Un l¨ªder remol¨®n

Parece que a esta Liga no la quiere nadie. El Sevilla y el Real Madrid sirvieron en bandeja al Bar?a la posibilidad de dar un golpe de autoridad en el campeonato pero el l¨ªder m¨¢s tibio de los ¨²ltimos tiempos no tiene fuerza para tanto. Los azulgrana contin¨²an con su particular crisis -sumaron su quinto partido partido lejos de casa sin victoria-, que en el Reyno de Navarra ofreci¨® signos alarmantes. Sin rastro de su mejor juego y de sus signos de identidad y con un f¨²tbol de mucho m¨²sculo, mucha garra y poco m¨¢s, el Bar?a tramit¨® el partido ante un Osasuna que tampoco aprovech¨® la debilidad del campe¨®n. Rijkaard lo vio tan mal que permiti¨® a Eto'o jugar los ¨²ltimos seis minutos. Fue la mejor noticia de la noche para el Bar?a. Pedirle un gol al africano hubiera sido ya pedirle poco menos que un milagro.

El empate fue una decepci¨®n m¨¢s para un equipo ayer absolutamente desconocido. Todav¨ªa muy tierno, en fase de rehabilitaci¨®n, el Bar?a apret¨® algo m¨¢s al final pero jug¨® todo el partido con lentitud, nula profundidad y un bagaje p¨ªrrico en ataque. No se esperaba eso de ¨¦l el d¨ªa que pod¨ªa asestar un golpe a la Liga. Consciente de que est¨¢ d¨¦bil y muy lejos de su mejor forma, jug¨® agarrotado, como si tuviera miedo de cometer un pecado capital. Y eso que Osasuna le regal¨® el bal¨®n, su tesoro m¨¢s preciado, para salir al contraataque. Pero este es de momento otro Bar?a. Privado de la magia de Ronaldinho, extraviado desde hace algunas semanas y ayer lesionado, de la verticalidad de Messi y de la voracidad de Eto'o, a quien se le pudo observar c¨®mo se desga?itaba en el banquillo, los azulgrana dominaron de forma superflua. Ezquerro, que volv¨ªa a su casa, sustituy¨® a Gudjohnsen, que sufri¨® un ataque migra?a en las horas previas al partido, y se altern¨® en el puesto de delantero con Saviola.

Xavi intent¨® mover el cuero pero apenas encontr¨® aliados. Los centros de Giuly siempre acabaron en nada, Ezquerro volvi¨® a defraudar, esta vez en su casa, y el pibito parece haber extraviado el instinto que hab¨ªa exhibido en los ¨²ltimos d¨ªas. El Bar?a apenas chut¨® a puerta y cuando lo hizo se qued¨® lejos de marcar: primero en una escapada del argentino, que resolvi¨® mal porque la pelota acab¨® en las manos del portero, y despu¨¦s con un jugad¨®n, tras un taconazo de Zambrotta, que se fue fuera tras un chut, ?o fue un centro?, escorado del argentino.

Osasuna llevaba tres partidos sin marcar y no est¨¢ para muchas alegr¨ªas. Pero cuenta con Milosevic, un especialista en hacerle da?o al Bar?a. Podr¨¢ perder balones en el centro del campo pero su capacidad para generar peligro, especialmente en el remate de cabeza, es may¨²sculo. Rijkaard situ¨® sobre ¨¦l a M¨¢rquez y a las primeras de cambio ya pudo marcar de cabeza aunque se encontr¨® con las manos de V¨ªctor Vald¨¦s, que se est¨¢ hartando de salvar puntos al Bar?a en estos tiempos de vacas flacas. Tuvo suerte el Bar?a porque Miguel Fla?o no acert¨® a rematar la pelota que qued¨® muerta en la red. Todo el peligro, m¨¢s o menos intermitente de Osasuna, lleg¨® por banda derecha de Juanfran en busca de Milosevic. Pero todos los cabezazos acabaron fuera. Tampoco fue su d¨ªa.

Sin ritmo y roto por las faltas, el partido cay¨® en el m¨¢s absoluto sopor porque Osasuna apenas se acerc¨® a Vald¨¦s, salvo una falta de M¨¢rquez sobre David L¨®pez. Algo m¨¢s lo hizo el Bar?a, que tuvo que recurrir al juego duro -Deco se jug¨® la expulsi¨®n- para amarrar el empate. Nada cambi¨® porque Saviola envi¨® a las nubes un remate franco en el ¨¢rea. Quedaba media hora para el final y Rijkaard sustituy¨® a el pibito para dar entrada a Iniesta. M¨¢s entero que Osasuna, el Bar?a achuch¨® al final y forz¨® una ocasi¨®n de Giuly, un cabezazo de Edmilson que se fue alto por poco y un disparo de Iniesta. Pero dio la sensaci¨®n de que el partido pod¨ªa durar una eternidad sin que hubiera un gol. Ni Eto'o, que relev¨® a Deco y disput¨® los ¨²ltimos minutos en lo que supuso su regreso a los terrenos de juego despu¨¦s de la lesi¨®n que le mantuvo 130 d¨ªas de baja, pudo remediarlo. Osasuna, fundido absolutamente, se dio por satisfecho con el punto alcanzado mientras que el Bar?a concluy¨® con la frustraci¨®n que supuso no haber aprovechado una ocasi¨®n de oro para ampliar su ventaja al frente de la tabla.