La 'cenicienta' del colesterol
La vitamina B3 resurge como alternativa para reducir el riesgo cardiovascular ante el fracaso de nuevos f¨¢rmacos de dise?o
Tal vez hayan o¨ªdo el lamento desde los laboratorios de investigadores cardiacos y los despachos de analistas de Wall Street el mes pasado. Pfizer, el gigante farmac¨¦utico, interrump¨ªa unos ensayos de un medicamento para el colesterol llamado torcetrapib que se encontraban en las ¨²ltimas fases, despu¨¦s de que unas investigaciones descubrieran que incrementaba los problemas cardiacos -y la tasa de los ¨ªndices de mortalidad- en la poblaci¨®n del ensayo.
El torcetrapib no s¨®lo ha sido otro tiro por la culata de la ciencia; el medicamento iba a ser un bombazo que presagiar¨ªa la transformaci¨®n de la atenci¨®n cardiovascular. Los tratamientos con estatina, como la simvastatina y la atorvastatina reducen los niveles sangu¨ªneos de LDL, el denominado colesterol malo, lo que disminuye la acumulaci¨®n de placa en las arterias.
Torcetrapib funcionaba esencialmente aumentando el HDL o colesterol bueno. Entre otras funciones, el HDL transporta las formas peligrosas de colesterol desde las paredes arteriales hasta el h¨ªgado para su excreci¨®n. Se cree que el proceso, conocido como transporte inverso del colesterol, es crucial para prevenir la obstrucci¨®n de las arterias.
Muchos cient¨ªficos todav¨ªa piensan que una estatina combinada con un medicamento que aumente los niveles de HDL supondr¨ªa un avance importante en el tratamiento de la cardiopat¨ªa. Pero para los pacientes que actualmente corren un alto riesgo de sufrir un infarto o una apoplej¨ªa, la noticia es mejor de lo que parece. Ya existe un estimulador eficaz del HDL.
Se trata de la niacina o vitamina B3. En su forma terap¨¦utica, el ¨¢cido nicot¨ªnico, la niacina puede aumentar el HDL hasta en un 35% cuando se toma en dosis elevadas, normalmente unos 2.000 miligramos diarios. Tambi¨¦n reduce el LDL, aunque no tanto como las estatinas, y se ha demostrado que disminuye los niveles s¨¦ricos de triglic¨¦ridos que obstruyen las arterias hasta en un 50%. Su principal efecto secundario es un irritante sofoco ocasionado por el efecto dilatador de la vitamina en los vasos sangu¨ªneos.
A pesar de su eficacia, la niacina ha sido el patito feo de las medicaciones cardiacas, un viejo remedio que pocos cient¨ªficos se molestaron en evaluar. Pero es probable que eso cambie. "Existe una gran necesidad no satisfecha de algo que aumente el HDL", se?ala Steven E. Nissen, cardi¨®logo de la cl¨ªnica Cleveland y presidente del Colegio Americano de Cardiolog¨ªa. "Ahora mismo, tras el fracaso de torcetrapib, la niacina realmente es la clave. No hay nada m¨¢s que resulte eficaz".
En 1975, mucho antes de las estatinas, un estudio hist¨®rico realizado con 8.341 hombres que hab¨ªan sufrido infartos descubri¨® que la niacina era el ¨²nico tratamiento de los cinco ensayados que preven¨ªa segundos ataques al coraz¨®n. En comparaci¨®n con los hombres que recibieron placebo, los que tomaron niacina presentaron una reducci¨®n del 26% en los infartos y del 27% en las apoplej¨ªas. Quince a?os despu¨¦s, la tasa de mortalidad entre los hombres que tomaban niacina era el 11% inferior a la de los que hab¨ªan recibido placebo.
"Aqu¨ª tenemos un medicamento que era m¨¢s o menos igual de eficaz que las primeras estatinas, y nunca se ha impuesto", dice B. Greg Brown, catedr¨¢tico de medicina de la Universidad de Washington, en Seattle. "Para m¨ª es un misterio, pero si eres una empresa farmac¨¦utica, supongo que no puedes ganar dinero con una vitamina".
En general, la investigaci¨®n se ha centrado en reducir el LDL, y las estatinas han demostrado ser sorprendentemente eficaces. Los medicamentos pueden lentificar el progreso de la cardiopat¨ªa y reducir el riesgo de infarto u otras consecuencias adversas en un 25 o un 35%. Pero estudios recientes indican que el a?adir un potenciador del HDL, como la niacina, puede ofrecer una protecci¨®n todav¨ªa mayor.
Despu¨¦s de evaluar datos de m¨¢s de 83.000 pacientes cardiacos que participaron en 23 ensayos cl¨ªnicos, investigadores de la Universidad de Washington calculaban este mes que un r¨¦gimen que aumentara el HDL en un 30% y redujera el LDL en un 40% en un paciente medio disminuir¨ªa el riesgo de infarto o ictus en un 70%. Eso es mucho m¨¢s de lo que puede lograrse reduciendo s¨®lo el LDL.
Otros estudios peque?os han ofrecido unos resultados igual de alentadores, pero algunos expertos advierten que los datos sobre el incremento del HDL y la cardiopat¨ªa son preliminares.
Investigadores de 72 centros de Estados Unidos y Canad¨¢ est¨¢n reclutando a 3.300 pacientes con enfermedades cardiacas para un estudio, dirigido por Brown y financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de EE UU, que compara a los que toman niacina y una estatina con los que s¨®lo toman una estatina. Esta amplia comparaci¨®n directa deber¨ªa responder a numerosos interrogantes sobre las ventajas de un tratamiento de combinaci¨®n.
Muchos cardi¨®logos no ven motivos para esperar a los resultados. Pero la niacina puede ser un trago amargo; en casos poco habituales, la vitamina puede causar da?os hep¨¢ticos y alterar el consumo corporal de glucosa. S¨®lo deber¨ªan tomarse dosis elevadas bajo la supervisi¨®n de un m¨¦dico.
El efecto secundario m¨¢s frecuente son los sofocos, que se vuelven menos pronunciados con el tiempo, y a menudo pueden evitarse tomando las pastillas con un poco de comida antes de acostarse. Los m¨¦dicos tambi¨¦n recomiendan empezar con dosis peque?as e ir aument¨¢ndolas. Si la cuesti¨®n es prevenir un infarto, quiz¨¢ sea mejor soportar los sofocos que esperar al pr¨®ximo bombazo. "S¨®lo con lograr que los pacientes tomen niacina, el HDL aumenta considerablemente", afirma Nissen. "Buena parte de las pruebas indican que se beneficiar¨¢n de ello".
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