Sucio oro negro

Conocedores de la narrativa ¨¢rabe contempor¨¢nea como Tariq Ali hablan de "las dos M" (Naguib Mahfuz y Abderram¨¢n Munif). Munif no est¨¢ tocado por la gracia sutil de Mahfuz, pero es un escritor de inmenso poder¨ªo. En castellano, Ediciones del Oriente y del Mediterr¨¢neo public¨® su alegato carcelario Al este del Mediterr¨¢neo y la magn¨ªfica autobiograf¨ªa de la infancia en Amm¨¢n Memoria de una ciudad. Ahora aparece la primera parte de Ciudades de sal (el volumen realmente titulado El extrav¨ªo), pentalog¨ªa que Munif edific¨® en los a?os ochenta y que minuciosamente encela al lector en el vuelco total que supuso en Hudayb (pa¨ªs trasunto de Arabia Saud¨ª) la irrupci¨®n petrolera de Estados Unidos en los a?os treinta.

La vida beduina, entre otras muchas cosas, se fue al traste. La novela refleja ese desasosiego, mediante las historias de un oasis y un peque?o puerto pesquero, dos lugares dejados de la mano de Dios en los que, de pronto, irrumpen el petr¨®leo y los estadounidenses; sobre esos paisajes se abatir¨¢ la modernidad, y el escritor nos hace asistir tanto al dram¨¢tico derrumbe de las tradiciones como al choque, fecundo en disparates, entre el mundo est¨¢tico e inventos varios (que a muchos paisanos les parecen infernales) como las excavadoras, la radio, los coches o el tel¨¦fono.

Munif naci¨® en Amm¨¢n en 1933, de padre ¨¢rabe beduino y madre iraqu¨ª. Muri¨® en Damasco en 2004. Afiliado al baasismo en su juventud, acab¨® perseguido por el Gobierno saud¨ª y por Sadam, y nunca tuvo en su azarosa vida otro estatus que el de ap¨¢trida. Desempe?¨® cargos en el sector petrolero de Siria e Irak, y tambi¨¦n la OPEP. La desgracia pol¨ªtica le zambull¨® en la narrativa. Siempre fue una voz de ¨¦xito literario y respetada por los dem¨®cratas del mundo ¨¢rabe.

Ciudades de sal-El extrav¨ªo es un novel¨®n riguroso, de estilo sobrio, colmado de personajes y de la vastedad del desierto y la climatolog¨ªa. Munif, con firme generosidad, da una lecci¨®n de estructura y de dosificaci¨®n de hechos y emociones indeleblemente entreverados. Su prosa, potente y elegante, nunca necesita recalcar nada. El lector entra y se queda; al final, comprende mejor las leyes, la injusticia de este mundo.

Queda clara la cr¨ªtica social y pol¨ªtica de Munif a los abusos de la autoridad c¨®mplice de los nuevos amos del mundo; pero la calidad literaria es justamente lo que hace m¨¢s eficaz la denuncia.