La Comunidad obliga a una ONG a dejar de gestionar una casa de acogida
Nuevo Amanecer fue acusada de vejar a las residentes del centro, que ser¨¢n trasladadas
"Desde que han entrado a protegernos, al menos la comida ha cambiado radicalmente", explicaba ayer una de las 11 mujeres maltratadas de la casa de acogida en la que denunciaron vejaciones la semana pasada. "El s¨¢bado nos hemos comido un cocido madrile?o delicioso y una ensalada con una lechuga que cruj¨ªa como hace a?os que no sent¨ªa", se relam¨ªa la mujer. La Comunidad puso fin a la pesadilla que han vivido 11 mujeres y 15 menores en un centro que gestionaba la asociaci¨®n Nuevo Amanecer, ligada a la Iglesia evang¨¦lica, oblig¨¢ndole a abandonar la gesti¨®n del refugio.
Siete de las residentes denunciaron el pasado 15 de enero que sufr¨ªan constantes vejaciones y la Consejer¨ªa de Empleo y Mujer abri¨® una investigaci¨®n. Pese a que ¨¦sta no ha finalizado, la Consejer¨ªa opt¨® ayer por obligar a la organizaci¨®n a desistir del contrato por el que gestionaba la casa de acogida y trasladar a las inquilinas.
Las siete mujeres denunciaron en un escrito dirigido a la Direcci¨®n General de la Mujer, que depende del consejero Juan Jos¨¦ G¨¹emes, que las empleadas de la casa donde viven les insultaban, les gritaban y les serv¨ªan alimentos en mal estado. "Guarras, mantenidas, inadaptadas" son algunos de los calificativos que dijeron haber recibido por parte de quienes ten¨ªan la obligaci¨®n de cuidarlas.
Seg¨²n denunciaron las mujeres maltratadas, recib¨ªan fruta "en proceso de descomposici¨®n", "lechugas oxidadas y verduras manidas", adem¨¢s "de alimentos vinagres o de sabor agrio". Esos mismos alimentos estaban destinados a los 15 menores que residen con ellas.
La residente consultada explic¨® que la directora general de la Mujer, Patricia Flores, inform¨® ayer por la ma?ana a dos internas de su pr¨®ximo traslado del centro de acogida por razones de "seguridad", ya que despu¨¦s de que ¨¦stas aparecieran en diversos medios de comunicaci¨®n piensa que corren el riesgo de ser atacadas por sus ex parejas.
Sin noticias
"Cualquiera que conozca Usera sabe que hay 80.000 fachadas igualitas a las del centro", ironizaba la mujer. "La vecindad entera est¨¢ enterada de que en este barrio hay una casa de acogida". Las residentes, seg¨²n ella, no hab¨ªan recibido ayer por la tarde noticias de que todas iban a ser trasladadas, como asegur¨® una portavoz de la Consejer¨ªa de Empleo y Mujer.
"Queremos garant¨ªas de que el resto no nos vamos a quedar aqu¨ª sufriendo vejaciones", agreg¨® la residente. "Las compa?eras tienen miedo, porque nos han hecho sentir mucha presi¨®n. Eso no es bueno para nuestra situaci¨®n psicol¨®gica. Sobre todo, porque tampoco es que tengamos mucha fortaleza que digamos". Tambi¨¦n explic¨® que, desde que se produjeron las denuncias, las trabajadoras no les dirigen la palabra y han llegado a acusarlas de ser ellas quienes han provocado lo sucedido.
La portavoz de la Consejer¨ªa asegur¨® que el traslado es inminente, porque Nuevo Amanecer ha optado por renunciar al contrato que hab¨ªa firmado con la Consejer¨ªa el pasado verano, sin que tenga derecho a ser indemnizada por ello. "Han desistido a petici¨®n de la Comunidad", reconoci¨® esta portavoz, que explic¨® que ahora tratar¨¢n de buscar otra empresa que se haga cargo de las instalaciones, aunque todav¨ªa no tienen claro el m¨¦todo que utilizar¨¢n para elegirla.
Milagros Rodr¨ªguez, la directora de la casa de acogida, de 35 plazas, se neg¨® a ofrecer informaci¨®n sobre su marcha y remiti¨® para cualquier comentario a la Consejer¨ªa.
?sta tiene previsto trasladar a los inquilinos del centro a otros pisos tutelados y centros de emergencia que gestiona. La portavoz de Empleo y Mujer lo justific¨® en las condiciones de seguridad de la casa de acogida de Nuevo Amanecer, que ahora puede ser identificada por cualquiera y eso pone en riesgo la vida de los que viven en ella. "Tambi¨¦n por la situaci¨®n, para no generar m¨¢s conflicto", puntualiz¨®. El traslado se producir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas, seg¨²n aclar¨®. "No podemos llevarlos al mismo lugar a todos, como nos han pedido, porque no hay un centro libre donde haya espacio", agreg¨®. "La culpa la tiene la Comunidad de Madrid, que no ha controlado ni vigilado un recurso que es p¨²blico ni ha establecido recursos de acogida suficientes", denunci¨® ayer en declaraciones a Europa Press la diputada socialista Maribel Manzano, que exigi¨® la dimisi¨®n del consejero G¨¹emes.
"Alguien ten¨ªa que haber visto a qui¨¦n encomendaba la gesti¨®n, no ya por sus v¨ªnculos religiosos, sino sobre todo por el rigor, la profesionalidad y la sensibilidad que hay que exigir", argument¨®.
355 mujeres y 357 ni?os...
La Comunidad de Madrid tiene bajo su tutela a 355 mujeres que han sido v¨ªctimas de la violencia machista, seg¨²n explic¨® un portavoz de la Consejer¨ªa de Empleo y Mujer. Junto a ellas, protege a 357 ni?os que son tambi¨¦n v¨ªctimas de la situaci¨®n de sus madres.
La casa de acogida que gestiona la asociaci¨®n Nuevo Amanecer en la capital es uno de los tres centros que dependen del Gobierno regional, que preside Esperanza Aguirre. Tambi¨¦n cuenta con nueve pisos tutelados y seis centros de emergencia. La diferencia entre los distintos tipos de residencias para v¨ªctimas de malos tratos es el tiempo de estancia.
En los centros de emergencia permanecen apenas unos d¨ªas, mientras se normaliza su situaci¨®n o encuentran acomodo con sus familiares cercanos.
A los pisos tutelados y a las casas de acogida van a residir aquellas familias que no tienen otros medios o deben cambiar radicalmente de ambiente para evitar la persecuci¨®n del maltratador, mientras la v¨ªctima supera su situaci¨®n. En ellas el plazo m¨¢ximo de estancia es de alrededor de un a?o, seg¨²n explic¨® el portavoz de la Consejer¨ªa.
"En la regi¨®n no hay falta de plazas", coment¨® ayer la diputada de IU Reyes Montiel. "Pero no porque sean suficientes las que gestiona la Comunidad de Madrid, sino porque se complementan con las que ponen de sus presupuestos los ayuntamientos". Seg¨²n ella, eso hace que sea muy dispar el tratamiento que reciben las v¨ªctimas, seg¨²n los recursos de cada municipio.
La diputada tambi¨¦n hizo hincapi¨¦ en que tampoco existe una unidad de criterio a la hora del tratamiento que siguen las v¨ªctimas de la violencia sexista en los centros de la Comunidad. "Deber¨ªa existir una red de derechos y obligaciones compartidas que impidiera que, por ejemplo, las diferencias religiosas marquen el tratamiento que recibe cada mujer", argument¨®. "Sobre todo porque el centro de acogida no se elige, sino que te toca".
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