El pa¨ªs de los j¨ªbaros
Uno de nuestros errores fatales consiste en suponer que, al reducir las cabezas, los j¨ªbaros consegu¨ªan empeque?ecer el cerebro y el cr¨¢neo. No es as¨ª. El arte j¨ªbaro de menguar cabezas consist¨ªa en arrancar con suma habilidad la piel, luego hervirla con ma?a una media hora, de forma que quedaba ya reducida a la mitad. Despu¨¦s segu¨ªa un complejo proceso con piedras calientes y, al final, arena caliente. As¨ª la cabeza queda del tama?o del pu?o. Son buenas gentes los j¨ªbaros, de saberes propios y profundos, pues aman la naturaleza. Tambi¨¦n forman un pueblo con identidad propia. Por si fuera poco, en una fecha tan temprana como 1599 acabaron con el dominio de los espa?oles, motivo de natural envidia para los a¨²n sometidos a tal opresi¨®n. Pero la t¨¦cnica j¨ªbara de reducir cabezas, que consigue esas figuras tan simp¨¢ticas, tiene su complicaci¨®n. No est¨¢ al alcance de cualquiera.
Es como si quisieran arreglar el calentamiento global con anuncios sobre frigor¨ªficos
La contracci¨®n de cabezas hisp¨¢nica es sobre todo un arte de los pol¨ªticos
No es como aqu¨ª, en este lugar llamado Espa?a, donde el achique de cabezas requiere menos destreza, se practica en vida, no exige extirpar cerebro y resulta un elemento b¨¢sico de nuestra vida en sociedad, uno de los pilares patrios. Contribuye a explicar el marasmo de este malhadado 2007, el a?o tsunami por la marcha que ha cogido, con todo en ca¨ªda libre. La contracci¨®n de cabezas hisp¨¢nica constituye sobre todo un arte de los pol¨ªticos. Radica en eliminar procesos mentales, encoger el pensamiento, a la vez que se da rienda suelta a la man¨ªa de hablar cuanto antes, incluso sin saber qu¨¦ decir, y hacerlo metiendo el dedo en el ojo enemigo. B¨¢sase, tambi¨¦n, en la convicci¨®n que tienen los pol¨ªticos de que la ciudadan¨ªa, atontada, se traga lo que le echen.
Varios sucesos recientes -el arre¨®n que ha cogido esto anuncia el fin de la historia- confirman que la mengua de cerebros, aun dentro del cr¨¢neo, hace estragos en estos pagos. Hay un ejemplo paradigm¨¢tico, el estallido de Alcorc¨®n y las respuestas pol¨ªticas que ha suscitado. No hace falta conocer el sitio para intuir que se plantea un problema serio, quiz¨¢s de enormes implicaciones, en esa localidad y en otras. Y, puesto que ha sorprendido a todos -lo del "se ve¨ªa venir" de Rajoy suena a profec¨ªa a posteriori, ya que no la profiri¨® antes-, exige un diagn¨®stico cuidadoso, como cuesti¨®n muy seria con la que no habr¨ªa que jugar con fuego. Pues bien: las reacciones de autoridades y pol¨ªticos dan razones para el estremecimiento. Responden a la jibarizaci¨®n de nuestra vida p¨²blica, una plaga b¨ªblica. La delegada del Gobierno, del PSOE, no ten¨ªa dudas: no hay en Alcorc¨®n actividades de bandas latinas ni xenofobia, "es un municipio tranquilo". El alcalde: "En Madrid, cualquier noche ocurren sucesos como lo que ha pasado aqu¨ª". Habida cuenta de que los convocantes de la bronca afirmaban: "Nos invaden, nos roban y nos matan (...) Ense?¨¦mosles el camino de vuelta a su tierra o al infierno", se dir¨ªa que es algo m¨¢s complejo.
Como las desgracias nunca vienen solas, en el otro lado Acebes aprovech¨® para pedir una comparecencia del ministro de Interior, como cuando se busca un nuevo ring para boxear. ?Los pol¨ªticos lo tienen ya todo analizado? De ah¨ª el diagn¨®stico de Esperanza Aguirre, para quien que lo de Alcorc¨®n no es como lo de Par¨ªs el a?o pasado, porque "de momento no se ha creado una clase ociosa de inmigrantes que pudieran entrar en colisi¨®n con los naturales de cada lugar", lo que ocurre cuando descubren "que el seguro de desempleo les cubre bastante parte de su sueldo durante bastante tiempo". Remata la faena la concejal Ana Botella, que va al fondo: "Quien tiene que garantizar que la calle, los campos de f¨²tbol, los pueda utilizar todo el mundo, es el Gobierno de la naci¨®n".
Vivimos pues en un barril de p¨®lvora y los mandamases saltan sobre ¨¦l con alegr¨ªa y donosura, el que m¨¢s brinque capador. Las principales causas de esta reducci¨®n de cerebros son: la necesidad del pol¨ªtico de hablar enseguida, sin tiempo de analizar el suceso; su gusto por los nuevos escenarios de lucha pol¨ªtica; una cierta frivolidad, por no imaginar que de estos polvos vendr¨¢n los lodos. Y todo depende de otro mecanismo que hace furor, la idea de que los problemas complejos tienen soluciones sencillas.
Lo peor es que los citados quiz¨¢s no sintetizaron sus an¨¢lisis, sino que emitieron as¨ª sus pensamientos completos. Es como si quisieran arreglar el calentamiento global con anuncios sobre frigor¨ªficos. Adem¨¢s, la man¨ªa de afrontar complejidades sociales con f¨®rmulas simples las suele complicar sobremanera. Quiz¨¢s se refer¨ªa a ello Groucho Marx con lo de que "la pol¨ªtica es el arte de buscar problemas, encontrarlos, diagnosticarlos err¨®neamente y luego aplicar el remedio equivocado".
Hay m¨¢s muestras de jibarizaci¨®n de nuestra vida p¨²blica. S¨®lo tal achique de cerebros explica lo de la presidenta de los verdes de Barcelona, socia de los sociatas de all¨¢, al elogiar la okupaci¨®n de edificios, divino izquierdismo chocante en sus compa?¨ªas, pues sopas y sorber no puede ser. O lo del ciudadano Zaplana, para quien que se detenga por corrupci¨®n a alcaldes y concejales "tiene ya un tufillo a serial", al tiempo que le da rabia que Rajoy no deje a sus zaplanistas copar la direcci¨®n de la Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo (CAM), para lo que ya hab¨ªan pactado con el PSOE local (ya les vale), con el fin de desbancar a los del PP del lehendakari de Valencia, sucesor suyo con el que anda a matar. Ser¨¢ que en la CAM se dedican a la beneficencia y todos luchan por el honor de practicar la caridad.
Llegados as¨ª al grado cero de nuestra convivencia, conviene evocar de nuevo al id¨ªlico pa¨ªs de los j¨ªbaros. Viven ¨¦stos en comunidades familiares y tienen la costumbre de interpretar los sue?os, que gu¨ªan sus vidas. Pero muchas de las cabezas jibarizadas que se ven en los museos son falsificaciones, pues resulta mayor la demanda que la oferta. Hay mercado.
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