Bajo un manto de nieve
Quiz¨¢s la ¨²ltima nevada cubra con su manto las preocupaciones por el cambio clim¨¢tico, que en los ¨²ltimos meses ocupan primeras planas de informaci¨®n, por cuanto no es mera opini¨®n aislada, sino fundada en informes de prestigiosos cient¨ªficos, recopilados por organismos como la ONU.
Por fin, los sectores de la nieve podr¨¢n cubrir algunas de sus expectativas, para envolvernos con cifras de usuarios y beneficios, camuflando el coste econ¨®mico, medioambiental y energ¨¦tico que ha supuesto mantener abiertas estaciones de esqu¨ª con mantos cercanos al metro, cuando la climatol¨®gica no aportaba de forma natural este elemento. Las cosechas probablemente consigan salir adelante, aunque tampoco los consumidores hubi¨¦ramos notado su falta, en un mundo globalizado donde los envases de pasta, frutas y dem¨¢s productos alimenticios, como los pescados frescos -que no s¨¦ c¨®mo llegan como tales al mercado-, indican su origen del m¨¢s rec¨®ndito rinc¨®n del planeta. Por desgracia, el destino de los productos s¨®lo llega a lugares capaces de disponer de un nivel de renta para adquirirlos y amplias zonas contin¨²an albergando sombras donde no llega el desarrollo, donde los cultivos se orientan a la globalizaci¨®n de su consumo y donde se asientan bolsas de pobreza y hambruna, que terminan desencadenando guerras.
M¨¢s cercanos a donde vivimos, el manto de la nieve cubrir¨¢ de blanco esa ciudad negra que est¨¢ renaciendo en Teruel, con sus planes de rehabilitaci¨®n. A pocas fechas de las elecciones municipales y auton¨®micas, probablemente nos haga olvidar a sus responsables cuando comiencen a surgir las cifras de inversiones en la ciudad, sin analizar el grado de satisfacci¨®n de los ciudadanos sobre ellas. Los partidos, en el pistoletazo de salida para llegar al poder, intentar¨¢n contentar a los que con su voto decidir¨¢n qui¨¦n vencer¨¢; para ello, una vez m¨¢s surgir¨¢n buenas palabras e intenciones, que s¨®lo despu¨¦s la realidad y las voces de la oposici¨®n, en intenci¨®n de desgastar al Gobierno, descubrir¨¢n su verdadero sentido electoral.
No obstante, pisando el suelo nevado, se agradece que un fen¨®meno natural como ¨¦ste, la nieve, sea foco de atenci¨®n en una sociedad tan ensimismada en la tecnolog¨ªa y los artefactos como garantes de su futuro.
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