En defensa de nuestras cuestiones
Para la primera cuesti¨®n que me gustar¨ªa plantear, creo que es bueno empezar haciendo algo de memoria. Seguro que, esforz¨¢ndonos un poco, todos recordamos la reforma legislativa de 2003 por la que el Gobierno de Aznar buscaba meter en la c¨¢rcel a todo el que pretendiera convocar un refer¨¦ndum que no estuviera previsto en el ordenamiento jur¨ªdico vigente. Siguiendo el hilo de la memoria, recordaremos que con el cambio de Gobierno tras las elecciones generales del 14 de marzo de 2004 aquello qued¨® derogado. A partir de entonces, nadie pensaba ya seriamente en la posibilidad de meter a nadie en la c¨¢rcel por pol¨ªtica. Tampoco a Rajoy, cuando a ¨¦ste le dio por recorrerse Espa?a recogiendo firmas para organizar un refer¨¦ndum nacional sobre un Estatuto, el catal¨¢n, de estricta ¨ªndole auton¨®mica. Con tales precedentes, no deja de resultar curioso que hoy, alg¨²n tiempo despu¨¦s, el Partido Popular siga pretendiendo, junto al Foro de Ermua, meter en la c¨¢rcel a todo aquel que, en algo relacionado con las cuestiones vascas, opine distinto a lo que ellos opinan hoy y estrictamente hoy, porque es de suponer que el famoso "he autorizado contactos con el MLNV" del presidente Aznar se les olvid¨® el d¨ªa exacto en que pensaron actuar penalmente contra algunos pol¨ªticos vascos.
Es curioso que, para su defensa, el 'lehendakari' necesite los argumentos de un tribunal que pretendi¨® desactivar
La denuncia del PP y la querella del Foro de Ermua contra Patxi L¨®pez y Rodolfo Ares e Ibarretxe, pretenden encontrar un delito de desobediencia al Tribunal Supremo a consecuencia de las diferentes reuniones mantenidas, entre unos y otros, con Arnaldo Otegi. Curioso que querellantes y denunciantes olviden que el Tribunal Supremo archiv¨® ya, al no encontrar delito alguno, una querella interpuesta por el sindicato Manos Limpias contra el presidente del Gobierno, el secretario de Organizaci¨®n del PSOE y el secretario de Organizaci¨®n del PSE-EE por la reuni¨®n de los socialistas vascos con Arnaldo Otegi de 6 de julio en San Sebasti¨¢n.
Estar¨ªa bien que querellantes y denunciantes entendieran de una vez que no se puede ir por la vida pretendiendo meter en la c¨¢rcel a todo el que opina distinto a ellos.
En la segunda cuesti¨®n, creo hay que esforzarse un poco m¨¢s. Por mucho que uno lo intenta, no deja de sorprenderle que la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco (TSJPV) admitiera a tr¨¢mite dichas acciones contra Ibarretxe y contra los dirigentes del PSE, Patxi L¨®pez y Rodolfo Ares por un presunto delito de desobediencia al Tribunal Supremo a consecuencia de las distintas reuniones mantenidas con Otegi. ?No se acordar¨¢ esta Sala del TSJPV que cuando el Tribunal Supremo archiv¨® la querella de Manos Limpias, consider¨® que son las instituciones pol¨ªticas las que deben controlar la acci¨®n pol¨ªtica y que intentar condicionar ¨¦sta mediante actuaciones penales en los tribunales supon¨ªa un fraude constitucional?
La cuesti¨®n es permanentemente la misma, ?Qu¨¦ hace el TSJPV haciendo desfilar a Ibarretxe y manteniendo admitidas a tr¨¢mite acciones contra Patxi L¨®pez que el Tribunal Supremo ya ha desestimado en casos similares, a la vez que considerado fraude constitucional? ?Una batalla contra el Tribunal Supremo a costa de tres pol¨ªticos? ?Una batalla contra tres pol¨ªticos a costa del Tribunal Supremo? ?O una batalla contra la imagen de los jueces a costa de s¨ª mismos? Lo cierto es que, si no fuera tan grave, ser¨ªa hasta interesante.
Tan interesante como la tremenda curiosidad que suscita la tercera cuesti¨®n: la imagen del lehendakari entrando a declarar y la manifestaci¨®n de dos d¨ªas antes para la defensa de nuestras instituciones. Me pregunto qu¨¦ pensar¨ªa el lehendakari en el momento de entrar por la puerta del Palacio de Justicia. Seguro que, entre el calor de su gente, tuvo un minuto para su famoso Plan Ibarretxe. Aquel que rechazaba la existencia del Tribunal Supremo como ¨²ltima instancia jurisdiccional. Aquel que buscaba que las sucesivas instancias procesales, incluidos los recursos de casaci¨®n, se agotaran ante ese Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco que ahora le llamaba a declarar. Curioso que, para su defensa, el lehendakari necesite ahora los argumentos de un tribunal que con su propio Plan ¨¦l mismo pretendi¨® desactivar hace dos a?os. Tan curioso como que, dos d¨ªas antes, los tres partidos que aprobaron en el Parlamento vasco aquel proyecto que pretend¨ªa derribar el Estatuto de Autonom¨ªa -legitimidad jur¨ªdica de nuestro sistema institucional-, buscaran defenderse del "acoso judicial" apelando a las instituciones que emanan precisamente de lo que ellos mismos pretendieron derribar. Ellos, los que planearon acabar con la fuente que legitima nuestro modelo -nuestras instituciones s¨®lo existen porque el Estatuto de Gernika las contempla-, son los que luego apelan a ellas para defenderse del "acoso de los jueces".
Algunos de nosotros comprendemos que todo esto les venga bien para medio arreglar aver¨ªas internas, recuperar algunos protagonismos perdidos y comenzar una campa?a electoral por el sitio de toda la vida: prietas las filas porque "nos atacan". Pero, m¨¢s all¨¢ de lo evidente, estar¨ªa bien que se nos facilitaran un manual -con cargo al presupuesto de Lehendakaritza, por supuesto- que nos explicara cu¨¢les son las instituciones que valen y cu¨¢les las que no -?siendo el TSJPV una instituci¨®n vasca en el famoso Plan Ibarretxe, lo era tambi¨¦n en la manifestaci¨®n del tripartito o ya no?-. As¨ª, podr¨ªan explicarnos de paso, cu¨¢ndo conviene la puesta en valor de lo que se deriva y emana del Estatuto de Gernika y cu¨¢ndo no; cu¨¢ndo conviene pedir su defensa y cu¨¢ndo aprobar proyectos para terminar con ¨¦l.
Aparentemente, podr¨ªa ser que con todo esto parecieran hasta incoherentes. Y, sin embargo, sabemos que bajo su barniz est¨¦tico de siempre, todo coincide. Eso es lo grave.
Eduardo Madina es secretario de Estudios Pol¨ªticos del Partido Socialista de Euskadi.
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