La coincidencia de los 'nuevos ecologistas'
El cambio clim¨¢tico.
El 'ecologismo' de Bush ha sido seguido de forma inmediata por las principales empresas energ¨¦ticas multinacionales, que ahora exigen al Congreso de EE UU medidas urgentes para luchar contra el cambio clim¨¢tico
ALREDEDOR DEL S?PTIMO DISCURSO de Bush sobre el estado de la Uni¨®n, desde que est¨¢ en la Casa Blanca, han coincidido los discursos y las manifestaciones acerca de la necesidad de combatir el cambio clim¨¢tico. Ha nacido una generaci¨®n de nuevos ecologistas, de extracci¨®n pol¨ªtica, social y econ¨®mica muy distinta de los ecologistas tradicionales, compuesta por quien se neg¨® a firmar el Protocolo de Kioto y los principales conglomerados energ¨¦ticos, que han unificado sus demandas a favor de un mundo menos contaminado y de las nuevas energ¨ªas, que en buena parte ellos mismos controlan. El espejo de ello reverber¨® tambi¨¦n en Davos, en la reuni¨®n anual del Foro Econ¨®mico Mundial, s¨²bitamente preocupado por el calentamiento del planeta.
En su discurso ante el Congreso de EE UU, Bush anunci¨® el programa Veinte por diez, consistente en reducir en un 20% el consumo de gasolina en 10 a?os, con dos objetivos: ser menos dependiente del petr¨®leo producido en Estados con reg¨ªmenes hostiles o cercanos al terrorismo (criterio geoestrat¨¦gico) y generar menos gases de efecto invernadero (criterio clim¨¢tico). Ello se har¨¢ con la mayor eficiencia medioambiental en la flota automovil¨ªstica y con la utilizaci¨®n de energ¨ªas alternativas, como la nuclear y el uso del etanol, un biocombustible extra¨ªdo del ma¨ªz. Las expectativas a favor del etanol han tenido como primera consecuencia la subida del precio del ma¨ªz, lo que ha disparado el precio de las tortitas de ese grano, elemento b¨¢sico de la dieta de los centroamericanos (en M¨¦xico se ha acu?ado el t¨¦rmino de etanoinflaci¨®n).
Apenas unas horas antes del anuncio de Bush, 10 de los mayores conglomerados empresariales de EE UU -entre ellos, General Electric, Alcoa, Dupont, Duke Energy, Caterpillar, BP America, etc¨¦tera- demandaban al Congreso una legislaci¨®n que "reduzca significativamente los gases causantes del efecto invernadero"; los porcentajes necesarios de reducci¨®n eran cuantificados entre el 10% y el 30% de las emisiones de di¨®xido de carbono.
Este giro hacia las energ¨ªas verdes contrasta con la pol¨ªtica aplicada hasta hace escasos meses por la primera empresa del mundo por ingresos, la petrolera ExxonMobil. Un grupo de cient¨ªficos ha denunciado que Exxon ha utilizado las mismas t¨¦cnicas de desinformaci¨®n que la industria del tabaco en relaci¨®n con la nicotina, para neutralizar las tesis del cambio clim¨¢tico con el fin de evitar las pol¨ªticas de reducci¨®n de gases de efecto invernadero. Exxon-Mobil invirti¨® m¨¢s de 12 millones de euros en una red de expertos dedicados a intervenir en el debate p¨²blico en contra de la tesis del recalentamiento del planeta.
La voluntad nuevoecologista de la Administraci¨®n americana y de la parte citada del mundo empresarial va a tener un test en la pol¨ªtica de la mayor¨ªa dem¨®crata en las dos c¨¢maras legislativas. Como se sabe, las relaciones de la Administraci¨®n de Bush con el sector energ¨¦tico y petrolero empresarial privado, a trav¨¦s de la influencia del vicepresidente Dick Cheney, son muy grandes. El plan energ¨¦tico en vigor se aprob¨® tras numerosas reuniones -opacas- entre Cheney y las empresas de la energ¨ªa (entre las que figuraba la difunta Enron). Pues bien, los dem¨®cratas han aprobado en la C¨¢mara de Representantes una norma por la que se anulan las prebendas fiscales que los republicanos concedieron a las petroleras (alrededor de 14.000 millones de d¨®lares a lo largo de una d¨¦cada, en subvenciones e incentivos fiscales), adem¨¢s de la renegociaci¨®n de una serie de contratos de explotaci¨®n firmados en 1998 (bajo Clinton) y que por errores de redacci¨®n permitieron a las petroleras una serie de explotaciones en yacimientos en el mar, sin tener que pagar derechos de explotaci¨®n. Para que esta medida sea efectiva ha de pasar por la criba del Senado (donde la mayor¨ªa dem¨®crata es mucho m¨¢s precaria que en la C¨¢mara) y, en ¨²ltima instancia, no ser vetada por el presidente.
Hay que seguir este asunto con mucha atenci¨®n.
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