El cine Avenida tambi¨¦n se rinde
El Ayuntamiento autoriza que la sala cambie de uso y se convierta en centro comercial
Otro cine hist¨®rico que se rinde, y al que el Ayuntamiento ayuda a echar el cierre. El pleno municipal aprob¨® ayer, con la mayor¨ªa absoluta del PP y el voto en contra de PSOE e IU, autorizar a los due?os del cine Avenida y la sala de fiestas Pasapoga, en Gran V¨ªa 37, a convertir el local en centro comercial. La empresa propietaria asegura que el cierre de la sala no ser¨¢ "ni mucho menos inmediato" sino que llegar¨¢ en "uno, dos o tres a?os", pero confirma que la decisi¨®n es definitiva porque seguir emitiendo pel¨ªculas "no es rentable".
Otros 13 cines del centro han seguido el mismo camino desde que en 2004 el gobierno municipal de Alberto Ruiz-Gallard¨®n acept¨® desproteger su uso. La oposici¨®n acusa al Ayuntamiento de dejar morir un eje cultural tan emblem¨¢tico como la Gran V¨ªa; el PP replica que los h¨¢bitos de los espectadores han cambiado y que, si ya todo el mundo ve las pel¨ªculas por Internet o en las macrosalas de las afueras, los cines del centro no salen rentables y el Ayuntamiento no puede condenarlos a sumirse en la ruina.
La oposici¨®n acusa al PP de 'cargarse' el eje cultural de Gran V¨ªa con la nueva normativa
Las salas peque?as alegan que Internet y el 'pirateo' de pel¨ªculas les llevan a la ruina
"No vamos a cerrar ya. Llevamos dos a?os de tr¨¢mites administrativos y es verdad que hoy [por ayer] es un d¨ªa importante porque empezamos a ver la luz. Pero ahora hay que presentar un proyecto de obra y conseguir la licencia municipal, y eso puede llevar uno, dos o tres a?os m¨¢s. El cine va a seguir proyectando pel¨ªculas hasta entonces", subray¨® una portavoz del Grupo Bautista Soler, propietario de la sala, que no obstante a?adi¨®: "Claro, que si de repente llega una oferta maravillosa para hacer un centro comercial, un banco u otra cosa y, adem¨¢s, la licencia se agiliza... Esto depender¨¢, no podemos dar un plazo para el cierre".
El Avenida, construido como local en 1926, lleva desde los a?os cuarenta del siglo pasado ofreciendo estrenos nacionales e internacionales. Pero hace a?os que, como otros muchos cines, ha entrado en decadencia. "Esto es un desastre, una ruina. Primero est¨¢ la competencia, cada vez mayor, de las multisalas de los centros comerciales de las afueras. Y luego, en los ¨²ltimos a?os, el aut¨¦ntico golpe ha venido del pirateo y de Internet. Estrenamos una pel¨ªcula y a las dos horas ya est¨¢ en el top manta, o la gente se la baja directamente en el ordenador", se lamenta la portavoz del Avenida.
Los due?os del cine sostienen que es imposible mantener salas abiertas con cientos de butacas si nadie va a ver las pel¨ªculas. "Las cintas no duran en cartelera ni un mes. Tenemos, de media, un 10% de ocupaci¨®n: hoy, en una sala con 864 butacas, hab¨ªa seis personas. Es una ruina", insiste la portavoz. El Grupo Bautista Soler ha llegado a tener en la capital 40 salas en una decena de cines, pero ya ha cerrado m¨¢s de la mitad -los ¨²ltimos, el Juan de Austria y el Benlliure, hace unos d¨ªas- para convertirlos en teatros, librer¨ªas o en centros comerciales, acogi¨¦ndose a la nueva normativa. El Avenida tiene protegidas -intocables- la fachada, el vest¨ªbulo y la escalera, pero con el resto del local -y con la m¨ªtica sala Pasapoga, cerrada desde hace tres a?os- puede hacer ya lo que quiera.
La aprobaci¨®n de esta nueva acta de defunci¨®n de un cine emblem¨¢tico sacudi¨® ayer el pleno del Ayuntamiento. "Ya avisamos de que esto iba a ocurrir. El eje de Gran V¨ªa, referencia cultural para muchos madrile?os, est¨¢ decayendo, se lo est¨¢n cargando", acus¨® Justo Calcerrada, de IU, a la bancada del PP.
La concejal de Urbanismo, Pilar Mart¨ªnez, explic¨® que, aunque el Plan General de 1997 manten¨ªa el uso "dotacional" de los cines y, por tanto, proteg¨ªa su uso, en 2003 el entonces alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, firm¨® un convenio con los empresarios prometi¨¦ndoles que se cambiar¨ªa esa normativa. Ruiz-Gallard¨®n cumpli¨® la promesa de su predecesor: modific¨® el Plan General en diciembre de 2004. Desde entonces, 13 cines han echado el cierre.
"Resolver el problema de la falta de rentabilidad de las salas del centro no es responsabilidad nuestra. No se puede obligar a los cines a mantener el uso si se arruinan. Es el Ministerio de Cultura el que debe hacer propuestas para proteger el sector", argument¨® Mart¨ªnez. La concejal a?adi¨® que Urbanismo va a elaborar un plan especial para cines y teatros, pero el socialista F¨¦lix Arias le record¨® que eso ya lo prometi¨® hace meses.
La Gran V¨ªa, una calle ligada al celuloide
La vida de la Gran V¨ªa ha estado ligada desde siempre a la de las salas de cine madrile?as. La calle apareci¨® antes, pero su identidad la han definido las pantallas de cine. Las viejas salas, sin embargo, tienen hoy los d¨ªas contados. Un arquitecto y un urbanista han analizado a petici¨®n de EL PA?S las consecuencias de su desaparici¨®n.
"La Gran V¨ªa pr¨¢cticamente naci¨® junto al cine. Es ahora cuando veremos c¨®mo puede afectar la desaparici¨®n de las antiguas salas. Es dif¨ªcil de predecir", explica Ricardo Aroca, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. "Esto puede tener consecuencias arquitect¨®nicas o urban¨ªsticas, pero tiene su origen en la propia industria del cine. Uno siente que las salas desaparezcan, pero tenemos nosotros la culpa. No vamos a ver las pel¨ªculas, compramos pirater¨ªa...", dice Aroca. Y a?ade: "Tiene gracia, al final los teatros aguantar¨¢n m¨¢s que los cines".
Aroca propone, eso s¨ª, diversificar los nuevos espacios: "Hay usos menos agresivos que el puramente comercial, como los teatros. Pero la protecci¨®n p¨²blica de estos espacios debe ir acompa?ada de ayudas econ¨®micas. Si no, se convierte en una carga insoportable".
Algunas salas de cine del centro de Madrid, como el Coliseum, el Lope de Vega y el Amaya, se han convertido en teatro. Pero no todas tienen espacio para transformar la pantalla en escenario. Adem¨¢s, el nivel de protecci¨®n del edificio es distinto en cada caso, y si s¨®lo debe conservarse la fachada resulta m¨¢s rentable la conversi¨®n en centro comercial.
Para el profesor de urbanismo Jos¨¦ Mar¨ªa Ezquiaga, la cuesti¨®n se divide en tres ¨¢mbitos. "En primer lugar, la protecci¨®n de la arquitectura: la fachada suele ser lo menos relevante en un cine. La estructura es m¨¢s interesante, su planta di¨¢fana, la platea... Eso es lo que no se respetar¨¢", explica. "Luego est¨¢ la protecci¨®n de los espacios fr¨¢giles. El urbanismo tiene la obligaci¨®n de velar por el equilibrio en las ciudades. La cultura y el ocio aportan vitalidad a las zonas urbanas", apunta Ezquiaga en referencia a la necesidad de que sean las administraciones quienes, con alg¨²n tipo de subvenci¨®n, protejan la diversidad en el centro.
"Y luego est¨¢ la protecci¨®n del comercio. Como no se puede obligar a nadie a mantener un negocio ruinoso, cuando los cines cambien de uso debe intentarse que en su lugar se instale un comercio de diversidad que no afecte a los peque?os comerciantes de la zona".
Seg¨²n Ezquiaga, una f¨®rmula interesante es la que se usa en el Mercado de Fuencarral. Unas galer¨ªas donde el peque?o comercio se asocia para instalarse en un gran espacio, aunque manteniendo la autonom¨ªa de sus negocios. Algo parecido existe en algunos tramos de la parte baja de Broadway, en Nueva York.
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