Asidero
"UNA VERDADERA explicaci¨®n del amor", afirma R¨¹diger Safranski (Rottweill/W¨¹rtemberg, 1945), "s¨®lo es posible si es al mismo tiempo una declaraci¨®n de amor". Esta rotunda afirmaci¨®n la hizo el fil¨®sofo alem¨¢n en una de las dos conferencias que imparti¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid el 11 de mayo de 2005 y que ahora han sido publicadas en forma de libro por esta instituci¨®n con el t¨ªtulo de Heidegger y el comenzar. La frase entresacada se corresponde, en todo caso, con la segunda conferencia, Teor¨ªa sobre el amor y teor¨ªa por amor, y con ella se alud¨ªa a que los protagonistas del Banquete, el famoso di¨¢logo plat¨®nico que pasa por ser la piedra basamental de la filosof¨ªa occidental sobre el amor, razonaban sobre tan candente asunto aportando su particular experiencia er¨®tica. Todo lo contrario, seg¨²n Safranski, de lo que ocurre en la actualidad, donde el amor se aborda "desde fuera", como una cuesti¨®n endocrinol¨®gica, o, todo lo m¨¢s, sociol¨®gica, como si las mediciones bioqu¨ªmicas o de los est¨¢ndares costumbristas nos exoneraran de cualquier otra implicaci¨®n personal al respecto. Safranski no descalifica, por supuesto, la validez cient¨ªfica de estas investigaciones, pero no puede evitar ponerse algo melanc¨®lico ante esta reducci¨®n de Eros, al que todav¨ªa Foucault describ¨ªa como aquella "noche dentro de nosotros", a un simple cuadro sintom¨¢tico, cuya generalizaci¨®n le arrebata encima hasta la residual dignidad morbosa de una enfermedad particularizable.
Aceptemos, no obstante, el curso actual de las cosas, el que nos informa de que todo lo que nos pasa, a lo largo de nuestra breve y precaria existencia, es, en efecto, la suma, computable y modificable, de unos cuantos elementos bioqu¨ªmicos, cuya aleatoria alteraci¨®n ambiental es asimismo previsible y, por tanto, corregible, y, como quien dice, "ya est¨¢". Ahora bien, ?qu¨¦ es lo que est¨¢ en ese ya est¨¢? ?En relaci¨®n con qu¨¦ ya estamos cuando afirmamos que, por ejemplo, el otrora mitificado amor es una funci¨®n org¨¢nica desglosable en sus componentes bioqu¨ªmicos? Algunas de estas interrogantes son las que se hace Safranski a partir de estos diagn¨®sticos cient¨ªfico-t¨¦cnicos, m¨¢s que propiamente reflexiones, sobre el amor, a los que ¨¦l califica, a mi juicio acertadamente, como "teor¨ªas fr¨ªas", cuyos respectivos sujeto y objeto se sit¨²an al margen de lo muy diferente que existencialmente nos ocurre cuando estamos enamorados. He aqu¨ª que, de repente, la responsabilidad y, por consiguiente, la libertad de los hombres se esfuma como por ensalmo.
Dadas las circunstancias, y su perfectamente imaginable deriva exponencial, no puede evitarse un sentimiento de pavor, pero no tanto por el advenimiento de un confusamente deseado mundo feliz irreversible, sino por la p¨¦rdida de toda conciencia de felicidad. A veces pienso que el ¨²nico asidero que le queda al hombre actual para conservar esa conciencia se ha reducido a la filosof¨ªa, la poes¨ªa y el arte o a lo poco que nos resta de ellos.
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