Se anima
A Zorrozaurre, a la Alh¨®ndiga, al cubrimiento de la Soluci¨®n Sur, se suma ahora el nuevo acceso por el norte que sustituir¨¢ al de Sabino Arana. Lo temible: sigue la precampa?a electoral. La Alh¨®ndiga, por cuarta vez, ser¨¢ motivo de soflamas, de campa?a; parece que en ¨¦sta va la vencida, cuando lleva m¨¢s tiempo el inaugurarla que la catedral nueva de Vitoria, que justo se inaugur¨® cuando ya no iban los fieles a misa. El lehendakari conoce su puerta trasera.
Yo ya avis¨¦ que casi peor que las inauguraciones son las preinauguraciones. Ante una maqueta (maqueta con "q") casi semanalmente durante unos meses se reunir¨¢ a la prensa y a algunos vecinos afectos, a los que se unir¨¢n algunas se?oras mayores de los temibles comandos canap¨¦s, que se apuntan a todos los eventos con lunch. Bilbao es una ciudad de proyectos fallidos y maquetas escondidas por cualquier dependencia del ayuntamiento, junto con aquel gran cochazo Lincoln, donaci¨®n envenenada de alg¨²n mecenas que despu¨¦s de restaurar s¨®lo dio para un viaje. Somos una ciudad con muchos sue?os, la mayor¨ªa frustrados, y alguno afortunadamente conseguido, como la recuperaci¨®n de las riberas de la r¨ªa, pero con muchos m¨¢s sue?os esgrimidos por candidatos con cualidades de encantadores de serpientes, que son los que de verdad mueven a votar a la gente, y que nunca se ver¨¢n hechos.
?Pero qu¨¦ ser¨ªa de la pol¨ªtica local sin los sue?os? La gente lo m¨¢s que otorga a un pol¨ªtico por algo realizable es un cinco; cuando lo realiza, lo pueden ver y usar, bajan la nota a un cuatro. Eso ya est¨¢, eso ya no mueve nada, y, sin embargo, el sue?o disparatado, incluso el sue?o imposible, ese puede hacer ganar las elecciones a un candidato. Estamos en la era de los sue?os televisados, en la era en la que no hay alumnos de Formaci¨®n Profesional, aunque tengan empleo garantizado, ni en otras carreras con futuro, porque los j¨®venes prefieren hacerse millonarios y famosos en Gran Hermano o en Operaci¨®n Triunfo. Es la era para candidatos vendedores de sue?os.
T¨¦cnicos los hay, que yo no lo soy, y ellos sabr¨¢n, pero se me antoja una burrada la inversi¨®n para trasladar el acceso de la autopista de Sabino Arana. Es cierto que hoy ni es una avenida ni es nada, un almac¨¦n de coches m¨¢s bien, pero para desplazar el colapso unos cuantos metros m¨¢s all¨¢ me parece muy cara la limitada soluci¨®n. Pero sin duda alguna la presi¨®n vecinal para apartar la circulaci¨®n de ah¨ª supone para alguno muchos votos. No tanto el derribar el viaducto que cubre Rekaldeberri, ah¨ª ya se sabe lo que se vota y ese bodrio de puente cubriendo y cortando todo el barrio, como el metro, puede esperar. Aunque de tanto esperar esos proyectos parece que acabar¨¢n en el almac¨¦n con otros muchos que no tuvieron el inter¨¦s electoral que otros merecieron.
Pero el problema de verdad es estrat¨¦gico, que dir¨ªa Clausewitz. Mientras que no se aleje la autopista actual, que se ha convertido en una v¨ªa de naturaleza urbana, interurbana y de conexi¨®n hasta Asturias, demasiados destinos para tan pocos carriles, nadie osar¨¢ a levantar el viaducto de Rekaldeberri, yendo la cosa para largo. Nos hemos quedado con un cintur¨®n de ronda que es a su vez la autopista del Cant¨¢brico. Demasiado. Tambi¨¦n veremos muchas maquetas con este tema.
En La vuelta al mundo en ochenta d¨ªas sus protagonistas llegan a un pueblo del Lejano Oeste donde se quedan perplejos ante disparos al aire, galopadas de vaqueros por una calle atravesada por pancartas de edificio a edificio, con la presencia de una banda de m¨²sica y un peque?o mitin del candidato que acaba largando la esperada invitaci¨®n al p¨²blico de entrar en la cantina a beber un trago. El mayordomo tiene que preguntar a su se?or por qu¨¦ estaban motando tal jaleo. Su se?or, Phileas Fogg, con un gesto displicente de conservador brit¨¢nico le responde: "Est¨¢n eligiendo a un presidente".
Si aqu¨ª un forastero ve una serie de personas con alg¨²n coche oficial en los alrededores mirando embelesados y con aparente atenci¨®n un plano, y no digamos una maqueta, rodeados por varios periodistas, algunos con c¨¢maras, sepa que se est¨¢ eligiendo a un alcalde.
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