"La democracia es el poder de cualquiera"
El pensador franc¨¦s y ex seguidor de Althusser ha devuelto al concepto de democracia su potencia de esc¨¢ndalo. A su vez, analiza en esta entrevista su libro El odio a la democracia.
Con tan s¨®lo 25 a?os, Jacques Ranci¨¨re interviene en el c¨¦lebre seminario dirigido por Louis Althusser, Para leer El Capital, que se convierte luego en el libro del mismo nombre. La ola de Mayo del 68 le lleva luego lejos de su primer maestro, pero no le deja finalmente varado en ninguna playa de conformismo o arrepentimiento como a tantos otros. Por el contrario, su obra tiene hoy gran relevancia p¨²blica porque devuelve al concepto de democracia su potencia de esc¨¢ndalo: Ranci¨¨re rompe la alternativa dominante entre el poder de las oligarqu¨ªas pol¨ªticas y econ¨®micas o el de los ancestros y las etnias, definiendo la democracia como "el poder de cualquiera". Conceptos y opiniones que Ranci¨¨re (Argelia, 1940) explica en esta entrevista en Sevilla, tras su participaci¨®n en noviembre en el encuentro sobre Nueva derecha: ideas y medios para la
contrarrevoluci¨®n (*), organizado por la revista Archipi¨¦lago y la Universidad Internacional de Andaluc¨ªa (dentro del programa UNIA arteypensamiento).
PREGUNTA. ?C¨®mo fue su relaci¨®n y posterior ruptura con Louis Althusser?
RESPUESTA. Mi relaci¨®n con Althusser tiene que ver con la circunstancia de que fui alumno de la ?cole Normale Sup¨¦rieure cuando ¨¦l era profesor all¨ª. Yo era entonces al mismo tiempo un joven fil¨®sofo y un joven militante comunista, de ah¨ª que fuera reclutado para ese seminario sobre El Capital. En aquella ¨¦poca, por supuesto, estaba muy atra¨ªdo por el pensamiento de Althusser. Despu¨¦s lleg¨® mayo de 1968, que puso de manifiesto que toda la l¨®gica althusseriana, la oposici¨®n entre ciencia e ideolog¨ªa, la direcci¨®n del partido sobre la clase obrera, se hab¨ªa convertido claramente en una filosof¨ªa del orden. En 1974 escrib¨ª un libro contra Althusser, La lecci¨®n de Althusser, y todo el resto de mi trabajo ha sido completamente independiente tanto del pensamiento suyo como de aquella ruptura.
P. Una de las distinciones b¨¢sicas de su pensamiento es la distinci¨®n entre pol¨ªtica y l¨®gica de polic¨ªa.
R. La l¨®gica de polic¨ªa piensa y estructura las colectividades humanas como una totalidad compuesta de partes, con funciones y lugares que corresponden a esas funciones, con modos de ser y competencias que corresponden asimismo a esas funciones, con un gobierno como gobierno de una poblaci¨®n, que divide esa poblaci¨®n en grupos sociales, grupos de inter¨¦s, y se presenta como ¨¢rbitro entre los grupos, distribuye lugares y funciones, etc¨¦tera. La l¨®gica de polic¨ªa asume hoy la forma de una s¨®lida alianza entre la oligarqu¨ªa estatal y la oligarqu¨ªa econ¨®mica. La pol¨ªtica comienza precisamente cuando se sale de ese modo funcional: de ah¨ª que afirme que el pueblo, el demos, no es la poblaci¨®n, pero tampoco los pobres. El demos son la gens de rien, los que no cuentan, es decir, no necesariamente los excluidos, los miserables, sino cualquiera. Mi idea es que la pol¨ªtica comienza cuando nacen sujetos pol¨ªticos que ya no definen ninguna particularidad social, sino que definen, por el contrario, el poder de cualquiera.
P. ?Qu¨¦ papel ha desempe?ado su trabajo de historiador del movimiento obrero en la g¨¦nesis de esta distinci¨®n?
R. En mayo de 1968 contrapon¨ªamos las consignas estudiantiles, del tipo "cambiar la vida", a la historia de las reivindicaciones obreras. Pero trabajando sobre el nacimiento de la emancipaci¨®n proletaria me di cuenta de que para ellos lo esencial era cambiar la vida, es decir, la voluntad de construirse otro cuerpo, otra mirada, otro gusto, distintos de aquellos que les fueron impuestos. De ah¨ª que concedieran una gran importancia a la dimensi¨®n propiamente est¨¦tica, al aprendizaje del lenguaje, a la escritura o a la poes¨ªa. Un orden policial impone por encima de todo una percepci¨®n: cuanto puede hacerse o no hacerse est¨¢, en cierto modo, preformado de antemano por las modalidades con arreglo a las cuales lo que es puede ser visto, dicho, pensado. La emancipaci¨®n pol¨ªtica no consiste en las constituciones, las leyes, los modos de gobierno, sino que es la creaci¨®n de una especie de mundo com¨²n, que es adem¨¢s un mundo de la capacidad com¨²n. El coraz¨®n de la subjetivaci¨®n hist¨®rica proletaria fue precisamente la capacidad de expresar el poder de cualquiera.
P. ?En qu¨¦ consiste ese "nuevo odio a la democracia" que figura en el t¨ªtulo de su ¨²ltimo libro publicado en castellano?
R. Presenta dos aspectos. En primer lugar, el aspecto oficial, es decir, la denuncia por parte de los gobiernos y de sus intelectuales contra las democracias ingobernables. En Francia, las huelgas que obligan a retirar proyectos de reforma del mercado laboral, las elecciones de 2002, en las que el candidato socialista no pas¨® a la segunda vuelta, el voto negativo de los franceses en el refer¨¦ndum europeo... todo ello ha dado pie a un gran lamento contra el pueblo, ya se entienda que ¨¦ste lo constituyen los movimientos sociales o bien el electorado ordinario. El segundo aspecto, m¨¢s destacable y espectacular, lo constituye el hecho de que buena parte de la intelligentsia de izquierdas, formada entre Marx, Lacan, Foucault, Debord, etc¨¦tera, ha empezado a sostener cada vez m¨¢s un discurso manifiestamente reaccionario. ?Qu¨¦ ha sucedido? Puede decirse que los antiguos an¨¢lisis marxistas de la alienaci¨®n consumista han sido puestos del rev¨¦s por estas personas, que han comenzado a ver en ello no un problema con el capitalismo sino con la democracia. Se han preguntado entonces: ?qu¨¦ es la democracia? A lo que responden que es el reino de los individuos aislados, consumidores, que quieren cada vez m¨¢s igualdad. ?Y qu¨¦ es la igualdad? A lo que responden que es la relaci¨®n entre quienes venden un producto y aquellos que lo compran, es la igualdad monetaria y mercantil. En su opini¨®n, la dominaci¨®n mundial de la l¨®gica del mercado es la dominaci¨®n de los individuos democr¨¢ticos.
P. ?Hay algo de verdadero en el nuevo discurso antidemocr¨¢tico?
R. Creo que en la descripci¨®n del mundo que hace esta nueva reacci¨®n encontramos elementos que definen en efecto la expansi¨®n capitalista a todos los aspectos de la vida, que queda registrada, pero se ve acompa?ada de una interpretaci¨®n completamente subvertida y disfrazada. Esta cr¨ªtica ha sido elaborada por personas que se han formado ante todo en el marxismo, del que han conservado una cierta identificaci¨®n del mal con la mercanc¨ªa, con la diferencia de que el mal de la mercanc¨ªa ya no es atribuido al sistema capitalista, sino al individuo democr¨¢tico. Utilizan, en definitiva, todos los temas de una cultura que pretend¨ªa ser contestataria para transformarlos en elementos de la nueva extrema derecha.
(*) http://www.unia.es/artpen/etica/etica02/frame.html
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.