Parejas belgas rechazan casarse ante un edil negro

Flandes ha dado nuevo p¨¢bulo a las acusaciones de racismo en las que la regi¨®n se consume en los ¨²ltimos tiempos al trascender que al menos tres parejas que iban a contraer matrimonio en la localidad de Sint-Niklaas, pr¨®xima a Amberes, suspendieron la boda al saber que el concejal que iba a celebrar la ceremonia era negro. El primer ministro belga, Guy Verhofstadt, dijo ayer sentirse horrorizado por el suceso, mientras el concejal, Wouter Van Bellingen, que lo califica de "accidente lamentable" reconoce que para ¨¦l no ha resultado una sorpresa: "Ya he vivido cosas as¨ª".

A Van Bellingen -primer concejal negro de Flandes, elegido en las municipales de octubre por el partido liberal y nacionalista Spirit- le atribuy¨® el alcalde socialista Freddy Willockx la concejal¨ªa responsable del registro civil y, por ello, ha de celebrar los matrimonios. Al poco de conocerse la decisi¨®n, dos parejas cancelaron la cita fijada meses antes en la peque?a localidad, sita a unos 50 kil¨®metros de Bruselas, y hace unos d¨ªas una tercera tambi¨¦n se retrajo. El padre de uno de los contrayentes explic¨® que sus futuros consuegros no quer¨ªan que un negro oficiase la ceremonia.

"Nuestra sociedad no tolera una conducta racista tan necia como esa", manifest¨® ayer el primer ministro, aparentemente ajeno a la realidad. Once de los 39 ediles de Sint-Niklaas pertenecen al Vlaams Belang (Inter¨¦s Flamenco), partido nacionalista y secesionista de reputada tradici¨®n xen¨®foba. El alcalde socialista de la localidad ha planteado el caso al Centro por la Igualdad de Oportunidades y Contra el Racismo para ver si hay recursos legales en B¨¦lgica contra tal discriminaci¨®n. Un portavoz de la Comisi¨®n Europea se?al¨® ayer que no existe legislaci¨®n comunitaria sobre la cuesti¨®n.

"Yo veo este tipo de conducta todos los d¨ªas", ha declarado Van Bellingen. "Es la realidad en Flandes". Al concejal no le amedrenta lo que califica de "accidente lamentable": "Los que no quieran que les case tienen tres opciones: o no se casan o se cambian de pueblo o se esperan seis a?os. Yo soy el que casa aqu¨ª". No le va a faltar trabajo. Junto a gratificantes muestras de apoyo, flores, mensajes por correo electr¨®nico y llamadas telef¨®nicas, Van Bellingen ha recibido solicitudes para oficiar la ceremonia de parejas de fuera de Sint-Niklaas. "Me han dicho que hasta una de Holanda lo ha pedido", explic¨®.