Trece jueces en la encrucijada

La Sala Penal del Tribunal Supremo decidir¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 12 la suerte del etarra I?aki de Juana Chaos, en huelga de hambre desde hace tres meses tras haber sido condenado a 12 a?os y 7 meses de prisi¨®n por un delito de amenazas terroristas apreciado en dos art¨ªculos publicados en Gara el 1 y 30 de diciembre de 2004. Desde que tuvo que alumbrar la pol¨¦mica doctrina Parot para retrasar la salida de prisi¨®n del sanguinario etarra, la Sala Penal no se enfrentaba a otra pol¨¦mica del calibre de la suscitada en torno a De Juana, que amenaza con reproducir la reciente batalla judicial de la Audiencia Nacional. Los primeros movimientos ya han comenzado: el presidente ha convocado el Pleno de la Sala, una decisi¨®n un tanto ins¨®lita teniendo en cuenta que se trata de un recurso sobre un delito de amenazas. Adem¨¢s, no se recuerda un caso en que el Supremo haya visto en apenas tres meses un recurso procedente de un tribunal inferior. Es evidente que el estado del etarra, muy debilitado por la huelga de hambre y con alto riesgo, seg¨²n los ex¨¢menes forenses, ha tenido que pesar en el ¨¢nimo de los magistrados. Y que en la avocaci¨®n a pleno de un recurso del mont¨®n ha pesado tambi¨¦n su indudable carga pol¨ªtica.

En la Sala Penal, la correlaci¨®n de fuerzas viene a ser de ocho conservadores frente a cinco progresistas

Con una pena de dos a?os de c¨¢rcel ser¨ªa excarcelado por los dos a?os que lleva de prisi¨®n preventiva

?Qui¨¦nes van a decidir la suerte del etarra? Para el recurso estaba ya designado el ponente, el conservador Joaqu¨ªn Delgado, pero a¨²n no se conoc¨ªa quienes iban a ser los otros cuatro jueces que deb¨ªan integrar el tribunal. Tras la avocaci¨®n a pleno, ahora ser¨¢n 13 magistrados.

En la Sala Penal, la actual correlaci¨®n de fuerzas viene a ser de ocho conservadores frente a cinco progresistas. La reciente jubilaci¨®n de Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn y Siro Garc¨ªa -que han quedado como magistrados em¨¦ritos pero no participan en los plenos- ha dejado fuertemente reducida la n¨®mina de progresistas, que antes estaba igualada a 7 y arbitrada por el presidente, Juan Saavedra, un conservador moderado.

Bajo estas premisas sobre el tribunal, ?qu¨¦ puede pasar con De Juana? Aunque casi todas las posibilidades est¨¢n abiertas, las fuentes consultadas por este peri¨®dico apuntan a una soluci¨®n intermedia, ni tan leve como la absoluci¨®n, ni tan grave como la dur¨ªsima sentencia de la Audiencia Nacional, que le impuso 12 a?os y siete meses de c¨¢rcel por dos art¨ªculos period¨ªsticos que conten¨ªan "veladas amenazas", sin concreci¨®n de un mal para los amenazados.

Del abanico de soluciones que puede abordar el Supremo, la ¨²nica que cabe descartar de plano es la petici¨®n 96 a?os que reclama la acusaci¨®n particular de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT). En cuanto a la absoluci¨®n reclamada por la defensa del etarra, aunque en condiciones normales no ser¨ªa del todo descartable, hoy parece bastante complicada teniendo en cuenta la temperatura que ha alcanzado en la calle el caso De Juana.

Las impresiones recabadas en medios jur¨ªdicos abonan una rebaja que podr¨ªa suponer para el etarra una pena entre dos y cuatro a?os de prisi¨®n. En su intervenci¨®n ante el Supremo, el fiscal se opondr¨¢ tanto al recurso de la AVT como al de la defensa de De Juana. Pero a su vez, har¨¢ hincapi¨¦ en la calificaci¨®n alternativa que present¨® a la Audiencia, y que no fue tenida en cuenta por ¨¦sta.

El fiscal formul¨® ante la Audiencia una calificaci¨®n por delito de amenaza terrorista, por el que solicit¨® una pena de 13 a?os - y que fue el tenido en cuenta en la sentencia que impuso 12 a?os y 7 meses-, pero alternativamente apreci¨® un delito de coacciones, en concurso real con un delito de exaltaci¨®n del terrorismo, por cada uno de los cuales pidi¨® dos a?os de c¨¢rcel, es decir, un total de cuatro. En la vista ante el Supremo, el fiscal, sin cuestionar la pena impuesta por ser favorable a su tesis, har¨¢ hincapi¨¦ en la calificaci¨®n alternativa y, como dice en su escrito, defender¨¢ la posibilidad de que el alto tribunal acoja la otra v¨ªa, la de los cuatro a?os de prisi¨®n.

Algunas fuentes ven posible que la pena pudiera reducirse hasta los dos a?os, la misma que se impuso al exaltado I?aki Bilbao por amenazas mucho m¨¢s graves - "te voy a pegar siete tiros y arrancar la piel a tiras"- al presidente del tribunal que le estaba juzgando, F¨¦lix Alfonso Guevara y al juez Baltasar Garz¨®n.

Con una pena de dos a?os de c¨¢rcel, De Juana ser¨ªa excarcelado autom¨¢ticamente por abono de los dos a?os que lleva en prisi¨®n preventiva, desde enero de 2005. Si la pena ascendiese a cuatro las fuentes consultadas creen que ser¨ªa posible arreglar su salida de prisi¨®n, buscando alguna f¨®rmula quiz¨¢ en el ¨¢mbito de los beneficios penitenciarios aunque esa soluci¨®n implicar¨ªa irremediablemente un cierto desgaste pol¨ªtico para el Ejecutivo. Y dejar a De Juana en situaci¨®n de "excarcelable" pero sin que sea el Tribunal Supremo el que materialice su salida de prisi¨®n "no es una suposici¨®n descabellada", seg¨²n las citadas fuentes.

La actual formaci¨®n de la Sala Penal del Supremo, aunque con predominio de conservadores, viene caracteriz¨¢ndose por un cierto nivel de calidad en sus resoluciones, que le ha llevado a corregir muchas de las sentencias procedentes de la Audiencia Nacional en los ¨²ltimos a?os. De ah¨ª que la resulte menos probable la confirmaci¨®n de una sentencia tan desproporcionada como la de De Juana. Y en la Sala todav¨ªa se recuerda la anulaci¨®n por el Tribunal Constitucional de la sentencia que conden¨® a 7 a?os a todos los integrantes de la Mesa Nacional de Batasuna. Precisamente por considerar que la pena era "desproporcionada".