Arizmendi redime al Deportivo, que amarra el empate ante el Zaragoza

Aunque el Zaragoza se reencontr¨® con su mejor versi¨®n en el tramo final del partido, Aouate y una cruceta a un tiro de D'Alessandro evitaron que se rompiera al final el empate a un gol. Un resultado del que se congratul¨® el Deportivo, que se apag¨® al final pero que encontr¨® en Arizmendi, otra vez, al delantero perfecto. Las tablas certifican la progresi¨®n del conjunto gallego al tiempo que desaniman al Zaragoza en su ilusi¨®n de conseguir plaza en Champions.

Sabedor el Depor de que al Zaragoza, por eso de que los enganches los tiene en las bandas, le cuesta superar la presi¨®n en el medio, adelant¨® sus l¨ªneas y propuso un partido en espacios reducidos. La estrategia le result¨® de perlas hasta que se anim¨® el Zaragoza. Entre otras cosas, porque V¨ªctor Fern¨¢ndez volvi¨® a probar en la medular a Zapater y Piqu¨¦, futbolistas que regalan enormes dosis de esfuerzo pero que se sonrojan cuando deben hacer jugar al equipo. Se desenvuelven con soltura en los pases horizontales, que tanto oxigenan, pero no se atreven con esas asistencias verticales, incisivas y determinantes. La media del Zaragoza, entonces, se dio un atrac¨®n de recuperar balones y de perderlos.

El Depor busc¨® el marco contrario sin apenas transiciones. El bal¨®n, largo, directo, atravesaba el campo en busca de Taborda y Arizmendi, que se hartaron de jugar de espaldas a la porter¨ªa. Pero si no se mov¨ªa Arizmendi, no lograba conectar con la segunda l¨ªnea.

Arizmendi, con sus movimientos, se encarg¨® de paliar las deficiencias de su equipo, de azotar al Zaragoza y casi de resolver el encuentro por s¨ª mismo. Su excelente carrocer¨ªa no s¨®lo le sirve para prolongar esos balones que bajan como copos de nieve, sino que obtiene unos metros de ventaja cuando el defensa no le reta en el salto. Su mejor arma, sin embargo, es la facilidad que tiene para caer hacia las bandas. As¨ª lleg¨® el tanto. Se descolg¨® por el costado derecho, recibi¨® una asistencia de Duscher, pis¨® l¨ªnea de fondo y materializ¨® un centro con toda la intenci¨®n del mundo que remat¨® Taborda.

Cambi¨® el Zaragoza el dibujo y el partido se revolucion¨®. Poco import¨® que se lesionara Aimar. Con un enganche el Zaragoza se reanim¨®. Milito y D'Alessandro representaron el peligro, que Aouate, magn¨ªfico, resolvi¨®. Hasta que un penalti clar¨ªsimo de Taborda, que supuso la roja, igual¨® el choque.