se dice en M¨¦xico. La providencia ha cegado tambi¨¦n a los electores nicarag¨¹enses para dar paso al gobierno, democr¨¢tico ahora, de Daniel Ortega, uno de los transformistas m¨¢s asombrosos del asombroso transformismo latinoamericano. Daniel Ortega ha sido acusado de abuso sexual por su propia hija, Zoylam¨¦rica Ortega Murillo. Vive en una casa robada por expropiaci¨®n a un banquero, que es hoy su vicepresidente, Jaime Morales Carazo. Recibe la comuni¨®n cada domingo de manos de quien fuera su enemigo ac¨¦rrimo, el cardenal Obando y Bravo. Es un pol¨ªtico pragm¨¢tico, no hay duda, y se ha salido con la suya. Ahora vuelve al poder por la misma v¨ªa democr¨¢tica que lo ech¨®. Los pueblos, como los neur¨®ticos, tienden a repetir. Ortega recibe su pa¨ªs en situaci¨®n favorable. Puede darse el lujo de ser "amigo de Estados Unidos y Cuba, y contar con Venezuela y Brasil", como apunta el titular de un diario mexicano (Cr¨®nica, 10-1-2007). Ortega puede sumar a esto la buena voluntad de M¨¦xico, cuyo nuevo presidente acudi¨® a la ceremonia de toma de posesi¨®n con un ¨¢nimo abierto de colaboraci¨®n y amistad.
Bajo el transformismo pol¨ªtico latinoamericano hay una coherencia subterr¨¢nea. Cambian mucho los ropajes, pero no tanto los maniqu¨ªs. Todo vuelve a su fuente original, luego de darse una vuelta por la moda. Argentina al peronismo, Venezuela al populismo, Bolivia al indigenismo, Chile a la democracia, Per¨² al Apra reciclado en el reciclado Alan Garc¨ªa. M¨¦xico estuvo a punto de volver al PRI v¨ªa el PRD. El d¨ªa de su toma de posesi¨®n Daniel Ortega sugiri¨® ad¨®nde puede volver cuando se dijo "gemelo" del deschavetado presidente Ch¨¢vez. Es posible que el cambio de Ortega sea real, que haya aprendido algo de las lecciones de la historia. Pero si la vida p¨²blica tiene alguna l¨®gica moral, digo, si la tiene, la matriz de Ortega volver¨¢ a la superficie, y las contrahechuras de su vida p¨²blica, y de su vida privada, pasar¨¢n su factura. Eliseo Alberto ha puesto el dedo en la llaga de esa fisura moral al advertir la calidad de quienes no estuvieron en la asunci¨®n de Ortega: "El sacerdote y escritor Ernesto Cardenal, la poeta Gioconda Belli, el trovador Carlos Mej¨ªa Godoy, el novelista Sergio Ram¨ªrez, dem¨®crata de pura sangre y amigo para siempre" (Milenio, 11-1-2007).
Bol¨ªvar y Sandino deben agitarse en su tumba, espeluznados de sus herederos.
H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn es escritor mexicano.
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