Futuro para Kosovo
El plan sobre el futuro de Kosovo presentado el viernes por el finland¨¦s Martti Ahtisaari, enviado especial de las Naciones Unidas a esta antigua provincia serbia, ten¨ªa que ser lo m¨¢s parecido a la cuadratura del c¨ªrculo. Por eso su mayor virtud inicial, cuando sea presentado oficialmente el pr¨®ximo d¨ªa 2 de febrero a las autoridades de Belgrado y de Pristina, estar¨¢ en no ser rechazado de plano por uno de ellos o por ambos. El viernes, el plan recibi¨® el previsto apoyo de los ministros de Exteriores de la OTAN y una fr¨ªa acogida por parte de Rusia, que tampoco es una sorpresa. Que nadie est¨¦ plenamente satisfecho con este plan es una muestra del esfuerzo del mediador finland¨¦s.
El plan no habla expl¨ªcitamente de la independencia de Kosovo, pero la da en muchos puntos por sentada al abrir al Gobierno de Kosovo la posibilidad de firmar acuerdos y solicitar el ingreso en los organismos internacionales. En toda Europa hay conciencia del potencial desestabilizador que supone crear expectativas independentistas en otros rincones del continente, pero tambi¨¦n se ha impuesto la certeza de que la soberan¨ªa de Serbia, incluso parcial, se hab¨ªa convertido en imposible como consecuencia directa de la guerra y las matanzas.
Entre las m¨¢ximas concesiones a la minor¨ªa est¨¢ la creaci¨®n de una ampl¨ªsima autonom¨ªa para los distritos donde los serbios son mayor¨ªa y permitirles una relaci¨®n directa y especial con Belgrado, as¨ª como gozar de la doble nacionalidad serbia y kosovar. Puede descartarse que esta oferta vaya a satisfacer a los nacionalistas serbios que volvieron a demostrar su fuerza en las elecciones legislativas de la pasada semana. Kosovo seguir¨¢ siendo en gran medida un protectorado, con una amplia presencia militar internacional cuya misi¨®n pasa a ser pr¨¢cticamente indefinida y bajo la tutela de un representante permanente de la Uni¨®n Europea.
Por su complejidad y por las dificultades objetivas en este conflicto con diferencias pr¨¢cticamente insuperables, la voluminosa documentaci¨®n elaborada por Ahtisaari durante todo el pasado a?o deja muchas cuestiones, m¨¢s all¨¢ de la presencia militar internacional, abiertas a un futuro intencionadamente indefinido. Se trata ante todo de mantener la paz, intentar que se genere un tejido de cooperaci¨®n en la regi¨®n y confiar en que los Balcanes occidentales se encaminen lentamente hacia unas sociedades homologables a la UE. Todo esto requiere tiempo, firmeza, paciencia y dinero.
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