La m¨¢quina de Paik
Nam June Paik, nacido en Corea pero residente en Estados Unidos durante buena parte de su vida, fue uno de los padres del videoarte. Fue un artista ir¨®nico y cr¨ªtico, capaz de unir en sus piezas tecnolog¨ªa, espiritualidad oriental y cr¨ªtica con la sociedad de la informaci¨®n. Una retrospectiva en la Fundaci¨®n Telef¨®nica, de Madrid, recorre su obra.
Paik cre¨ªa que el videoarte era una manifestaci¨®n del cambio radical que se estaba dando en la estructura de poder
Nam June Paik, artista estadounidense nacido en Se¨²l en 1932, reconocido como figura precursora en la historia del videoarte, en realidad fue mucho m¨¢s que un pionero en el mundo art¨ªstico. Cierto que fue un artista distinguido, performer y compositor de primer orden, y tambi¨¦n un se?alado intelectual, un pensador visionario que hace 30 a?os predijo y dio nombre a la "autopista de la informaci¨®n", que ahora conocemos como internet.
Pero Nam June Paik, que muri¨® el 29 de enero de 2006, tambi¨¦n era un complejo animal pol¨ªtico, un insurrecto listo que se consideraba a s¨ª mismo un "terrorista est¨¦tico". Al crecer bajo la represiva dictadura militar que se asoci¨® con las fuerzas estadounidenses ocupantes en la Corea del Sur de la posguerra, Paik aprendi¨® que los gobiernos de todo tipo (socialistas o capitalistas) pod¨ªan crear las condiciones que defraudasen las supuestas libertades propugnadas por los generales, los diplom¨¢ticos y los pol¨ªticos. Como miembro de una familia cuyas posesiones fueron expropiadas en su totalidad por el gobierno, y que se vio obligada a huir al exilio en el vecino Jap¨®n, Paik estaba muy al tanto de la relaci¨®n entre la corrupci¨®n y el abuso del poder, aunque ¨¦ste sea leg¨ªtimo. Entend¨ªa a la perfecci¨®n que esta relaci¨®n pod¨ªa prosperar en cualquier sistema econ¨®mico si tuviese una base autoritaria y una prensa complaciente.
Su inter¨¦s por la intersecci¨®n
entre el v¨ªdeo y las im¨¢genes sintetizadas por ordenador no surgi¨® en respuesta a la necesidad de elementos visuales psicod¨¦licos para la industria del v¨ªdeo (aunque invent¨® el formato del v¨ªdeo musical, opt¨® por no dedicarse a ello). M¨¢s bien, como me dijo a mediados de los setenta, estaba convencido de que alg¨²n d¨ªa ser¨ªa posible crear im¨¢genes falsas de televisi¨®n, "fabricadas" pero cre¨ªbles, que proporcionar¨ªan la base de la manipulaci¨®n pol¨ªtica de poblaciones enteras. Dec¨ªa que s¨®lo pretend¨ªa identificar esas evoluciones para estar preparado. (En el periodo previo a la invasi¨®n estadounidense de Irak vimos un primer uso de "armas de enga?o masivo").
Como pionero en la defensa de la televisi¨®n interactiva, fue de los primeros artistas en llamar la atenci¨®n sobre la Teor¨ªa de la radio de Bertolt Brecht, en la cual el dramaturgo alem¨¢n discut¨ªa la relaci¨®n entre la radio unidireccional (del emisor al receptor) y el auge del fascismo en Alemania. Paik sab¨ªa que el tema no era s¨®lo el contenido, sino tambi¨¦n la estructura de los medios de comunicaci¨®n de masas, y sus producciones art¨ªsticas y literarias abordaron este concepto b¨¢sico una y otra vez.
Paik cre¨ªa que su arte ten¨ªa ramificaciones m¨¢s amplias que aquellas que se extra¨ªan simplemente de la historia del arte en evoluci¨®n, incluso dentro de la historia relativamente corta del v¨ªdeo, la performance y la desmaterializaci¨®n del arte en general. Cre¨ªa firmemente que el videoarte era una manifestaci¨®n del cambio radical que se estaba dando en la estructura de poder predominante en el mundo, no el que se mide de modo tradicional, sino m¨¢s bien el cambio que conlleva la miniaturizaci¨®n de los sistemas de circuitos complejos, la ubicuidad de las redes de comunicaci¨®n basadas en los sat¨¦lites, la inversi¨®n de la relaci¨®n que ten¨ªan los individuos con los medios de comunicaci¨®n y la transici¨®n de una econom¨ªa basada en la escasez a otra basada en la abundancia.
Paik se?al¨® en sus escritos y
en sus frecuentes conferencias que la combinaci¨®n de estos elementos ser¨ªa una revoluci¨®n pac¨ªfica que dar¨ªa poder al individuo y reducir¨ªa el potencial negativo del control por parte del gobierno y de las empresas. Pero como la mayor¨ªa de la gente ve¨ªa la obra de Paik como una cr¨ªtica endemoniadamente juguetona, colorista y deliciosa de la tecnolog¨ªa y de la sociolog¨ªa que comporta, fue capaz de insinuar en un discurso p¨²blico ideas que hoy en d¨ªa siguen siendo tan radicales como cuando las introdujo por primera vez a mediados de los a?os sesenta. En la obra de Paik, la brillantez de las composiciones -desde la elecci¨®n del contenido "encontrado" a los modos en que era editado y presentado dentro de entornos esculturales- permit¨ªa que su trabajo transmitiese una cr¨ªtica de la vida contempor¨¢nea y trascendiese cualquier intento de propaganda simplista con tal de llegar a un p¨²blico lo m¨¢s amplio posible.
Paik era un artista, un int¨¦rpre
te que exploraba y parodiaba el "espect¨¢culo" de la vida moderna, con el claro prop¨®sito de proporcionar un ant¨ªdoto a su efecto paralizante para la mente. En una ocasi¨®n coment¨®, con su estilo caracter¨ªstico: "Como la televisi¨®n es tan interesante, yo hago arte aburrido". Pienso que la mayor¨ªa de los que contemplaban su arte ten¨ªan claro que el inter¨¦s de Paik por entretener a su observador siempre deb¨ªa verse como una respuesta ir¨®nica a la profunda vacuidad de lo que sol¨ªa recibir el nombre de "medios de comunicaci¨®n".
Creo que la llamada muerte del gran p¨²blico fue algo provocado en parte por las ideas popularizadas por la insistencia de Paik en permanecer fiel a su propio impulso po¨¦tico y su apoyo a la importancia cada vez mayor del individuo frente a la voz empresarial.
Porque siempre me ha parecido que Paik, a su manera, ocupaba una posici¨®n en el mundo del arte en cierto modo an¨¢loga a la del gran cantante de folk estadounidense Woody Guthrie en la industria musical. Ambos eran hombres amables, pero que no ten¨ªan ning¨²n miedo de hablar con sinceridad al poder, y a lo largo de sus vidas creativas se mostraron muy preocupados por conectar tanto con la gente de la calle como con la ¨¦lite intelectual de su tiempo.
Guthrie viajaba con un letrero pegado en su guitarra que funciona igual de bien para las m¨¢quinas de v¨ªdeo de Paik. En un peque?o papel blanco estaba impreso claramente: "Esta M¨¢quina Mata a los Fascistas".
Nam June Paik y Corea: de lo fant¨¢stico a lo hiperreal. Fundaci¨®n Telef¨®nica. Gran V¨ªa, 28. Madrid. Del 14 de febrero al 20 de mayo.
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