Las locas de Hammershoi
Se dice que el cineasta dan¨¦s Carl Theodor Dreyer (1889-1968) se inspir¨® en las agobiantes pinturas de interiores de su compatriota Vilhelm Hammershoi (1864-1916). Una exposici¨®n en el CCCB establece un di¨¢logo visual entre las im¨¢genes producidas por ambos artistas con la intenci¨®n de establecer los lazos que unen ambas est¨¦ticas e intenciones creativas.
Una luz que transporta el ¨¦xtasis de la mera supervivencia, la desesperaci¨®n
Si leemos atentamente la literatura y la pintura femenina del siglo XIX, resulta interesante comprobar que aunque las obras de esta tradici¨®n suelen comenzar utilizando las casas como s¨ªmbolos del aprisionamiento femenino, tambi¨¦n emplean algunos objetos del "asilo protector de la mujer" para representar su drama simb¨®lico de reclusi¨®n y sufrimiento. Espejos, cuadros, cuberter¨ªa, armarios cerrados, puertas entreabiertas que dan a otras puertas; ba¨²les, velos y trajes de dama aparecen en estas narraciones para significar lo que la poeta Emily Dickinson expres¨® como "una vida recortada y ajustada a un marco", un aprisionamiento que s¨®lo se puede soportar si se "cree que el alma tiene momentos de huida / Cuando haciendo estallar todas las puertas /Baila como una bomba fuera". Sandra Gilbert y Susan Gubar teorizaron sobre el fen¨®meno de la doble loca prisionera de su g¨¦nero, que incuba las denominadas enfermedades femeninas -la agorafobia, la anorexia-, una forma de escapar, aunque s¨®lo sea en el vac¨ªo de una habitaci¨®n monstruosa, mediante la inanici¨®n suicida.
En la exposici¨®n Hammershoi y Dreyer vale la pena observar c¨®mo los paisajes interiores del pintor dan¨¦s (1864-1916) son casas terribles en las que uno no entra si no es para abrazar lo incorrupto, el vac¨ªo. Sin embargo, apenas ocultan un secreto, manifestado por un golpe de luz. Una luz que transporta el ¨¦xtasis de la mera supervivencia, la desesperaci¨®n. A menos que uno la lea desde una perspectiva formalista, esta muestra nos obliga a preguntarnos si lo que aqu¨ª se nos fuerza a ver es una alegor¨ªa demasiado simplista de la luz como teatralizaci¨®n de la luz, o muy al contrario, se trata de la preparaci¨®n para la visi¨®n de lo oscuro, una deliberada reflexi¨®n sobre la melancol¨ªa de la p¨¦rdida.
El estudio de arquitectos RCR Aranda, Pigem, Vilalta ha construido para el CCCB un camino de catacumbas, a base de pasillos cerrados y agobiantes techos recubiertos de un material trasl¨²cido que crea unas suaves aguas. En el trayecto, el visitante puede contemplar cada una de las 36 pinturas de Vilhelm Hammershoi in¨¦ditas en Espa?a, con una iluminaci¨®n gris velada que sigue las tipolog¨ªas esc¨¦nicas del director de cine dan¨¦s Carl Theodor Dreyer (1889-1968). La idea no tendr¨ªa por qu¨¦ no funcionar: se trata de reconocer la contingencia de nuestras percepciones, aunque con ello se fuerce una nueva direcci¨®n para esas percepciones. En este caso, el resultado es tan fatal como magn¨ªfico: la luz artificial neutraliza el misterio del cuadro, su espiritualidad; sin embargo, es imposible no precipitarse al placer f¨²nebre de aquellos marcos de vac¨ªo cruel.
Los escenarios dom¨¦sticos de
Hammershoi pertenecen a su biograf¨ªa: una mesa, un par de cuadros, dos candelabros, y una solitaria figura femenina de perfil o de espaldas al espectador condenada a seguir siendo real. Tambi¨¦n pinta bosques despoblados de gnomos, lagos y tinglados portuarios, pero son casi producto de la imaginaci¨®n. ?nicamente la br¨²jula cinematogr¨¢fica de Dreyer supo transmutarlos en escenarios sublimes, en Vampyr, Dies Irae y Ordet. La alegorizaci¨®n de la obra de Hammershoi, al inicio del recorrido, a trav¨¦s de 12 monitores que reproducen secuencias f¨ªlmicas del cineasta, no es en ning¨²n momento dudosa, al contrario, se dice que Dreyer rod¨® Gertrud con un libro de reproducciones del pintor en la mano. Sin embargo, si existe un misterio en esta muestra es el de saber si estas im¨¢genes guardan fidelidad con los sentimientos y sensaciones de la obsesiva evocaci¨®n de la figura femenina de Hammershoi, aquellas locas airadas, a punto de "hacer estallar todas las puertas" de una mansi¨®n de donde s¨®lo saldr¨¢n por la noche, silenciosas y cubiertas por pa?uelos. Son las profetisas de Gea, sibilas perdidas que urden el tapiz del mundo de la g¨¦nesis y la destrucci¨®n desde sus casas de poder.
Hammershoi y Dreyer. Comisarios: Anne-Birgitte Fonsmark, Annette Rosenvold, Casper Tybjerg y Jordi Ball¨®. CCCB. Montalegre, 5. Barcelona. Hasta el 1 de mayo.
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