Trogloditas de nuevo
Loquillo y Sabino M¨¦ndez "dan fiesta a sus pol¨¦micas" y vuelven a colaborar para un disco en el que actualizan su experiencia en uno de los grupos capitales de los ochenta
En 1989, Sabino M¨¦ndez abandonaba Los Trogloditas, banda que fundara junto a Loquillo y que protagoniz¨® buena parte de los grandes momentos del pop espa?ol durante los ochenta. No falt¨® quien vaticin¨® el declinar art¨ªstico del rockero m¨¢s alto de Espa?a, que se quedaba sin su principal compositor, reconvertido en escritor que en clave memorial¨ªstica recapitul¨® recuerdos en libros como Corre, rocker (Espasa, 2000), que levant¨® ampollas en la sensibilidad de Loquillo, u Hotel Tierra (Anagrama, 2006). Ahora, ambos con la cuarentena mediada y un presente art¨ªstico saneado, se han reencontrado para colaborar en el pr¨®ximo disco de Loquillo, que curiosamente no firmar¨¢ junto a Los Trogloditas. Se titular¨¢ Memoria de j¨®venes airados, a¨²n est¨¢ en proceso de elaboraci¨®n y podr¨ªa salir al mercado a lo largo de este a?o.
Loquillo: "Sabino es mi amigo. Si no nos hubi¨¦semos separado, no estar¨ªamos donde estamos, nuestras carreras no habr¨ªan prosperado"
Sabino M¨¦ndez: "Sin falsas modestias, creo que soy un buen escritor. Me siento m¨¢s completo como escritor que como m¨²sico"
Sabino M¨¦ndez: "?ramos humildes: Santiago Auser¨®n nunca ha dicho cu¨¢nto ha influido a grupos de ¨¦xito; Kiko Veneno igual..."
Pregunta. Dicen que si han vuelto a colaborar es porque en el fondo se necesitan.
Loquillo. Como ambos decimos, nos hemos dado fiesta en nuestras pol¨¦micas. ?Eso es malo?
Sabino. Quien haya dicho que nos necesitamos acierta no sabe hasta qu¨¦ punto, pero las causas son distintas a las que cree. No nos necesitamos ni art¨ªstica ni econ¨®micamente. ?l gana suficiente dinero, y los derechos de autor siguen representando m¨¢s de la mitad de mis ingresos. Estoy tranquilo. Nos une el pasado, lo afectivo, la nostalgia. Salimos del barrio, creamos Trogloditas, triunfamos y nos marchamos cada cual por su camino. Ahora, al cabo de los a?os, descubres que seguimos sido fieles a nosotros mismos.
Loquillo. Y seguimos siendo amigos. Yo creo en la familia, en la amistad, en el respeto. Soy hombre de honor y cristiano, persona de valores. Sabino es mi amigo. Si no nos hubi¨¦semos separado, no estar¨ªamos donde estamos, nuestras carreras no habr¨ªan prosperado. No s¨¦ en qu¨¦ acabar¨¢ esta colaboraci¨®n ni cu¨¢ntos temas de Sabino grabar¨¦ -tambi¨¦n colaboran en el disco otros compositores como Carlos Segarra, Igor Pascual y Gabriel Sope?a-, pero ah¨ª estamos.
P. ?Esla uni¨®n del "bruto" del rock y del "intelectual" que redimi¨® sus adicciones?
Loquillo. Yo ten¨ªa claro que mi personaje era uno y el suyo otro, lo que pasa es que se ha llevado al extremo. ?l era, sigue si¨¦ndolo, un rocker y yo le¨ªa y sigo leyendo, no soy un ignorante. Adem¨¢s trabajo en un documental sobre el grupo, he coordinado la banda sonora de proyectos como Mujeres en pie de guerra y me ocupo de otras actividades, incluida mi vinculaci¨®n con el movimiento pol¨ªtico Lokarri (antes Elkarri) desde hace m¨¢s de diez a?os. En los ochenta cada uno exageraba su papel.
Sabino. Era el juego de los ochenta: vamos a construir personajes, vamos a fabricar identidades. En verdad todos construimos identidades y las contrastamos con la realidad, estamos haciendo scanners constantemente para comprobar si funcionan o no, si nos entienden o no.
Loquillo. En cierto sentido este disco que ahora preparo es la suma de todos mis personajes. He ido probando los personajes, haciendo jazz -Nueve tragos-, discos de poetas con Sope?a -La vida por delante- etc¨¦tera. Para m¨ª, esto siempre ha sido como ser actor, y no implica falsedad. Vas probando qu¨¦ registro funciona mejor en cada momento.
P. ?Es un ejemplo de "vampirizaci¨®n" del talento ajeno?
Loquillo. Si te rodeas de los mejores aprendes mucho m¨¢s, y yo procuro hacerlo siempre. ?Eso es ser un vampiro?
P. ?Y qu¨¦ le pidi¨® a Sabino cuando entendi¨® que deb¨ªa volver a colaborar con usted?
Loquillo. Quiero descubrir al Sabino actual. La gente que creci¨® con sus canciones tambi¨¦n ha cumplido a?os, por lo cual ese p¨²blico puede seguir complacido con las canciones que ¨¦l escribe ahora. Yo tengo una capacidad innata para descubrir el talento de las personas, y Sabino lo tiene. Adem¨¢s, lo que es bueno una vez puede serlo dos veces. Le dije tambi¨¦n que quiero una canci¨®n "Sabino M¨¦ndez", con esa chispa que ¨¦l tiene. Yo puedo cantar a poetas con Sope?a, pero cuando se trata de bordar rock and roll, Sabino tiene estilo. O sea, quiero la letra del Sabino actual y el punto rockero macarra del Sabino de siempre.
P. Pero tras abandonar Trogloditas, Sabino no ha hecho nada musicalmente relevante.
Sabino. Nunca he dejado de componer y estoy convencido de que en el repertorio que hice con Los Monta?as -El d¨ªa que muri¨® Marcelo Mastroianni- hay al menos dos de las mejores canciones que he escrito jam¨¢s, aunque quiz¨¢s no sonasen bien. Lo que vale la pena es la obra, no c¨®mo est¨¢ hecha. Mis canciones pueden ser mejoradas.
P. Y Loquillo, ?c¨®mo ve al Sabino escritor?
Loquillo. Est¨¢ cerca de lograr algo grande. Ya est¨¢ bien de escritores progres, hacen falta escritores de nuestra generaci¨®n. Me gusta como gobierna el lenguaje. Le falta hacer "su" obra, pero la har¨¢. Tiene el poso, s¨®lo le falta la obra. Es transgresor, no est¨¢ donde se supone debe de estar, en lo f¨¢cil. Mira su trayectoria pol¨ªtica, su vinculaci¨®n a Ciutadans, sus futuras columnas en La Raz¨®n.
Sabino. Sin falsas modestias, creo que soy un buen escritor, me tomo muy en serio la escritura. Me siento m¨¢s completo como escritor que como m¨²sico, faceta en la que soy mucho menos r¨¢pido aprendiendo. Lo vivo todo como una carrera, para m¨ª la escritura de canciones tiene el mismo significado que la de libros. Hay un proyecto com¨²n. Me siento afortunado porque hay lectores que perciben que estoy implicado en un proyecto literario de largo alcance que incluso pone en cuesti¨®n el canon de los g¨¦neros literarios. Por eso hago pr¨®logos y doy pistas de teor¨ªa literaria en mis libros. Por supuesto que no me comparo, pero el mejor escritor espa?ol del siglo XX fue Josep Pla, quien construy¨® un proyecto literario basado en la autobiograf¨ªa, con reflexiones muy atinadas sobre teor¨ªa literaria. La idea, no es que sea m¨ªa, es devolver a la escritura la importancia que ten¨ªa, y eso pasa por hacerlo a trav¨¦s del yo. Y no hablo de solipsismos y de yo y mis caquitas.
P. ?Y por qu¨¦ justo hora que vuelven a coincidir no lo hacen bajo el nombre de Trogloditas?
Loquillo. Imag¨ªnate que te encuentras a principios de marzo, con 60 galas firmadas y tu guitarrista (Guille Mart¨ªn) cae enfermo. Eso fue un hachazo. Puedo enfrentarme a todo menos a la muerte. Entonces vi que en realidad los Troglos ya no exist¨ªan pues la mayor parte de los que pueden presumir de serlo ya no estaban en el grupo. Tras la desaparici¨®n de Guille no pod¨ªa llamar a lo que quedaba Trogloditas; de los originales s¨®lo quedaba Sim¨®n. Yo no puedo llamar emocionalmente a eso Trogloditas. No quiero que el nombre acoja a una mayor¨ªa de mercenarios. El nombre de Troglos hay que ganarlo, lo tiene que reconocer el p¨²blico. Es una cuesti¨®n de respeto, de honor.
Sabino. Para que se entienda, eso algo que explico en Corre rocker corre. En el libro cuento que Manolo Garc¨ªa dijo que Jordi Vila -uno de los Trogloditas originales- hac¨ªa "troglopop". Con permiso de Manolo yo recog¨ª el nombre para el grupo pero al marchar no hubo peleas sobre qui¨¦n era el propietario del mismo. Dej¨¦ el barco y el nombre se qued¨® con ¨¦l. Es una especie de pacto entre caballeros. No nos peleamos por un nombre, como han hecho otros grupos.
P. Y ahora se reivindicar¨¢n.
Loquillo. Nunca he dejado de hacerlo, estoy en esto en serio, no como si fuese un pasatiempo. Con La Mala Reputaci¨®n, en 1988, adelantaba lo que a?os m¨¢s tarde har¨ªa con Sope?a, el disco de poetas. Cuando hice en 1992 El Hombre de Negro me adelant¨¦ a la reivindicaci¨®n de Johnny Cash. Cuando hice la versi¨®n de Jacques Brel me adelant¨¦ a la entrada del pop franc¨¦s. Todo tiene una coherencia. M¨¢s ejemplos: La Matar¨¦ es una canci¨®n que no se puede tocar, porque hace menci¨®n a la violencia de g¨¦nero, pero ha influido en temas de otros grupos, desde Seguridad Social hasta Estopa. Fundir rumba con rock lo hicimos nosotros antes que nadie. ??????El riff de La matar¨¦ lo he escuchado docenas de veces!!!!!!
Sabino. Si no nos reivindicamos, nadie lo har¨¢ por nosotros. En los ochenta hab¨ªa una idea de humildad equivocada. ?ramos aparentemente petulantes, con declaraciones altisonantes, pero en realidad ¨¦ramos humildes: Santiago Auser¨®n nunca ha dicho cu¨¢nto ha influido a grupos de ¨¦xito; Kiko Veneno igual..., hay una especie de misantrop¨ªa del autor.
Loquillo. Yo no la tengo.
Sabino. Hay que hacer historiograf¨ªa porque nosotros tambi¨¦n hemos de rendir homenajes a otros. Nosotros venimos de la colisi¨®n entre rock de los cincuenta, glam y punk, pero ?por qu¨¦ compongo La Matar¨¦ ?, pues porque en la furgoneta a Jordi Vila y a m¨ª nos daba por recoger frases de Chichos y Chunguitos, de ah¨ª viene.
P. Ambos son iconos de Barcelona, pero Sabino vive en Madrid y Loquillo en San Sebasti¨¢n
Loquillo. Me jode que la cultura castellana no sea bien vista en Catalu?a. En los 70 el catal¨¢n sobrevivi¨® en los barrios, cuando muchos nacionalistas se pasaban el d¨ªa hablando en castellano.
Sabino. Prefiero que mi hijo crezca en el desorden y apertura de Madrid que en un mundo de realidades oficiales irreales como el de Barcelona. Yo quiero que TV3 se vea en Madrid, pero que tambi¨¦n se vea Telemadrid en Catalu?a. De eso hablo en mi pr¨®ximo libro, Historia del hambre y la sed.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.