Los profesores se van de Erasmus
Centenares de universitarios valencianos realizan cada a?o estancias en centros extranjeros
La beca Erasmus no es exclusiva de los estudiantes. Centenares de profesores valencianos salen cada a?o a realizar estancias en centros extranjeros, unos 200 de ellos con la misma beca que utilizan sus alumnos. Los destinos principales tambi¨¦n son casi id¨¦nticos: Italia, Francia, Reino Unido y Alemania.
"Con Internet, tu entorno laboral est¨¢ en universidades de todo el mundo"
Frente a los excesos de los alumnos, ellos salen a ver nuevos m¨¦todos y a hacer contactos
Las motivaciones, en cambio, son diferentes. Se mantiene la idea de que salir al extranjero favorece la "apertura mental". Pero frente a la leyenda de la fiesta, los ligues y los excesos garantizados que corre entre los estudiantes, los profesores destacan el aprendizaje de nuevos m¨¦todos de docencia y de organizaci¨®n; la creaci¨®n de redes de colaboraci¨®n investigadora, y la p¨¦rdida de complejos: Los entrevistados encuentran fuera pocos recursos que envidiar. Dos cosas m¨¢s diferencian a profesores y alumnos. Las estancias de los primeros suelen ser m¨¢s cortas, y a gastos pagados.
En el curso 2004-2005 salieron con el programa europeo S¨®crates-Erasmus 203 acad¨¦micos valencianos. Lo que representa en torno al 10% del total de becas solicitadas en el Estado. Pero el Ministerio de Educaci¨®n, la Generalitat y cada universidad tambi¨¦n ofrecen ayudas a la movilidad. La Universitat de Val¨¨ncia financi¨® el curso pasado 110 estancias en algunas de las 450 universidades de todo el mundo con las que ha suscrito convenios. Ese mismo curso, el personal del centro solicit¨® 21 becas Erasmus.
Los universitarios siempre han sido propensos a salir a ver mundo. La generalizaci¨®n de Internet, sin embargo, ha reforzado la tendencia. "Lo que ocurre es que tu red de trabajo, hoy, no est¨¢ en tu entorno f¨ªsico, sino que trabajas temas que trabaja gente de otras universidades del mundo", dice Marta Mart¨ªn, de 34 a?os, profesora de Comunicaci¨®n en la Universidad de Alicante, que acaba de regresar de una estancia de cuatro meses en la City University of New York.
Y Javier Satorre, de 55 a?os, profesor de Lengua en la Universitat de Val¨¨ncia: "Con el correo electr¨®nico la colaboraci¨®n es constante. Cuando te surge alguna duda, puedes consultarla con otro especialista de cualquier universidad. Pero para eso es necesario que se haya establecido antes el contacto humano".
Satorre pas¨® un semestre en la Universidad de la Amistad de los Pueblos, en Mosc¨², el nombre con el que el Gobierno ruso rebautiz¨® a la m¨ªtica Universidad Patricio Lumumba tras el colapso de la URSS. Durante la Guerra Fr¨ªa, j¨®venes de pa¨ªses prosovi¨¦ticos del Tercer Mundo recib¨ªan all¨ª formaci¨®n y adoctrinamiento. Antes de comenzar los estudios universitarios, los alumnos cubanos, angole?os o vietnamitas deb¨ªan aprender ruso. Lo hac¨ªan en un solo a?o, con un sistema sencillo: seis horas al d¨ªa seis d¨ªas a la semana.
La universidad hace ahora algo parecido con j¨®venes llegados de las zonas m¨¢s rec¨®nditas de la Federaci¨®n Rusa. En lugar de ruso, explica Satorre, se les ense?a alguna de las grandes lenguas del mundo: chino, ¨¢rabe y espa?ol, entre ellas. El conocimiento del ingl¨¦s se da por descontado. El sistema es el mismo: Un a?o para aprender el idioma. "Yo ped¨ª que me llevaran a una clase de primer curso de filolog¨ªa espa?ola, porque no me acababa de creer que fueran tan r¨¢pidos. Y la profesora le dijo a uno de los 10 estudiantes: 'lee tal p¨¢gina del libro'. Luego le hizo que fuera dando sin¨®nimos de cada palabra. Despu¨¦s que cambiara los tiempos verbales... ?Ni mis alumnos espa?oles!".
El docente, que ha realizado otras estancias en Italia y Austria, subraya el valor de aprender nuevas metodolog¨ªas de trabajo. "En Espa?a la informaci¨®n se da quiz¨¢ muy desmenuzada. En la escuela germ¨¢nica el profesor act¨²a m¨¢s como un gu¨ªa, y el alumno hace muchos trabajos fuera del aula, pasa muchas horas en la biblioteca y se acostumbra a exponer en p¨²blico".
No parecen existir, sin embargo, demasiada distancia en cuanto a los recursos de los que disponen los universitarios. Lo dice Manuel Cuadrado, de 39 a?os, que pas¨® cinco semanas en la London School of Economics a principios de curso: "Yo veo aqu¨ª mi despacho en el campus de Tarongers y estoy encantado. All¨ª se trabaja en espacios m¨¢s reducidos". Tampoco los materiales ni la metodolog¨ªa docente que se utilizan en clase resultan m¨¢s sofisticados, asegura. Por las aulas de la London School, eso s¨ª, pasan frecuentemente ministros y personalidades del mundo empresarial y financiero, mientras que los invitados en Valencia suelen responder a un perfil m¨¢s acad¨¦mico. Y luego est¨¢ la asistencia. "Yo he ido aqu¨ª a conferencias a las que s¨®lo acud¨ªan tres o cuatro personas. All¨ª se llenan, y a veces hasta hay codazos".
"Mi opini¨®n es que para que esto salga bien, el trabajo no debe durar s¨®lo lo que dura la estancia", dice Evelio Mi?ano, profesor de Filolog¨ªa Francesa. Mi?ano imparti¨® clases en la Universidad de Reims-Champagne en parte para tratar de aclarar un misterio: El r¨¢pido crecimiento en el n¨²mero de alumnos franceses que vienen a Valencia a estudiar... Literatura Francesa.
La mayor¨ªa de los entrevistados consideran que el porcentaje de docentes que salen al extranjero resulta todav¨ªa peque?o. Y apuntan al relativamente escaso conocimiento de idiomas como una de las causas. Pero eso podr¨ªa estar cambiando: Marta Mart¨ªn habla de lo que llama "s¨ªndrome Erasmus". "Hace 10 a?os, cuando era estudiante, estuve en Burdeos. Con la S¨®crates estuve en Londres. Despu¨¦s tuve una beca de movilidad de la AECI [Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional] en Argentina. Ahora acabo de llegar de Nueva York. Y pienso seguir".
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