"Esquiva paz", nuevo estorbo
Desde el caso A?overos, en 1975, el obispado de Bilbao y las di¨®cesis de San Sebasti¨¢n y Vitoria han marcado un territorio propio en la pol¨ªtica eclesi¨¢stica sobre terrorismo o nacionalismo. Las consecuencias eran siempre las mismas: lo dicho en el Norte por los prelados enturbiaba en Madrid las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia romana. Cierto es que muchas veces la jerarqu¨ªa sosten¨ªa oficialmente lo contrario que A?overos, Seti¨¦n, Uriarte, Cirarda o, ahora, Bl¨¢zquez, por citar nombres representativos en las ¨²ltimas d¨¦cadas, pero a la postre sal¨ªa en su defensa, como una pi?a. Lo hizo la Conferencia Episcopal cuando el dictador Franco us¨® contra A?overos la amenaza inminente del destierro; cuando Su¨¢rez les mortificaba expulsando de su lado a ministros afines -"dem¨®cratacristianos con pu?al", se quej¨®-; o cuando Felipe Gonz¨¢lez termin¨® por no recibirles en La Moncloa, y el cat¨®lico Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar lleg¨® a llamarles, a todos ellos, "inmorales" por no suscribir el pacto antiterrorista entre el PSOE y el PP, por rechazar su idea de que Roma deb¨ªa excomulgar a todo el entramado etarra, y, sobre todo, por la pastoral de los obispos vascos pidiendo en 2002 una soluci¨®n dialogada al "conflicto".
Estamos, por tanto, ante la primera ocasi¨®n en que el Gobierno espa?ol recibe con regocijo una iniciativa del obispado de Bilbao. La desgracia de Bl¨¢zquez es que su convocatoria incitando a moverse por la paz -"esquiva paz"-, coincide en fecha y hora con la manifestaci¨®n convocada en Madrid para mojarle las orejas al Ejecutivo de Zapatero tras el fracaso del di¨¢logo con ETA y el atentado de Barajas.
Cat¨®licos de la ¨®rbita del PP, que apoya la manifestaci¨®n de Madrid, sosten¨ªan ayer que la coincidencia no ha sido fortuita, sino un favor m¨¢s del episcopado vasco al socialismo gobernante. La entusiasta adhesi¨®n del Partido Socialista de Euskadi y del PNV a la convocatoria diocesana permiti¨® incrementar la sensaci¨®n. A lo largo de la jornada, la COPE insisti¨® en que todo era una fatal coincidencia. Pero, de continuo, la cadena episcopal llamaba a acudir a Madrid desde toda Espa?a. La Conferencia Episcopal no se pronunci¨®. Su l¨ªnea fue aireada en la COPE mediante la lectura de un editorial reprochando al Gobierno la ruptura del consenso y su empe?o en dialogar con terroristas.
Bl¨¢zquez, prelado de Bilbao pero, sobre todo, presidente de la Conferencia Episcopal, es partidario del di¨¢logo con ETA como medio para acabar con el terrorismo. La l¨ªnea COPE y, sobre todo, los documentos oficiales de la propia Conferencia no avalan esa posici¨®n. "ETA no puede ser considerado como interlocutor pol¨ªtico de un Estado ni representa pol¨ªticamente a nadie", sostiene la Instrucci¨®n pastoral de noviembre de 2000, titulada Valoraci¨®n moral del terrorismo en Espa?a, de sus causas y de sus consecuencias.
Esa idea, que en su momento fue criticada por varios obispos vascos y catalanes, ha sido reiterada por el episcopado en la Instrucci¨®n pastoral que acaban de publicar con sus llamadas Orientaciones morales ante la situaci¨®n actual de Espa?a. En el apartado sobre terrorismo y nacionalismo se sostiene que "para que llegue cuanto antes el fin del terrorismo, todos est¨¢n obligados a anteponer la uni¨®n a sus leg¨ªtimas diferencias pol¨ªticas o estrat¨¦gicas". A?aden los obispos: "A nadie le es l¨ªcito buscar ninguna ventaja pol¨ªtica en la existencia de esta dura amenaza".
Se pens¨® que el liderazgo de Bl¨¢zquez suavizar¨ªa ahora el calificativo de un posible di¨¢logo con los terroristas. No ocurri¨® tal cosa. Suscribi¨® la Conferencia Episcopal el 23 de noviembre pasado: "Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer expl¨ªcita ni impl¨ªcitamente a una organizaci¨®n terrorista como representante pol¨ªtico leg¨ªtimo de ning¨²n sector de la poblaci¨®n, ni puede tenerla como interlocutor pol¨ªtico. Los eventuales contactos de la autoridad p¨²blica con los terroristas han de excluir todos los asuntos referentes a la organizaci¨®n pol¨ªtica de la sociedad y ce?irse a establecer las condiciones conducentes a la desaparici¨®n de la organizaci¨®n terrorista, en nuestro caso, de ETA".
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